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El México bronco: las amenazas a la libertad

Superiberia

 

Desde Porfirio Díaz, pasando por Jesús Reyes Heroles, los que saben de política siempre han aconsejado no despertar al México bronco. Este término se refiere a los efectos perniciosos y violentos que se generan cuando la gobernabilidad de un espacio geográfico se ve amenazada por eventos que provocan manifestaciones, expresiones sociales de hartazgo y temor como respuesta a la incapacidad de la clase gobernante para atajar las injusticias y aplicar la ley sin distingos.

Nuestra historia está llena de momentos oscuros donde por intereses y apetitos diversos se pierden los equilibrios que caracterizan a la convivencia civilizada y, de manera repentina, las personas reclaman violación a sus derechos ejerciendo el legítimo recurso de la protesta ante agravios claros.

La desigualdad, la pobreza y la falta de oportunidades han sido siempre un terreno propicio para la revuelta social y la movilización, particularmente de los jóvenes. Desde el movimiento de 1968, la crisis política de 1988, la emergencia del Zapatismo en 1994 y los reclamos por el proceso electoral de 2006, distintas generaciones hemos experimentado los efectos de la desestabilización, temiendo siempre que el conflicto político se traduzca en crisis económica.

La desaparición de jóvenes normalistas en el estado de Guerrero se ha combinado con la aparición del movimiento estudiantil del IPN y el despertar de miles de jóvenes en el interior de la República que han hecho propias las protestas por las arbitrariedades cometidas desde espacios de poder, creando una bandera de oposición genuina al establishment mismo, que se traduce en un discurso antisistémico que arrastra a partidos políticos e instituciones de gobierno, con independencia de su origen partidario.

Como diría sabiamente Enrique Krauze, al ser premiado por su trayectoria por la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales en España, en este momento de crisis se acentúan los riesgos a la libertad a través de dos flagelos que son viejos conocidos: la corrupción y el crimen.

En opinión del historiador, ante estas amenazas es vital que se vertebre, casi desde la base, un verdadero Estado de derecho mediante un poder central fuerte, pero legítimo y democrático. Sin embargo, ese proceso histórico nos va a costar mucho tiempo, quizás una generación.

En el fondo, el súbito despertar de episodios del México bronco, como los que se han vivido en Iguala, demuestran que a pesar de que somos más democráticos que el siglo pasado, el modelo de representación política que se refleja en estados y municipios deja aún mucho que desear, tanto en la calidad de la gestión pública como en la entereza moral de los gobernantes.

Pareciera que, como dice Krauze, los viejos fenómenos de la corrupción y la reciente captación de algunos políticos por el narcotráfico, se han refugiado en muchas zonas del país que todavía se rigen por prácticas y costumbres muy propias del viejo autoritarismo. Muchos gobernadores se mueven en márgenes del pasado, aprovechando las libertades que el modelo democrático les concedió en materia de autodeterminación y autonomía.

 

BALANCE

La manera en cómo el sistema político procese y resuelva la crisis política en el estado de Guerrero será fundamental para dibujar las líneas del futuro de México para las próximas generaciones. Es inadmisible que desde espacios de poder, presidentes municipales, gobernadores y jefes de policía arremetan contra la población vulnerando el derecho de los jóvenes a una vida donde la educación, el empleo digno y la recreación deberían ser los principales motivos de preocupación para ese importante segmento social.

Si la rendición de cuentas y el castigo a los culpables queda sólo en frases retóricas que no conecten los hechos con la realidad, la percepción de la gente de que somos genuinamente una democracia empezará a degradarse a través de un discurso contestatario, violento y radical que podría poner en riesgo la visión institucional que ha permitido a nuestro país procesar en paz nuestros más graves problemas. El asomo desafiante de un México bronco y resentido es una mala noticia para tod@s. En ese juego pierde nuestro presente y se esfuma nuestro futuro. No debemos permitirlo.

 Twitter: @pacoguerreroa65

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