AGENCIA
Xi’an, China.- Hace más de 2 mil años, un ejército silencioso fue creado para proteger en la eternidad al primer emperador de China, Qin Shi Huang. Se trata de los conocidos Guerreros de Terracota, una impresionante colección de más de 8 mil estatuas de soldados de arcilla, descubiertas de forma accidental en 1974 por un grupo de agricultores mientras cavaban un pozo en las afueras de Xi’an, provincia de Shaanxi.
Cada figura, esculpida entre 1.83 y 1.95 metros de altura, presenta detalles únicos: Desde la expresión facial hasta la vestimenta y el armamento, reflejando la diversidad y organización de las fuerzas militares de la dinastía Qin. Junto a los soldados, se encontraron también 520 caballos, 130 carros de guerra y 150 caballos de caballería, lo que confirma la magnitud de la obra encargada por el propio emperador.
Los arqueólogos coinciden en que el Ejército de Terracota fue diseñado para custodiar la tumba de Qin Shi Huang y protegerlo en el más allá. La complejidad y el nivel de detalle de cada estatua son muestra de la habilidad de los artesanos de la época, quienes moldearon cada figura de forma individual, convirtiéndolas en piezas irrepetibles.
Además de los guerreros, se cree que la tumba principal del emperador, aún no excavada por completo, oculta un elaborado modelo en miniatura de su imperio, con ríos de mercurio que representan los cursos de agua reales. Las excavaciones no se han realizado a fondo, debido a los riesgos que implica el manejo de este material tóxico y la preservación del sitio.
Hoy, el Ejército de Terracota es considerado uno de los mayores hallazgos arqueológicos del siglo XX y un símbolo del legado histórico de China, atrayendo a millones de visitantes de todo el mundo y recordando la grandeza y el misterio que rodea a la figura de Qin Shi Huang y su imperio.
