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EL MINUTERO

Superiberia

  • Margarita Zavala es necesaria para la “Cúpula del Poder”, como le llama ahora el tabasqueño López Obrador al círculo de personajes influyentes de la clase política mexicana.

Andrés Timoteo
Columnista

NUEVO OPERATIVO
A partir de esta semana iniciará un operativo especial de seguridad policiaca en la llamada Zona de las Altas Montañas, concretamente en Córdoba y Orizaba, con sus respectivas conurbaciones, pues durante la última semana en ambas regiones se registraron diversos actos de violencia como enfrentamientos armados, asaltos con víctimas mortales y ejecuciones de personas por parte del crimen organizado. Según los recuentos periodísticos, no menos de 10 personas perdieron la vida en esos hechos.
La cresta de violencia hizo que el sábado anterior varios ciudadanos realizaran una marcha en Córdoba, la cual concluyó con una manifestación en el parque 21 de Mayo para exigir al Gobierno Estatal las condiciones de seguridad para el desarrollo de las actividades cotidianas, tanto para empresarios como para los ciudadanos en general. Las condiciones de violencia, dijo el empresario José Layún Fernández, uno de los participantes en dicha caminata, ha provocado afectaciones directas al sector productivo, comercial y de servicios.
No es la primera vez que los cordobeses salen a la calle para exigir mayor seguridad a las autoridades, pues hay que recordar que en el sexenio pasado fueron muy frecuentes las manifestaciones de este tipo. Sin embargo, sí es la primera vez que una marcha ciudadana es consecuente, es decir, que genera una reacción del Gobierno Estatal y anoche, en Boca del Río, el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares se reunió con la alcaldesa Leticia López Landero y un grupo de empresarios cordobeses.
El tema tratado fue, obviamente, las medidas para abatir la ‘ola’ de violencia y el nuevo operativo que se activará en toda la región Centro. Tal es la novedad porque antes los que salían a las calles reclamando la acción gubernamental nunca fueron escuchados. El exgobernador Javier Duarte de Ochoa, pese a que en Córdoba radicaba buena parte de su familia y él mismo creció en esa ciudad, nunca se preocupó por atender a sus coterráneos ni por protegerlos de la delincuencia.
Basta recordar todos los operativos policiacos que pusieron en marcha en Córdoba y su región metropolitana, los cuales eran de papel y saliva. De vez en vez le cambiaban el nombre a dichos operativos para simular que hacían algo contra el crimen organizado, pero que nunca funcionaron. Hoy se sabe que las corporaciones y los mandos policiacos estaban al servicio de las organizaciones criminales. Por eso no se lograba abatir la incidencia criminal.
El mejor ejemplo de esa etapa negra en Córdoba fue el secuestro, en el 2013, del suegro de quien fue alcalde y secretario ejecutivo del Consejo Estatal de Seguridad Pública, Francisco Portilla Bonilla. Los criminales, consentidos por el Gobierno Estatal, no respetaban ni a los ‘de casa’, pues. Tampoco hay que olvidar que, en los dos sexenios pasados, los gobernantes permitieron que se asentaran las células delictivas en la región Centro, y concretamente el corredor Córdoba-Orizaba pasó a ser unas de las plazas de mayor movimiento de droga de la Entidad.
Lo anterior con sus crímenes paralelos como las extorsiones, los secuestros, el tráfico de migrantes y trata de blancas, los giros negros, el robo de combustible, la venta de productos piratas, los taxis al servicio de la mafia y otros asuntos que eran tolerados y fomentados desde Palacio de Gobierno. Hoy siguen las consecuencias de esa permisión, y estas deben ser atendidas y combatidas.
¿Qué se espera de la reunión de empresarios con Yunes Linares? Más allá de lo que informe la alcaldesa López Landero los cordobeses esperan que los participantes en ese encuentro hayan logrado estar a la altura de las circunstancias, que lograran que las autoridades estatales efectúen operativos serios y eficaces, y no se hayan limitado a servir de ‘paleros’ y aplaudidores como lo hicieron otros empresarios durante el sexenio duartista, esos que recibían con piropos y abrazos  al secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez -hoy preso en Pacho Viejo- cada vez que acudía a Córdoba.


TRES Y LA COLADA
Los tiempos electorales van madurando y ya están inscritos ante el Instituto Nacional Electoral (INE)  los cuatro candidatos a la Presidencia de la República: el de la coalición “Por México al Frente” (PAN-PRD-MC), Ricardo Anaya, quien solicitó su registro el domingo 11 de marzo, el abanderado de la alianza “Juntos haremos historia” (Morena-PT-PES), Andrés Manuel López Obrador, quien hizo lo propio el viernes pasado y ayer acudió ante la autoridad electoral  el candidato de la alianza “Todos por México” (PRI-PVEM-Panal), José Antonio Meade Kuribreña.
El cuarto aspirante es una mujer y se coló a la carrera presidencial pese a los chanchullos que hizo en la recopilación de firmas de ciudadanos para lograr el requisito. Se trata de ‘La Calderona’, mejor conocida como Margarita Zavala Gómez del Campo, esposa del expresidente panista Felipe Calderón, a quien el INE le perdonó haber falsificado unas 220 mil firmas de ciudadanos, y la avaló como candidata “independiente”. Ella acudió a registrarse el domingo 11 de marzo.
Los que quedaron fuera de la boleta electoral son Jaime Rodríguez Calderón, gobernador de Nuevo León y Armando Ríos Píter, quien se llegó a autodenominar como “El Macron mexicano”. Por lo menos se deshicieron de ese par de embusteros. Tampoco logró el registro el exconductor de noticieros radiofónicos, Pedro Ferriz de Con, aunque su rechazo ya había sido anticipado desde semanas antes.
En el caso de Zavala de Calderón, es pertinente destacar que a pesar de que incurrió en un delito al presentar firmas falsificadas obtuvo su registro porque servirá para tratar de quitarle votos al panista Ricardo Anaya y al morenista López Obrador. Ella es necesaria para la “Cúpula del Poder”, como le llama ahora el tabasqueño López Obrador al círculo de personajes influyentes de la clase política mexicana.
López Obrador ya no quiere llamarlos más la “Mafia del Poder” porque le incomoda que se diga que a Morena se fueron los mafiosos, suena mejor que ese partido recibe a los “poderosos”. En fin, los tres candidatos y la colada iniciarán campaña formal en once días, el 30 de marzo, en pleno Viernes Santo. ¡Vade retro Satanás!

EL NIÑO LISANDRO
En agosto de 2016, las lluvias generadas por la tormenta tropical “Earl” provocaron la tragedia: un alud sepultó la casa de la familia Gilbón Delgado. Murieron tres de sus cuatro integrantes: el padre, Agustín Filomeno Gilbón, de 31 años, su esposa, Virginia Delgado de 24 años y el bebé Sebastián Gilbón Delgado de un año y cinco meses. Sólo se salvó el hijo mayor, Lisandro, quien, en ese entonces, tenía 8 años, y que fue sacado del lodo por unos vecinos.
El desastre sucedió en la comunidad Tamazolapa del municipio de Coscomatepec. Las víctimas eran pobres. Lisandro se quedó solo, pero su tragedia sirvió a los políticos para promocionarse mediáticamente. Una de las beneficiadas fue Ana Guadalupe Ingram, quien siendo delegada estatal de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) acudió a Tamazolapa a abrazar al huérfano el 19 de noviembre.
La funcionaria se tomó muchas fotografías con el pequeño y las difundió en la prensa y redes sociales. El comunicado de su oficina decía que el niño recibiría una beca para estudiar hasta que cumpliera 23 años de edad a través del Programa Seguro de Vida para Jefas de Familia. “No estás solo, nos tienes a nosotros, me tienes a mí”, le dijo Ingram al pequeño huérfano frente a las cámaras y micrófonos de prensa.
El otro político que sacó provecho mediático fue el entonces alcalde de Coscomatepec, el priista Manuel Álvarez Sánchez -hoy promotor de la campaña de José Yunes Zorrilla-, quien también prometió ayuda económica al pequeño, además de construir una vivienda en un sitio sin riesgo para que viviera junto con una de sus abuelas que asumiría la tutela. A un año y siete meses de aquellas promesas y fotografías melosas, el pequeño Lisandro no ha recibido nada.
Agobiados por la miseria, él y su abuela, Agustina Rosas, tuvieron que mudarse al poblado Amotititla, donde ni siquiera tienen electricidad. Se cansaron de esperar la casa que les anunciaron, la beca para los estudios y el apoyo para el sustento alimenticio. Los dos políticos ya dejaron los cargos públicos para buscar nuevos acomodos electorales y se olvidaron del compromiso hecho con Lisandro Gilbón. El niño fue una estadística más y material desechable en su promoción personal.
El pequeño sigue viviendo en la pobreza mientras que ellos acojinan su intención de seguir viviendo del presupuesto público. Vaya cinismo. Ella, Guadalupe Ingram quiere ser Diputada Federal por la vía plurinominal, es decir, sin someterse al voto, pues no gana los comicios -ya en el 2015 fue derrotada cuando contendió por la diputación Federal en el distrito de Veracruz Urbano- y él, el exalcalde de Coscomatepec, Álvarez Sánchez, sueña con un cargo en el gabinete estatal si gana Yunes Zorrilla la Gubernatura. ¡A qué le tiras cuando sueñas mexicano!
Por cierto, en las gacetillas que la señora Ingram ha insertado en algunos espacios de opinión, en el contexto de su salida de la delegación de Sedesol, hay una tremenda contradicción -por no decir: una mentira plena, la cual sus difusores la publicaron sin pasarla por la rigurosidad periodística que exige confirmar la certeza de la información- al asegurar que, del 2014 a la fecha, el período al frente a la delegación de esa dependencia, 425 mil veracruzanos salieron de pobres.
Argumenta que el 2.8 por ciento de la población veracruzana que es consideraba en pobreza superó tal estatus bajo nuevas mediciones. Mentira, hay que recordar el escándalo en el último par de años cuando la Sedesol modificó las variantes para medir la condición de pobreza a fin de aparentar que esta había disminuido. Por ejemplo, si la familia pobre tiene un televisor, esa es una variable que lo eleva de nivel, ¡aunque el aparato se lo dio el propio Gobierno en el marco del famoso ‘apagón digital’! En eso se basaron las engañosas gacetillas opinativas.
Peor aún, sus cifras contradicen las de Comisión Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) que indican que, durante el sexenio de Javier Duarte, 500 mil veracruzanos ingresaron a las estadísticas de pobreza. De los 4 millones 448 mil veracruzanos que en el 2010 había en dicha situación al 2016 la cifra había crecido a 5 millones 049 mil. ¿Cómo le hizo entonces la señora Ingram para sacar a 415 mil veracruzanos de la miseria en poco más de tres años? ¡Fake News!
Además, en los comentarios favorables que mandó a insertar en espacios de opinión, la exreina del Carnaval de Veracruz asegura que se fue de la Sedesol “orgullosa de las cuentas entregadas (sic)”, pero el caso del niño Lisandro desnuda lo que fue su gestión en esa dependencia: pura mentira y simulación.

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