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El gran negocio que le sonríe a AMLO

Superiberia

Jonathan Ruiz Torre

Nos va mal, muy mal con la gasolina. Como que no se nos da, por más intentos que hacen los gobiernos de todos los partidos. Unos por corruptos, otros por falta de destreza… pero ojo con ese pesimismo, que una buena señal llega de un negocio inesperado, pero también petrolero.

Pongan ustedes el adjetivo que quieran a la inversión que hizo el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador para atacar el ‘huachicol’ o robo de gasolina.

Pueden sentir buen ánimo si revisan los datos que directivos de Pemex le dan y gustan al mandatario: que el sexenio de Enrique Peña Nieto le heredó hurtos por 81 mil barriles diarios de combustible y en solo seis meses ya bajaron esa fuga a solo 5 mil barriles diarios, aproximadamente.

Para una mejor referencia, en 2018 llenaban nueve mil autos VW Jetta por hora con lo que perdía la empresa y ahora, menos de 600. Sigue mal la cosa, pero ya no tan mal. Uno pensaría que Pemex está vendiendo toda esa gasolina recuperada y que ya estamos en un lugar mejor, pero hay que ver sus datos actualizados a junio para tener un mejor juicio.

Estos dicen que no, que la empresa de todos y de nadie vende menos combustible respecto al 2018, 7 por ciento menos, comparando las cifras de la compañía durante los primeros seis meses de 2018 y 2019.

Entonces tal vez ya le quitaron mercado a Pemex las importaciones que hacen otras firmas que venden gasolina con otras marcas. Tampoco parece ser el caso.

El volumen de las compras provenientes de Estados Unidos bajó casi 9 por ciento de acuerdo con cifras de la Agencia de Información Energética (EIA) de ese país. Las totales contadas en dinero de enero a mayo bajaron a 8 mil 511 millones en el mismo lapso de 2019, revelan cifras de Banxico, casi 400 millones menos que en ese periodo de 2018.

Gente bien informada dice que ahora existe un problema por contrabando de combustible barato desde el norte. Puede ser, pero aún no hay evidencia.

En cualquier caso, las ventas de gasolina en Pemex bajaron de 260 mil millones de pesos a 225 mil millones comparando el primer semestre de este año contra el anterior y las calificadoras siguen viendo la empresa productiva del Estado como disfuncional y todo el mundo voltea a ver lo que dicen estas agencias cuando se trata de definir la situación de la economía mexicana.

Pero del planeta olvido llegaron ayer unos datos que solo son para cabezas frías: 5 mil 660 millones de pesos que ayudaron a México a paliar la triste baja referida durante el primer semestre del año, los liberó la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH).

Los pagaron las empresas ganadoras de las rondas de licitación de 111 contratos para la producción de crudo. No habrá más contratos hasta nuevo aviso. El presidente desconfía de estos, le suenan a “mal negocio”.

El dinero viene principalmente de las ganancias que comparten esas empresas —principalmente asiáticas, europeas y latinoamericanas— con el gobierno. Así de “malo” es el negocio: de sus ganancias brutas deben entregar 80 por ciento al gobierno mexicano que no invirtió un peso. Efectivamente, el Gobierno mexicano actual se quedará con cuatro de cada cinco pesos de utilidad. Además de ganancias, las autoridades de este sexenio reciben cuotas contractuales y regalías.

Ese “mal negocio” aumentó los ingresos por esa vía 69 por ciento este año de acuerdo con datos de la CNH y ese ingreso crecerá en el largo plazo, algo que en algún momento admitirá Rocío Nahle, secretaria de Energía, quien por ahora se concentra en el negocio de la gasolina que por lo pronto sí nos costará miles de árboles y miles de millones de dólares, por una nueva refinería en Tabasco.

Tomado de El Financiero

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