

POR: Andrés Timoteo / COLUMNISTA
DÍA DE SUSTOS
El aparecido, sólo en conjeturas, del Día de Muertos, fue Javier Duarte de Ochoa, cuyos biógrafos pronosticaron su detención para ayer martes, pero nada sucedió. Únicamente alborotaron con el ‘petate de muerto’ a la Opinión Pública, la cual se emocionó. Claro, el anticipo de esa captura tan deseada fue alimentado por la versión de que se encontraba en un rancho en Chiapas, propiedad de su suegro, Antonio Macías Yasegey y, obviamente, bajo el amparo del gobernador Manuel Coello.
Los que están bien enterados afirman que la pista dada por el sacerdote Alejandro Solalinde, sobre la ubicación de Duarte en Chiapas, fue certera y puso en evidencia la permisión del Gobierno Federal para que el veracruzano se moviera y se escondiera con toda facilidad. Sin embargo, hubo un operativo de búsqueda por la Procuraduría General de la República (PGR) y no se confirmó la especie. Obvio, la duda siempre queda porque algunos dicen que la movilización de agentes policiacos fue en realidad para trasladar a Duarte a otro sitio “más seguro” y evitar que siga ventaneando su fuga permitida. ¿Será?
Otros aseguran que efectivamente es cuestión de días para presentar a Duarte de Ochoa ante la opinión pública y que la PGR sólo está administrando los tiempos. Lo cierto es que urge que se haga oficial dicha aprehensión, porque el caso ha devenido en otro golpe certero para la credibilidad del sistema judicial del País y en especial para la del presidente Enrique Peña Nieto. Mientras más tiempo continúe en calidad de prófugo el Gobernador con licencia de Veracruz, más se hunde la imagen pública de Peña Nieto.
El que se llevó otro susto del Día de Muertos fue el secretario de Finanzas en el Estado, Antonio Gómez Pelegrín, a quien ayer el equipo de transición para la Sefiplan le canceló el proceso entrega-recepción de dicha oficina, bajo la premisa de que no se cumplió una de las condiciones fijadas por el gobernador electo, Miguel Ángel Yunes Linares, que era saldar la totalidad de los adeudos con los ayuntamientos, la Universidad Veracruzana (UV), los estudiantes, los pensionados y otros sectores de la sociedad. Además, lo advirtieron en su propia cara: será procesado judicialmente por su complicidad en el saqueo financiero.
Lo acusaron ante los medios informativos que estuvieron presentes en dicha reunión, de haber violado al menos tres leyes y que él mismo ha usado recursos públicos para ampliar su peculio familiar. Es decir, que usó dinero de los veracruzanos para su uso personal y de parientes, lo que es un señalamiento extremadamente grave. Quizás por eso los enviados del Gobernador electo se lo apuntillaron con todas sus letras: “la próxima Administración Estatal le pedirá cuentas de manera muy severa”.
Gómez Pelegrín, no ha de haber dormido ayer ni lo hará en los días venideros, porque los fantasmas se le hicieron realidad, en plenos días de fiesta de los difuntos. Ya le cantaron la promesa de cárcel –o al menos de indagatoria penal- y de paso, detuvieron el proceso que tanto le apura, entregar los archivos y oficinas para salir corriendo cuando se pueda. Y si se detuvo la entrega-recepción en Sefiplan, seguramente podría suceder lo mismo en las otras secretarías de despacho. ¿Quién dijo que la transición iba a ser tranquila con Flavino Ríos al frente de un Gobierno Interino?
Otro tema de susto –para los involucrados- y de coraje –para el resto de los veracruzanos- fue que los diputados priistas y sus aliados en el Congreso Estatal, aprobaron la Cuenta Pública 2015 ¡¡a pesar de que hay un daño patrimonial por 16 mil millones de pesos!!. Estos legisladores sí que son descarados, porque avalaron el robo del dinero público, cuando deberían haber rechazado el informe y pedir que se llame a cuentas a los responsables. Vaya que los priistas son unas ‘calaveras’ –en la colonia les dirían oje…- pues siguen jorobando a los veracruzanos y protegiendo a los corruptos.
Y finalmente, el último susto del día –y ese sí pone ‘los pelos de punta’- es la aplicación del incremento en las tarifas por el consumo de energía eléctrica. La Comisión Federal de Electricidad (CFE) elevó entre 5.6 y 7.2 por cierto, el precio del fluido eléctrico para el sector industrial, 3.3 y 5 por ciento para el comercial y 3.3 por ciento para el doméstico. Con el aumento en la tarifa doméstica se afecta a 35 millones de clientes, pero con los aumentos en las tarifas comercial e industrial, salen perjudicados todos los mexicanos, porque eso da pie al alza generalizada de productos y servicios.
Así se demuestra que no hace falta que deambulen zombis, payasos asesinos, brujas, chaneques malcriados, ni seres demoniacos por la faz de la tierra para espantar a los mexicanos. Basta con que les llegue el recibo de la luz para salir corriendo o morirse del susto. Ah y también confirma que la famosa Reforma Energética de Peña Nieto para privatizar las industrias petrolera y eléctrica, sólo fue una farsa y les hizo la travesura a todos los mexicanos, aunque estos se lo merecen por no detener al monstruo a tiempo.
BRUJAS Y HECHICEROS
Hoy se cumplen seis días de que alcaldes perredistas, panistas y algunos priistas, se apoderaron del Palacio de Gobierno en Xalapa y la protesta es inédita, tanto en la Entidad como en el País, porque la sede del poder estatal está bloqueada y el gobernante interino, Flavino Ríos, deambula sin poder acceder a su oficina. Claro, el oaxaqueño no da la cara a los ediles porque no tiene nada que ofrecerles. No hay dinero, todo se lo robaron y entonces, ¿qué les puede prometer o qué validez puede tener acuerdo suscrito por él? Nada, su palabra empeñada y toda minuta que avale tienen el mismo valor que un pañuelo desechable.
Pero el tema medular en todo este conflicto no es el monto que se les debe a los Ayuntamientos, ni tampoco que no haya dinero en la Tesorería Estatal, sino el destino que tuvieron esos 3 mil 200 millones de pesos que la Federación trasfirió en tiempo y forma. El tema sustancial es que se robaron el dinero. Y en todo este conflicto hay muchos detalles a desgranar.
Para empezar, los Alcaldes aglutinados en Palacio de Gobierno se quejan de que andan “bien brujas” en plena fiesta de las brujas, que no tienen recursos ni para pagar aguinaldos a los empleados municipales e incluso advierten que los Ayuntamientos ya dejaron de operar por la crisis financiera.
Tal argumento en parte es retórica. Es cierto que hay algunos munícipes responsables que no es la primera que alertan sobre el tema y que llevan hasta las instancias legales el requerimiento de los fondos retenidos. Durante los casi tres años en funciones, la mayoría de ellos guardó silencio cuando les retuvieron o “rasuraron” recursos. Nunca se quejaron y siempre aplaudieron al gobernante prófugo, Javier Duarte.
También, el señalamiento de que van a dejar de operar los Ayuntamientos por falta de dinero no es algo nuevo ni asusta lo suficiente. Hace tiempo que los Alcaldes, sobre todo en las zonas rurales que no tienen cobertura mediática que los presione, dejaron de ocuparse de las necesidades de sus gobernados y en cuanto llegan a recibir dinero fresco, éste va a parar a sus cuentas personales.
No todos los ediles que están en protesta en Palacio de Gobierno son gente honesta y a muchos de ellos les urge embolsarse los recursos de la Federación. Por esta razón, si se exige un interventor federal para cuidarles las manos a los funcionarios estatales en cuanto se liberen los presupuestos, también es necesario un interventor en cada Ayuntamiento para evitar que el dinero se lo roben los mañosos ediles. La cosa empeora sí se habla de los Alcaldes priistas, porque esos sí son campeones en robarse el presupuesto, la mayoría son verdaderos hechiceros, pues desaparecen los dineros en un santiamén.
REBELIÓN DE PAPEL
De repente, el mismo lunes varios de ellos se despertaron de su sueño de conveniencia y se dieron cuenta que ya no viven en Duartilandia. Ahora anticipan que vendrá el Apocalipsis si no reciben los recursos Federales. Desde mesas con manteles, tazas con café humeante y boletines adornados –en el patio central del Palacio Municipal de Xalapa- lanzaron reclamos aterciopelados al Gobernante interino. Hasta aplausos hubo. Ellos no gritan, no se desvelan, ni pernoctan, ni reclaman en serio, son manifestantes de media hora, en asientos cómodos y de escritos timoratos.
El mayor movimiento que llegaron a hacer es juntarse para posar en las fotografías. En realidad el interés de los reunidos ayer en el Palacio municipal de Xalapa fue ser el contrapeso del movimiento que está enfrente, apoderado de Palacio de Gobierno. Pidieron “respetuosamente” al oaxaqueño Ríos que viene un “inminente colapso, crisis económica y de ingobernabilidad”, si no les entregan los fondos retenidos. ¡Qué valientes… qué certeros…qué exigentes! Seguramente al Gobernador interino se le conmovió el corazón –o está retorciéndose de risa, que es lo más probable-. Más tarde los recibió en un besamanos en Casa Veracruz y ahí se les quitó los rijosos a los priistas.
Ellos fueron encabezados por el comodino edil xalapeño, Américo Zúñiga, quien apenas hace unas semanas ensalzaba rabiosamente al prófugo Javier Duarte, el ladrón de los recursos. El xalapeño nunca se quejó del maltrato financiero, ni del caos administrativo, ni de la inseguridad pública, ni de otras pillerías. Es más, él mismo es parte de la pandilla fidelista, pero ahora quieren emerger como paladín de la autonomía municipal. Claro, no lo hace genuinamente, sino con el interés electoral y especialmente para tratar de arrebatarle el liderazgo en este terreno al edil boqueño, Yunes Márquez, quien ha asumido la representatividad del movimiento municipalista.
Lo que son las cosas, el activismo de Yunes Márquez le ha dado tamaño y autoridad para cantarles sus verdades al par de senadores oportunistas. Hasta se antoja como un bosquejo de lo que será la competencia electoral del 2018, ¿no creen? Zúñiga y los Yunes rojos, y otros lidercillos del priismo errático -que no se recupera del fracaso electoral reciente- manotean e imitan, les urge opacar la dimensión que ha ganado el boqueño. La contienda electoral ya comenzó.
Un caso que debe ser mencionado aparte es el “chaqueterismo” del alcalde cordobés Tomás Ríos Bernal, quien estuvo con unos y con otros, con los que tomaron el Palacio de Gobierno, a donde acudió a posar para la fotografía –junto con la candidata perdedora a la diputación local-, y con los priistas, según lo anunció al micrófono el edil orizabeño, Juan Manuel Diez Francos. Dijo que el Edil panista de Córdoba se había comprometido de estar ahí y apoyar la rebelión priista. O sea, el ‘tibio’ Ríos Bernal le reza a Dios y al diablo al mismo tiempo, pero con ninguno hace presencia real o al menos efectiva. Lo advierte el Apocalipsis: “Al tibio Dios lo vomitará”.
