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EL MINUTERO

Superiberia
  • Por Andrés Timoteo/ columnista

EL NUEVO GRINCH
La segunda ola de la pandemia de Coronavirus hace que poco a poco Europa regrese al confinamiento, aunque todavía parcial, limitado al horario nocturno. En estos días tres países han ordenado ‘toques de queda’ por las noches durante un mes para tratar de detener la incidencia de infecciones que amenazan con desbordar los hospitales y recrudecer la estadística de decesos que en algunas regiones ya alcanzaron los números que se tenían en marzo y abril cuando azotó la primera oleada.
Ayer jueves inició el ‘toque de queda’ en Inglaterra e Italia que será de las 22:00 horas a las 06:00 horas y durará un mes. El 3 de diciembre todos volverán a las actividades nocturnas en el exterior, además cerraron museos, bares, restaurantes y todos los colegios deberán continuar el ciclo escolar de forma virtual. La península itálica además clasificó como “zonas rojas” por los contagios descontrolados a Lombardía, Piamonte, Valle de Aosta y Calabria que son el corazón industrial y donde más de 16 millones de personas estarán bajo cierre perimetral.
En Lituania el encierro inicia mañana sábado y durará tres semanas. Como se recordará, España y Francia ya tienen desde hace días confinamientos parciales y cierres perimetrales de zonas urbanas en un intento de detener la ola de contagios. Al parecer, lo anterior ha funcionario en España pues el reporte más reciente de las autoridades sanitarias ha bajado el nivel de infecciones por cada 100 mil habitantes, tal es el caso de Madrid que descendió de 800 a 400 casos.
Desde el 2 de octubre, la capital española y su área conurbada cerraron sus perímetros antes que otras regiones. El resultado es un descenso en la ruta de contagios. Lo mismo Cataluña, región que logró disminuir la velocidad en la propagación de la gripe pandémica o sea el famoso “RT” (Ritmo de Transmisión) que hasta ayer estaba situado en 1.02 y la meta es bajarlo a menos de un punto porcentual lo que se sería un indicador de que comenzará a aplanarse la curva estadística de la segunda ola de la Covid-19.
Barcelona, que es la ciudad más poblada y la urbe más importante de España después de Madrid, ubicó su RT en 1.04 cuando antes era de 1.14. No hay que olvidar que la región catalana fue una de las más golpeadas a inicio del este otoño donde se dieron los primeros grandes focos de contagio de la segunda ola del Coronavirus.
En Francia, la primera nación de Europa en decidirse por el ‘toque de queda’ nocturno todavía no cosecha avances destacables en la contención de la pandemia y el último balance fue de 363 muertos -un día antes fueron 430- y un récord de 58 mil nuevos infectados en las últimas 24 horas, por lo que se ordenaron más restricciones como el cierre de grandes supermercados y tiendas de productos “no esenciales”.
Por su lado, la Asamblea Nacional -la cámara de diputados- aprobó el miércoles que el “estado de urgencia” declarado el 17 de octubre se extienda hasta el 16 de febrero. El Senado lo votará mañana sábado, aunque se prevé que modifique el límite al 30 de enero y, en su caso, la prolongación del ‘toque de queda’ más allá del 3 de diciembre requiera autorización del parlamento. Traducción: el encierro podría llegar hasta Navidad y Año Nuevo.
Y ahí está un punto de quiebre para todos los franceses y toda Europa pues se trata de evitar a toda costa que el confinamiento llegue a las fiestas navideñas por el tremendo daño económico que representará para todos los sectores, desde el comercial hasta el turístico. De acuerdo con el gobierno francés, el mes de reconfinamiento ocasionará pérdidas de entre 12 mil y 14 mil millones de euros -350 mil millones de pesos-.
No obstante, la cúpula patronal asegura que serán entre 50 y 75 mil millones de euros -es decir entre un billón 750 mil millones de pesos y 2 billones 500 mil millones de pesos- y hará que caiga hasta un 10 por ciento el Producto Interno Bruto (PIB) en Francia si se llega hasta las fiestas de Navidad y Fin de Año.
Por eso, el ‘confinamiento suave’, como llaman al nuevo encierro, tiene como objetivo primordial -después de frenar los contagios de la pandemia- salvar la Navidad en el entendido que el Coronavirus es el nuevo ‘Grinch’ que amenaza con robársela como ya lo hizo con los carnavales, las vacaciones de Pascua y un sinnúmero de eventos durante este 2020. Claro, los memes estallan con el tema y ya presentan a la bola verde con protuberancias y corona contra Papa Noël en la batalla de invierno. Épica, por supuesto.
 
LA “GENERACIÓN
SACRIFICADA”
Algo significativo ha aparecido en el criterio popular, según los sondeos levantados en los últimos días por diversas casas de demoscopia, y es que hay una sensación generalizada de que la crisis sanitaria será de larga duración y rebasará la Navidad, Año Nuevo y buena parte del 2021 y podría ‘comerse’ ese año completo. La empresa Ifop indica que el 70 por ciento de los franceses está dispuesto a mantenerse confinados el resto del año con tal de frenar la pandemia.
Por su lado, la firma Odoxa indica que el 69 por ciento piensa que la crisis económica será muy prolongada y estima que el país se empobrecerá en tu totalidad. He aquí una discrepancia generacional: mientras la población adulta acepta las medidas de confinamiento, los jóvenes la rechazan sobre todo en tema de trabajo presencial.
Un porcentaje superior a los 80 puntos los encuestados, entre 18 y 30 años, teme convertirse en la “generación sacrificada”, es decir la que va a pagar el costo más elevado de las medidas sanitarias contra la Covid-19 y casi un 99 por ciento piensa que si pierden el trabajo actual les será muy difícil reingresar en el mercado laboral porque las normas, los espacios y las condiciones van a cambiar después de que pase la peste. Y tienen razón, la sacudida epidémica cambiará modificará y deprimirá el trabajo.
 
CRITERIO DE
MARRANIDAD
Como ya se ha dicho, cada vez que hay un caso de corrupción que sacude al país aparece el nombre del ex gobernante veracruzano, Javier Duarte de Ochoa. Ahora, este personaje que purga una condena mínima en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México se ha ofrecido voluntariamente para declarar en contra del expresidente Enrique Peña Nieto y confirmar que son ciertos los señalamientos de haber recibido sobornos de la transnacional brasileña Odebrecht en la elección del 2012 a cambio de contratos en el sector energético.
¿Pues no que negaba estar involucrado en ese asunto hace apenas unos meses? Ahora con el cambio de posición Duarte confirma que está embarrado en el mismo cochinero. Claro, cantinflescamente asegura que no quiere apegarse al famoso “criterio de oportunidad” o sea convertirse en testigo protegido y colaborador de la Fiscalía General de la República (FGR).
Eso frente al espectro legal y mediático porque su verdadera intención es recibir favores a trasmano como reducir su estancia en el penal y que su ex esposa, Karime Macias sobre la que pesa un proceso de extradición de Inglaterra sea bien tratada por las autoridades. No será el “criterio de oportunidad” el que busca Duarte, pero si un “criterio de marranidad”, su especialidad.
 
CONTEO AGÓNICO
Nuevamente, al cierre de esta columna y tres días después de celebrada la elección, la moneda seguía en el aire respecto al futuro gobernante de los Estados Unidos. El demócrata Joe Biden acariciaba la victoria sobre el republicano Donald Trump quien le copió el discurso al mexicano Andrés Manuel López Obrador denunciando fraude, presentado denuncias y exigiendo recuento “voto por voto” con el fin de aferrarse al poder que se le escapa. Bien dicen que “Dios los hace y el diablo los junta”. Risas.
Se está cumpliendo el pronóstico que de que se llevaría varios días el recuento de los votos emitidos el martes. En tanto, el mundo sigue expectante ante ese conteo agónico en los estados claves que definirán quién se va a sentar en el trono imperial, si llegará un moderado o si continuará el loco populista. Ni modo, a esperar, tal vez hoy viernes se conozca el desenlace del culebrón electoral en el país vecino.

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