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EL MINUTERO

Superiberia

Por Andrés Timoteo / Columnista

FEMINISMO AL EXTREMO

Corría el otoño del 2013 y Europa festejaba los 200 años del nacimiento de Giuseppe Verdi. En todos los teatros, óperas y salas de concierto se honraba al maestro. En las óperas Garnier y Bastilla de París se habían montado Nabucco, Aida, Rigoletto y La Traviata algunas de sus obras más excelsas. Esos espacios vibraban con el canto de tenores y sopranos. En Garnier daban la función de Rigoletto y un joven cantor interpretó intensamente ‘La donna è mobile”.

En aquella ocasión alguien me explicó –y a la vez ofrezco una disculpa al lector por la primera persona- el verdadero alcance de la letra de dicha aria -fueron unos lombardos, compañeros en la universidad-. Obviamente, para un extranjero ajeno al idioma de Verdi es difícil captarlo y si a eso se le añade el doble sentido que le da el ‘italiano vero’ (el verdadero italiano), entonces lo es todavía más. De entrada, la composición es muy atrevida pues hace una descripción prejuiciosa y estereotipada de la mujer.

“La donna è mobile, qual piuma al vento, / muta d’accento, e di pensiero. / Sempre un amabile, leggiadro viso, /in pianto o in riso, è menzognero. / È sempre misero, chi a lei s’affida, / chi le confida mal cauto il coure! / Pur mai non sentesi felice appieno /chi su quel seno non liba amore!” (La mujer es voluble/ como una pluma al viento, /cambia de palabra y de pensamiento. / Muestra siempre un rostro amable y hermoso, /pero su llanto y risa son siempre falsos. / ¡Siempre es un miserable quien en ella confía/ e incauto le entrega el corazón! / ¡Y nunca es feliz / aunque haya libado amor de su seno!”.

Vaya letra que la retrata como pérfida, mentirosa, hipócrita, traicionera y hasta alude a un acto sexual, aunque con bellas palabras. Sin embargo, los italianos también interpretan eso de “la donna è mobile” como “la mujer es ligera” (de ‘cascos’ dirían en América Latina donde se compara maliciosamente a las damas con yeguas) o sea que por su naturaleza la mujer tiene la reputación de ser proclive al engaño amoroso y a la promiscuidad sexual. En el cotilleo común y cotidiano, cuando ven a una mujer liberada y atrevida, dueña de su vida, entre susurros y risillas cantan “la donna è mobile”, como una crítica a su ‘moral’ relajada y señal entre los varones para lanzarse sobre ella.

Durante más de un siglo -Rigoletto se estrenó en 1851-, esa melodía de Verdi no solo ha sido intocada sino también aplaudida en los mejores escenarios del mundo, hasta hoy que comenzó a ser criticada por algunos sectores del feminismo. Son las extremistas que pretenden cambiar los conceptos sobre la mujer, pero que en ese afán intentan arrasar con la historia. Las mismas que buscan, alegando la inclusividad, alterar el lenguaje de un solo tajo, derribar monumentos y destruir obras de arte quemándolas en una hoguera.

Ya en las marchas del año pasado algunas se lanzaron contra el chileno Pablo Neruda, satanizándolo por haber escrito: “Me gustas cuando callas porque estás como ausente. / Distante y dolorosa como si hubieras muerto.” ¡Pablo, cállate tú!, le espectaron. En este 2021 también le tocó el turno al comic. Ya hay reclamos para que se cancele la caricatura de Pepe le Pew -en Francia le llaman Pépé le Putois-, un zorrillo conquistador cuyas escaramuzas amorosas hacia la gatita que confunde con una de su especie ahora son vistas como acoso por el feminismo extremo.

A nadie extrañe que en breve exijan prohibir “La Farsante” de Juan Gabriel o “Pajarillo” de Napoleón canciones que describen la traición de una dama con la promesa de venganza por parte del engañado y a una prostituta a la que ven siempre en una esquina de la calle vendiendo su cuerpo y luego adquiere una enfermedad venérea.

La lucha feminista debe ser apoyada sin cortapisa, a las mujeres se les debe oír, cuidar y defender sobre todo en países como México -y en entidades como Veracruz- que se convirtieron, de un tiempo a la fecha, en territorios de caza para los feminicidas. No obstante, todos los extremos son peligrosos y permitir que la causa feminista se convierta en una nueva “Santa Inquisición” a fin de arrasar todo lo creado y castigar a sus creadores es una sinrazón que conducirá al caos y terminará por afectar al mismo movimiento reivindicatorio de las mujeres.

Por lo pronto, miles de mujeres se manifestaron  en todo el mundo. En la capital mexicana las feministas lograron derribar parte del muro metálico colocado para resguardar al palacio donde habita el patriarca presidencial y hubo breves batallas campales con policías que les arrojaron gas lacrimógeno y las detuvieron con escudos y toletes.

Es, claro, un juego de fuerzas entre el lopezobradorismo que ya perdió la calle y las mujeres que la ganaron. Son el macho dominante que se encierra en su castillo reforzado y las féminas de a pie que lo cuestionan, señalan y acorralan. Los agentes con porras y gases no defienden un monumento histórico sino a su morador y al régimen que él representa y que es profundamente machista, vertical y mesiánico.

Para no variar, a la carta que más de 2 mil 500 mujeres le enviaron para que rectifique en su posición misógina y contra la causa feminista, el tabasqueño descalificó a las firmantes acusándolas de ser “fifís y famosas”, también se lanzó contra la prensa internacional que dio cobertura a la movilización feministas. López Obrador no cede y cree que todo es una conspiración en su contra. El Estado y la nación son él, lo demás -incluyendo a las mujeres maltratadas, marginadas o asesinadas- no importa.

EJEMPLOS FALLIDOS

Por cierto, en Orizaba las organizaciones feministas instalaron algo llamado “Anti-monumenta” -he ahí un ejemplo de la alteración arbitraría del lenguaje como si fuera algo plausible- por el Día Internacional de la Mujer allí recordaron el nombre de varias víctimas de feminicidio, entre ellas una que puede considerarse como ejemplo ícono del abuso, discriminación, agresión y muerte: doña Ernestina Ascensión Rosario, asesinada en Soledad Atzompa en el 2007.

Ella reúne todas las desventajas de una persona en una sociedad como la actual y fue objeto de agresiones en vida y aun estando muerta. Era mujer, anciana, indígena, pobre, analfabeta y extremadamente vulnerable, y fue atacada por varios hombres -soldados- que abusaron sexualmente de ella y la dejaron abandonada en el monte, luego fue llevada a un hospital público donde murió.

Después de muerta no le creyeron, sus últimas palabras fueron desvirtuadas y se le tachó de mentirosa con tal de proteger y dar impunidad a sus victimarios. La señora fue usada como mercancía política por los poderosos y su familia fue hostigada, cercada y coaccionada para no reclamar justicia. Su feminicidio sigue impune a 14 años de haber sucedido e indignado a toda la nación.

La jornada feminista en Veracruz también tuvo como agregado la burla del cuitlahuismo que hizo apología de sus funcionarias tratando de ponerlas como ejemplo de un gobierno paritario y con vocación de justicia de género. Nada más falso. Todas las funcionarias citadas y a las cuales les mandaron a elaborar carteles que colgaron de los balcones del edificio gubernamental de Jalapa son ejemplo de lo fallido para el feminismo.

La fiscal Verónica Hernández al igual que la presidenta del Poder Judicial, Inés Romero, llegaron a los cargos tras una embestida ilegal contra sus antiguos titulares. Es peor el caso de Romero Cruz porque la destituida y hoy procesada judicialmente fue otra mujer, Sofía Martínez, quien además recibió una amenaza directa contra ella y su familia de parte de otro macho cerril, el secretario de Gobierno, Patrocinio Cisneros.

A su vez, la fiscal Hernández Giadáns no solo mantiene la impunidad en casos de violencia de género, incluidos los feminicidios, sino que se ha prestado a proteger a los abusadores, especialmente de los políticos allegados al poder estatal cuyos expedientes judiciales escondió. Uno de esos casos es el del diputado local por Córdoba, Rubén Ríos Uribe quien tiene una denuncia por golpear a su pareja y el proceso judicial ha sido detenido por Hernández Giadáns para que no se vea afectada su candidatura a la alcaldía cordobesa.

La presidenta del congreso local, Adriana Linares, mantiene la misma línea de su antecesor, Ríos Uribe, y se ha negado a dar cause a iniciativas a favor de la mujer y específicamente a la propuesta para despenalizar el aborto y garantizar el derecho de las veracruzanas a decidir sobre su cuerpo. Entonces, ¿cómo pueden presumir que su posición es un acto de justicia para las féminas? Además, la legisladora ya fue sancionada por los tribunales por desacatos de algunas sentencias, es decir es una servidora pública que viola la ley y eso no lo hace la mayoría de las mujeres veracruzanas.

Y qué decir de Namiko Matzumoto, presidenta de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) siempre omisa para defender a las mujeres, callada cuando los agresores son funcionarios estatales y quien fue reelecta como ombudsman por el morenismo gobernante como un pago por prestarse a rejuego para liberar al exsecretario de Seguridad Pública del duartismo, Arturo Bermúdez, sobre quién emitió una recomendación alegando que fue ¡¡torturado con música de Maluma!!  Y así todas y cada una de las mujeres en el gobierno cuitlahuista tienen oscuridades que se oponen a la causa feminista y no reivindican a su propio género.

‘CEPILLÍN’, UNA ÉPOCA

Seguramente los jóvenes y niños de ahora no lo identifican, pero “Cepillín” marcó a toda una generación. El ‘payasito de la tele’ llevó diversión y entretuvo a millones de pequeños desde los años ochenta. Ricardo González, el hombre que lo creó y lo interpretaba falleció el lunes. Su deceso se vio opacado mediáticamente por la cobertura de la movilización feminista, pero lo lamentan y lloran generaciones enteras. Descanse en paz.

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