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El descanso, espacio para la meditación

Superiberia

Orizaba.- Las instituciones, la sociedad y las empresas deben promover un período de descanso, ya que no sólo es ley laboral sino un derecho humano y las vacaciones deben ser una oportunidad para hacer el bien, no son “para no hacer nada” sino para hacer cosas diferentes, ilustró en su mensaje dominical el vocero de la Diócesis de Orizaba, presbítero Helkyn Enríquez Báez.

 

Agregó que las vacaciones y descansos son necesarios. A nivel físico e intelectual se requiere un descanso, un espacio para la meditación ya que vivimos en una cultura pragmática de hacer cosas, pero no meditamos sobre las cosas que hacemos, esto se traduce en que no sólo reaccionaremos, sino actuaremos sobre un acto meditado, indicó.

 

Explicó ante los reporteros que, si en los trabajos no se permite tiempo de descanso o de convivencia con la familia, se comete una injusticia social y humana, aunado a que si los estudiantes no tuvieran vacaciones, difícilmente van a rendir académicamente, por ejemplo.

 

Así que indicó que el descanso y respaldo espiritual son necesarios para las personas y precisamente, si por la dinámica de trabajo no hay tiempo para la oración, la meditación y el descanso, las vacaciones pueden ser para ello.

 

Si no hay clases y estamos de vacaciones: ¿Para qué aceleramos, tocamos el claxon y estresamos a la ciudad, cuando podemos tener un ambiente más tranquilo, saludar y dar preferencia al peatón? Esos son pequeños signos que dan un descanso a la ciudad, afirmó. El tema de vacaciones para la convivencia humana sería: No dejar de hacer cosas, sino hacer cosas diferentes, darse la oportunidad de convivir más con la familia, visitar enfermos, solidarizarse con quien menos tiene o sufre, incluso visitar a los abuelos, que las vacaciones sean un tiempo para solidaridad con los demás en cualquier aspecto, que las vacaciones sean para producir el bien.

 

En un contexto nacional y mundial sobre la imposición de leyes que limitan el desarrollo y crecimiento integral del ser humano, el sacerdote recordó que existen poderes no solamente fácticos, sino grupos de poder, que quieren dictar normas económicas, jurídicas y tienen atrevimientos de querer dar hasta códigos de conducta éticos o de comportamiento que no tienen muchas veces por lo menos un fundamento humano y por ello no pueden ser éticos.

 

Añadió que de repente se impulsan o implementan algunas políticas precisamente como una estrategia para favorecer a lo mejor a los propios grupos a los que representan. A nivel económico se promueven esquemas como lo denuncia el Papa Francisco en su Encíclica Laudatos Sí, porque sabemos esos esquemas son depredadores no solamente de la naturaleza sino de la propia sociedad.

 

Existen intereses egoístas o de grupos de poder que quieren solamente sacar provecho sin promover el bien común, un bien que deben promover no solamente por responsabilidad social de la empresa o de la Nación, sino para favorecer el desarrollo integral de los pueblos y de las personas.

 

En su más reciente mensaje a los países sudamericanos, el Papa Francisco hace una denuncia social, puesto que mientras haya grupos opresores no será posible el desarrollo de los pueblos y aunque éstos sean ricos a nivel material o humano, el obstáculo se notará porque estén detenidos y no podrán salir de la pobreza.

 

No corresponde a la Iglesia dar soluciones técnicas, ciertamente, pero sí recordar el criterio, debe haber un sistema que ponga a la persona al centro y no al capital, un sistema que promueva el desarrollo comunitario, el bien común y no solamente el de algunos grupos o sectores sociales, señaló el prelado católico.

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