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EL MINUTERO

Superiberia

SE VA LA SOLDADA
Nadie sabe, nadie supo. ¿Cuándo es el cuarto y último informe de gobierno de la panista Leticia López Landero? Pareciera ser el secreto mejor guardado. Unos dicen que será hoy lunes, otros que mañana martes y algunos aseguran que únicamente lo dará de forma telemática, o sea, a través de las redes. El misterio de la fecha, la hora, el lugar y la forma no es gratuito sino lleva la intención de despistar a la opinión pública.

Por supuesto que este silencio sobre el evento no es por miedo a que alguien vaya e increpe a la edil ya que en Córdoba no hay disidentes ni activistas ni empresarios y, vaya, ni políticos de oposición con los suficientes tamaños para hacerlo. Si algo se tiene en la Ciudad de los Treinta Caballeros es una ciudadanía pasiva, indiferente, apocada y callada aún cuando la roben y la tengan sometida a la mediocridad.

No, más bien es para evitar, en lo posible, que la señora dé la cara ya que la tiene demasiado sucia. El meollo del asunto no es si presentará su último informe, de qué manera y qué contendrá sino que buscan obviar la última comparecencia pública que, quieran o no, se enmarca en el concepto de rendición de cuentas. Así como se oye, aunque no rienda cuentas, el informar sobre lo que hizo o no en su año de gobierno debería ser un ejercicio público para la evaluación.

Teóricamente tendría que hacerlo en Cabildo abierto, es decir, frente a los ciudadanos que se interesen en acudir a la sesión para escucharla y hasta para cuestionarla, pero el evento lo están escondiendo lo más posible y si pudieran lo suspendería. De hacerlo, seguramente será solo frente a los regidores cómplices del mal gobierno que no representan ni en un ápice a los cordobeses y con un público -más bien aplaudidores- seleccionado.

Hasta hace algunas semanas, López Landero juraba que antes de que finalizara su cuatrienio estarían terminadas y entregadas diversas obras como el libramiento vial llamado Paso a Desnivel en el barrio Las Estaciones o la remodelación del mercado Revolución. Nada está listo y eso que la propia edil fanfarroneaba que iba “a callar bocas” y hasta arengaba que los cordobeses “la iban a extrañar” -risas, sin duda la señora es atrevida-. Por eso quiere irse a hurtadillas, en silencio y si es de noche mejor, como lo hacen los bandidos. Eso sí, a diez días de que abandone el Palacio Municipal solo una de sus promesas puede darse cabalmente como cumplida, aunque ésta no tenga nada que ver con el bienestar de la ciudadanía ni mucho menos. Más bien es un compromiso de conveniencia política y para comprar impunidad: que iba a convertirse en una soldada del morenismo.

Misión cumplida.

Claro, en realidad fue una recluta del ‘bolaochismo’ pues se convirtió en fiel operadora del secretario de Gobierno, Patrocinio Cisneros, apodado el “Bola 8”. De esta forma, la alcaldesa no solo operó en contra de su partido para entregarle el Ayuntamiento a un sucesor emanado de Morena sino también maniobró en contra de los propios

cordobeses a los que despojó del patrimonio para entregárselo a los funcionarios estatales. Los ejemplos más ominosos son el traspaso de la exHacienda Toxpan y permitir que cada mes el gobierno estatal le quitará 5 millones de pesos al presupuesto municipal.

Es un hecho que no terminará en la cárcel porque la impunidad ya la pagó en abonos y con dinero ajeno, pero que ya no esté en el Ayuntamiento una suerte de regalo navideño para los cordobeses. Se va la soldada López, ¡que suenen las panderetas y canten los villancicos! La mala noticia para Año Nuevo es que llega otro soldado del régimen y éste con el uniforme puesto, el morenista Juan Martínez Flores quien prometió que hará “renacer” a Córdoba. Alguien que le avise al despistado médico que la ciudad no necesita a místicos resucitadores sino un justiciero que no robe.

CARICATURA DE TIRANO
Los seis jóvenes xalapeños beneficiados con una sentencia de libertad emitida por un juez federal -luego de que la Fiscalía cuitlahuista no pudo sostener el delito de “ultrajes a la autoridad”- iban a pasar las fiestas navideñas en el reclusorio de Pacho Viejo como un escarmiento por haber pedido la ayuda del senador Ricardo Monreal. Tal fue la instrucción de Palacio de Gobierno al Poder Judicial.

Se buscó desafiar al senador manteniendo en prisión a los muchachos y para eso se instruyó a la presidenta del Tribunal Superior de Justicia (TSJE), Isabel Romero, mandar de vacaciones al juez titular del caso y poner a una interina que alegara desconocer el expediente y declararse impedida para ordenar la libertad de los implicados. Así, los inculpados permanecerían al menos las próximas dos semanas tras las rejas.

Sin embargo, súbitamente cambiaron de parecer y la jueza local ordenó su liberación la noche del sábado. La versión del altiplano es que Monreal maniobró para que el Consejo de la Judicatura Federal aceptara iniciar una moción contra los jueces locales por desacato y se procediera penalmente en su contra. La consecuencia habría alcanzado a la propia presidenta del Tribunal Superior de Justicia, Isabel Romero. Ante el riesgo de ser llevados ellos mismos ante un tribunal no les quedó de otra que desobedecer la orden de Cuitláhuac García.

Fue el segundo calambre de Monreal a los de la aldea y de ahí la expresión dolorosa de García Jiménez contra el zacatecano al que acusó de “defender delincuentes”, insistiendo en criminalizar a los jóvenes. Al mismo tiempo, las despechadas palabras del gobernante revelan un trasfondo más peligroso: quiénes son, para él, las víctimas.

“Nosotros estamos del lado de las víctimas”, dijo el sábado. Es decir, para él las “víctimas” son los policías corruptos de la Secretaría de Seguridad Pública que hacen detenciones ilegales, siembran evidencias para incriminar a los detenidos y hacen declaraciones falsas, no los que sufren detenciones arbitrarias y abuso de autoridad. Es el mundo al revés. Por lo pronto, al zacatecano ya le prenden veladoras en Veracruz los que han sufrido la aplicación del delito de “ultrajes a la autoridad” y más porque anunció que va por la Controversia Constitucional para derogarlo.

Ayer, Monreal estuvo nuevamente en Xalapa para reunirse con los jóvenes liberados y le respondió a García Jiménez a través de un video subido a las redes sociales en el que prácticamente le dijo que es una caricatura de tirano al concentrar y abusar el poder encarcelando y condenando a la gente sin ser juez. También le espeta que está mal asesorado, que los “aplaudidores” que tiene a su lado no le sirven y que él -Monreal- no forma parte de ese séquito de aduladores y que seguirá defendiendo al Estado de Derecho y la Constitución que se empeña en violar. ¡Tenga para que aprenda!, diría el clásico.

OTRA VEZ EL GRINCH

Es otra bola, aunque de color verde -tonalidad que ha quedado grabada en el imaginario colectivo -y que tiene protuberancias que parecen coronas, por eso le dicen Coronavirus, que está embistiendo nuevamente, ahora reforzada y más veloz. Lo curioso ahora es que ya no le dicen Covid-19 ni Coronavirus sino simplemente Ómicron su mutación generada en Sudáfrica y que ya invade el orbe. Así, nuevamente el Grinch pandémico se volverá robar la Navidad como lo hizo en el 2020.

No la hurtará completamente, pero sí fastidiará al menos buena parte del festejo. En toda Europa están dictando restricciones sanitarias para detener la oleada invernal generada por Ómicron centrando la diana sobre las personas no vacunadas, los negacionistas anteriormente llamados ‘Covidiotas’.

Dentro del paquete de medidas destaca la obligatoriedad del ‘Pase Sanitario’, documento que acredita haber recibido el esquema completo de inmunización para acceder a espacios de convivencia pública, pero también se han limitado horarios en bares, restaurantes, cines, teatros y demás, y se ha ordenado la reducción de afluencia en eventos y en algunos países hasta dispusieron de un confinamiento de facto para los que no se han inyectado, pues únicamente pueden acceder a supermercados y farmacias a comprar lo estrictamente necesario mientras no muestren el Pasaporte-Covid.

No se ha llegado a los extremos del año pasado cuando todavía se conservaba el ‘toque de queda’ nocturno en algunos lugares y la prohibición para movilizarse entre ciudad y ciudad, pero sí hay decisiones para limitar los festejos. En Francia, se prohibieron los espectáculos de fuegos artificiales para el fin de año y las reuniones masivas. De acuerdo al primer ministro Jean Castex, Ómicron se esparce “a una velocidad fulgurante” y será la variante que domine a inicios del 2022.

Las estadísticas así lo demuestran pues ya en estos momentos el 60 por ciento de los contagios en Europa ya son por Ómicron. A tres días de que inicie formalmente el invierno, hay un debate entre los científicos sobre sí Europa sigue en la quinta ola pandémica o ya está comenzando la sexta. Por lo pronto, Gran Bretaña es ahora el epicentro de la peste con más de 90 mil infectados por día. “Es como un tren de alta velocidad que nos impacta”, han dicho los funcionarios ingleses. Así, el Grinch viaja en tren en este invierno del 2021.

¿Y México? Ni quien se acuerde de la Covid ni se asuste por Ómicron. Pasaron los festejos guadalupanos y ahora están Las Posadas, el recorrido de La Rama, las comilonas anuales y la gente sigue en el jolgorio. Obviamente, que no se hable del tema ni se cuenten los enfermos y los muertos no significa que estos ya no existan. El país sigue en cuarto lugar mundial de fallecidos y cuando se develen las cifras reales todos sabrán que convivieron con la muerte silenciosa y que cerraron los ojos cuando muchos caían.

En Veracruz se confirmó lo que estudiosos y observadores ajenos al interés gubernamental advertían: que el número de muertos por la Covid-19 era el doble de lo que reportaban las autoridades. Oficialmente hay poco menos de 15 mil fallecidos, pero el INEGI acaba de informar que en este 2021 los decesos se dispararon respecto a la tendencia mantenida durante años y hubo 35 mil 500 personas más que perdieron la vida. Son los que ya no cargarán Los Peregrinos en esta Navidad.

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