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El juego verde-moreno

Superiberia

Por José Miguel Cobián  / columnista

Todo parece indicar que el PRI seguirá en picada día con día. Continuar con métodos de elección cupulares, donde los de arriba deciden y los de abajo acatan, funciona bien cuando los de abajo obtienen algo a cambio de su disciplina. Hoy por hoy, sin el Gobierno Federal, y mermado en los estados, el PRI ya no puede ofrecer un reparto del botín suficiente para todos sus operadores políticos, de allí el rechazo a la elección ya decidida por Alito (alías Amlito), y el descontento del resto de los aspirantes, en particular de Narro, quien es un hombre muy serio y no acepta ser objeto de tal burla en el seno del tricolor.  Así, muchos priístas que no tuvieron cupo en Morena se refugian en el Verde. 

En todo el País, Morena le debe mucho al PRI, la presidencia, las gubernaturas, no hubieran sido posibles sin el apoyo incondicional de los grandes operadores priistas. Nosotros en Veracruz vimos una y otra vez, que a partir del momento en que a nivel nacional se decidió que no ganaría Anaya, se evaluó el Estado y al notar que se perdía, el apoyo y la operación se volcó a favor de Morena. Se formó un TUCMAY (todos unidos contra Miguel Ángel Yunes) virtual.  Y sucedió lo impensable, el cálculo del mayor estratega político de ganar con un millón cuatrocientos mil votos falló. Obtuvo los votos, pero jamás previó que Morena obtuviera doscientos mil por encima de esa cifra. Si lo hubiera supuesto, hubiera comprado más votos, para llegar a un millón ochocientos mil o a dos millones, la capacidad de operación humana y económica daban para eso y para más. Simplemente no lo previó. 

En Veracruz el gran operador del PRI fue Héctor Yunes Landa, quien de dientes para afuera critica acremente a los gobiernos emanados de Morena, pero en lo sustantivo siempre está apoyando y no sólo él sino también su equipo político. Cualquiera que tenga el ánimo y la paciencia verá que tanto él en el Congreso Federal, como su hija en el Congreso Estatal, en lo importante votan a favor de las iniciativas de Morena. Con la ventaja de la experiencia y conocimiento, pues la vida política del padre ayuda a la hija.    

Por otro lado vemos a un José Yunes Zorrilla aislado del juego político, desencantado porque él fue de los que no se enteró de que su propio partido lo había vendido. Cuando menos en Puebla el candidato del PRI sabía que su papel era quitar votos a la coalición liderada por el PAN, con la estricta prohibición de pensar siquiera en una posible alianza, lo cual le hubiera quitado el triunfo a Barbosa. Pepe Yunes no sabía de esos arreglos. No se hubiera prestado a ellos, y por eso quedó sorprendido de lo bajo de su votación.  Sabía que no ganaría, pero jamás esperó terminar tan mal. Hoy sabe que ese resultado fue artificial y se debió a la operación de su propio partido político. Entiende que fue sacrificado en aras de un bien mayor, (el triunfo de Morena en el Estado o la pérdida del reino para la dinastía de los otros Yunes). Por ello, se reúne con sus amigos, ajenos a todo ese inesperado juego sucio, y también juega como elemento de poder para lo que viene vía el Verde, aunque hoy todavía no tiene capacidad de exigir nada. 

Hace días en la zona Centro del Estado circuló un libelo adjudicado a un exalcalde, en el cual señalaba los probables candidatos por parte de una coalición Verde-Morena para la alcaldía de Córdoba. De los tres, únicamente Rafael Aíza tendría alguna posibilidad por su cercanía con Héctor Yunes. Los otros dos que mencionó el alcalde, lo hizo para darle cuerpo a su comentario y para generar polémica.   Sin embargo, le faltó comentar que no sería la única alcaldía de la cual dispusiera el Verde.   

En Veracruz-Puerto se buscaría que la hija de Héctor fuera quien recupere el municipio más grande del Estado y lo libere de las manos del clan de blue demon. En Orizaba, buscarían un acuerdo con los empresarios para que fuera alguien del equipo de los Ferráez, el candidato ganador.  

Cuando menos esos tres municipios y quizá Fortín que está en el corredor se asignarían al Verde.  Salvo las circunstancias que se generen dentro de los próximos dos años. En principio, en Orizaba el grupo empresarial que ha tomado por asalto la alcaldía se ha convertido en un referente de buen gobierno en todo el Estado y en todo el Sureste del País. No vemos ninguna posibilidad de que dejen la alcaldía o de que una coalición Verde-Morena-PT pudiera arrebatar esa alcaldía. 

En Veracruz la situación es complicada, y al igual que en Córdoba dependerá del desempeño de Morena a nivel estatal y federal, pues el conjunto de programas sociales no comprarán suficientes conciencias en el puerto, mientras que en Córdoba sí pueden debilitar la fortaleza panista en la zona rural, que es la que tradicionalmente le ha dado el triunfo al PAN.     

Cierto es que hasta hoy las dos administraciones panistas en el puerto y en la ciudad cafetera no han recibido aplausos del respetable, también es cierto que al igual que la de Xalapa tienen dos años para enderezar el rumbo y atraer simpatías. Así que la moneda está en el aire. Sin embargo, está claro que en Veracruz la diputada Yunes y en Córdoba el joven Rafael Aíza traerían aires revitalizantes a las fuerzas unidas del Verde-Morena. 

En particular en Córdoba, los candidatos naturales, el diputado federal y los locales, no han visto fácil tener un margen de acción que les permita adquirir la estatura política para ser buenos contendientes. La marea de Morena ya pasó, ahora son gobierno y el desgaste propio de la acción gubernamental, impiden considerar que el sólo efecto del logo del partido sea suficiente para ganar las alcaldías. 

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