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EL MINUTERO

Superiberia
  • Por Andrés Timoteo / columnista

DEBES VACUNARTE
Ya se arribó al 2021 y corren los días para la aparición de la tercera “ola” de la pandemia gripal, al menos en Europa. No obstante, en todo el mundo están a la expectativa por los saldos de morbilidad que arrojarán los festejos navideños y de fin de año. Aun con las restricciones que se establecieron en casi todos los países, no toda la población obedeció y las reuniones y fiestas masivas o moderadas arrojarán un coste epidemiológico.
Algunos titulares de prensa de los días primero y dos de enero resumieron a la perfección el nuevo año. “Feliz Vacunación 2021”, publicaron unos. “2021, la carrera entre el virus y la vacuna”, cabecearon otros. La pandemia de Coronavirus también ha modificado las predicciones de cada inicio de año, es decir, las cabañuelas, porque ahora lo menos que interesa es conocer con anticipación la cuestión meteorológica.
La atención mundial está puesta en el proceso de vacunación, la llave para salir del encierro. Éste comenzó la última semana de diciembre y va demasiado lento. Lentísimo más bien. Israel es el único país puntero, pues ha aplicado un millón de dosis, es decir, que vacunó al 12 por ciento de su población, que es poco 8.8 millones de personas.
De ahí sigue Estados Unidos que ha inmunizado 4.2 millones, apenas el 1.3 por ciento de su población que es de 328 millones y el gobierno falló en su compromiso de vacunar al menos a 20 millones de ciudadanos antes de finalizar el 2020. En Francia se han vacunado menos de mil personas pese a tener un ‘stock’ de 500 mil dosis; mientras que Alemania ha inmunizado a 80 mil e Italia a 33 mil. España de plano no ha presentado cifras oficiales sobre la aplicación de la vacuna anti-Covid.
Por eso, esta semana casi todos los gobiernos de los países europeos anuncian la reestructuración del calendario de vacunación para acelerarlo dado que, como dicen los titulares de los periódicos, hay una galopada entre la vacuna y el Coronavirus, una competencia entre el número infectados y de inyectados. Va ganando el patógeno.
A la par, también en la Unión Europea se discute ya lo que algunos llaman el “pasaporte inmunológico”, “Passage-Covid” o “Visa-Covid”, es decir, una suerte de cartilla que acredite que una persona ya está vacunada y que sea obligatoria de presentar en cada aeropuerto, terminal de autobuses o embarcación naviera que cruce fronteras entre los países, a fin de evitar que el portador sea sometido a un test serológico u obligado a guardar cuarentena de al menos diez días.
Este “pasaporte inmunológico” podría ser replicado en todo el orbe y los viajantes de países donde está descontrolada la Covid-19 -entre ellos México y Brasil- se enfrentarían a una nueva barrera migratoria a cortesía de la pandemia. Más aún que ya proliferan por todos lados las dos nuevas cepas del SARS-CoV-2, una surgida en Gran Bretaña, al norte, y otra en Sudáfrica, al sur, cuya potencialidad de transmisión es entre 50 y 70 por ciento más que la variante actual de acuerdo con los científicos.
En resumen, la vacuna anti-Covid es el tema más socorrido del nuevo año y sobre ella gira la esperanza mundial. Y así como en la primavera pasada, cuando inició la pesadilla pandémica, se hizo global la frase: “¡Restez chez vous!” (¡Quédate en casa!), ahora hay una nueva arenga: “Il faut se faire vacciner” o “You must get vaccinated” o “Debes vacunarte”. No hay de otra para salir del atolladero pandémico.
La recomendación ya se machaca porque también hay una reticencia de la población para aceptar la vacuna. Francia lidera en el escepticismo y hasta en el rechazo a esa inmunización, pues sólo la acepta un 40 por ciento de los 77 millones de habitantes, o sea que el 60 por ciento no está dispuesto a vacunarse, según los sondeos. Le sigue Sudáfrica con un 53 por ciento de rechazo, Japón con 40 por ciento, España con 38 por ciento y Alemania con 35 por ciento.
Los que más están dispuestos a inmunizarse son los chinos, con un 80 por ciento; los brasileños, con un 78 por ciento; los ingleses, con un 77 por ciento; y los norteamericanos, con un 65 por ciento. En tanto avanza el proceso de inmunización, enero también arranca con el endurecimiento de las medidas sanitarias en todo Europa donde en varios países, como Reino Unido y Alemania, han roto récords de contagiados y fallecidos.
En Francia, el estado de emergencia epidemiológica se prolongará hasta el 31 de enero y, en al menos veinte departamentos, se aplicará el ‘toque de queda’ desde las 6 de la tarde -dos horas más temprano que en el resto del país- para tratar de detener el ritmo de infecciones y atenuar la ponderada tercera ola pandémica que algunos dicen que será un tsunami.

AHUEHUETES
Y BACHES
En México las cosas están para llorar: la pandemia fuera de control, los hospitales a punto de colapsar y todavía no se sabe la magnitud de contagios que arrojarán las fiestas decembrinas. El gobierno sigue tratando de manipular mediáticamente la vacuna anti-Covid como solución de la crisis, cuando no hizo nada para contenerla ni para salvar a los casi 130 mil muertos que ya se llevan.
Mientras en Europa el proceso de vacunación está en el debate público e incluso en naciones, como Francia, se discute la instalación de consejos ciudadanos para supervisarlo, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, se ocupa en sembrar un ahuehuete en homenaje a los fallecidos. Al resto de la población le recomienda que “tengan mucha fe” y pregona que el 2021 le irá muy bien al país y que hay que “quererse y abrazarse todos” -lo mismo que dijo al debut de la epidemia y miren cómo les fue a todos-.
El gobernante veracruzano, Cuitláhuac García, está peor, pues dirigió un mensaje de Año Nuevo lleno de ocurrencias, imprecisiones, cantinfleo y folclorismo. Dijo que en este 2021 se saldrá del “bache”, o sea, para que el luto y el sufrimiento de millones es eso nada más, un hoyo a saltar. Además, afirmó que en el 2021 se distribuyeron ayudas por 62 mil millones de pesos de la federación y “otro tanto” por el gobierno estatal. Es decir, 124 mil millones de pesos, una cifra casi similar a la del presupuesto anual de la entidad. Es claro, una mentira total, casi una burla para los veracruzanos que se las ven negras por la enfermedad y la falta de ingresos económicos.
Cuando más se requiere de líderes, de hombres de Estado que alienten a la población, que les presenten proyectos de rescate médico y económico o al menos que reconozcan los fallos, ofrezcan disculpas y rectifiquen acciones, estos gobernantes siembran árboles para los muertos y reducen el zarpazo pandémico a un “bache”, del cual se saldrá “en los primeros meses” de este año, según ellos. A México le vino grande la pandemia -era obvio- y muy chicos los mandatarios que en campaña aseguraban que harían el cambio y eran la esperanza del país. Ellos hacen tanto daño como el Coronavirus.
 
SE PASEA EN CÓRDOBA
El sábado se cumplieron seis años del asesinato del periodista urbano Moisés Sánchez Cerezo, quien fue secuestrado en su domicilio de Medellín de Bravo, estuvo desaparecido por veinte días y luego su cuerpo fue localizado mutilado en un predio del municipio vecino Manlio Fabio Altamirano. A la fecha, lo que impera es la impunidad que desde el gobierno de Javier Duarte le dio a sus autores intelectuales y materiales.
De los nueve acusados, sólo un policía municipal está en la cárcel, pero a punto de obtener su libertad por los amparos promovidos. Otros tres elementos policíacos fueron liberados el año pasado y los demás nunca fueron detenidos. El ex alcalde panista de Medellín de Bravo, Omar Cruz Reyes, sigue en calidad de “prófugo” aunque más bien deberían denominarlo “impune” porque está localizable, pero nadie lo localiza.
El fin de semana, Jorge Sánchez, hijo del periodista asesinado, realizó una manifestación frente a palacio de gobierno en Xalapa para reclamar justicia a su padre y denunció que hay información de que Cruz Reyes está radicando en la zona centro y, especialmente, “se le ha visto en algunos cafés de Córdoba como si nada”. Vaya, la Ciudad de los Treinta Caballeros ahora es refugio de criminales, ¡que novedad!
El ex edil panista no es el primer delincuente que se esconde en Córdoba. Recuerden que en julio pasado fue detenido allí mismo Aldo Adán Castelán García, quien en el 2019 asesinó a su novia, Silvia Jazmín Alpuche, en Coatzacoalcos y quemó su cadáver en un basurero clandestino a orillas de la autopista Cosoleacaque-Nuevo Teapa.
El feminicida estuvo prófugo once meses y mientras algunos lo ubicaban en el Estado de México, Sonora y hasta en la Unión Americana, el tipo andaba como si nada en Córdoba, haciendo de las suyas pues su captura no fue producto de un trabajo de inteligencia judicial sino porque lo intervino la policía por escandalizar en la vía pública. Y Castelán García no es un delincuente cualquiera sino pariente de un poderoso líder del sindicato petrolero que está adosado a la clase política del sur del estado, por eso logró evadirse de Coatzacoalcos y nadie lo buscó.
¿Qué tendrá Córdoba que atrae a los criminales ligados a las esferas del poder?, ¿acaso por la autoridad que lo gobierna?, ¿o porque ahí está domiciliado el ex fiscal duartista, Luis Ángel Bravo  quien en su momento le facilitó la huída a Cruz Reyes?, ¿o porque, como siempre se ha dicho, la zona es un ‘dormidero’ de delincuentes, es decir, tierra franca donde nadie hace nada para perseguirlos ni arrestarlos? Adivinen.

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