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El minutero

Superiberia

Son “días santos” y para no distraer los tiempos espirituales con temas de políticos que –en precampañas y ávidos del voto ciudadano- deambulan con más intensidad por todo Veracruz para la perdición de las almas, desde París van algunos comentarios más amables. 

La Semana Santa en Francia se le llama Les Pâques (La Pascua) y aunque observa el ritual cristiano de casi todo el mundo, a diferencia de Latinoamérica o España, el día más importante es el Domingo de Resurrección, considerado como el regreso de Cristo a la tierra después de su muerte. En México la festividad es toda la semana y los días principales son jueves y viernes para el fervor católico pues el sábado y el domingo ya son para la pachanga.

El Sábado de Gloria es la tradicional mojada y es el pretexto para ir a la playa, los balnearios o ríos mientras que el Domingo de Resurrección es el baile popular obligatorio. Pese a que Francia es un país con población mayoritariamente católica no se nota un fervor intenso como en España o los países de América Latina. El único día feriado será el lunes primero de abril (Lundi de Pâques) aunque durante el fin de semana será el festejo que observa poco el ritual católico de acudir a los templos, hacer oración, ayunos y penitencias. La costumbre es celebrar una comida en familia donde se consumen platillos elaborados con Viande de Agneau (carne de cordero) pues este animal representa a Cristo en las alusiones evangélicas.

También es tradición obsequiar y comer muchos chocolates en figurillas, especialmente en forma de huevos –los famosos Huevos de Pascua- y gallinas, pues ambos representan el ciclo de la vida -¿Qué fue primero, el huevo o la gallina?, de ahí viene el enigma-, además de conejos, el tradicional Lapin de Pâques (Conejo de Pascua), que de acuerdo a las leyendas locales es el que trae los Huevos de Pascua a los niños bien portados. La costumbre familiar consiste en esconder huevos de chocolate –que por lo regular están envueltos en papeles de colores- en el jardín o la casa para que los niños al levantarse la mañana del domingo, los busquen hasta encontrarlos.

El Conejo de Pascua se los dejó, dicen los padres a los pequeños, muchos de los cuales construyen pequeños nidos de paja o papel para que allí el conejo se anime a dejarles algunos huevos sin esconderlos. Todas estas figuras tienen una raíz en el antiguo cristianismo porque además del cordero Cristo era simbolizado con un conejo o un pescado. En Francia también son muy populares las Cloches de Pâques (Campanas de Pascua) elaboradas de chocolate o en su caso de otro material pero cuyo interior está lleno de huevos de chocolate.

 

LA TAMALIZA

 

También la noche del pasado miércoles en la Ciudad Luz se realizó la muestra gastronómica “Decouvrez les varietés de Tamales” (Descubra la variedad de Tamales) a iniciativa de la asociación Charamusca que encabeza la tamaulipeca, Carolina Cases. La sede fue el restaurante Au Petit Bonheur La Chance que se ubica en el corazón de la zona universitaria parisina, cerca del célebre Pantheon donde reposan los restos de los pro-hombres que forjaron la Francia y los edificios de la Universidad de París, conocida como La Sorbonne.  El objetivo de la “tamaliza” – en la que ofrecieron tamales de hoja de maíz y hoja de plátano, una rareza, casi tesoro, para los mexicanos radicados en la Ciudad Luz que añoran la comida nacional- fue la convivencia de la comunidad mexicana y la promoción de la gastronomía en Europa.

Charamusca es una organización dedicada a la difusión de la cultura y tradiciones mexicanas en suelo europeo. Desde hace tiempo ha impulsado los tradicionales altares de muertos en la fiesta de Todos los Santos, la realización de kermeses y posadas navideñas –con las obligatorias piñatas y el ritual de romperlas- además ha realizado exposiciones de arte tradicional y contemporáneo en solidaridad con creadores mexicanos radicados en Europa y se ha hermanado con otras organizaciones en proyectos de apoyo a los mismos.

La asociación tomó su nombre de los dulces que se elaboran con piloncillo, nuez y cocó en diversos estados del país y en especial en Guanajuato donde también se le denomina charamuscas a las momias que dan fama al estado. Ayer fue el segundo evento de la asociación Charamusca para dar a conocer la comida mexicana en Francia pues en diciembre pasado hizo la presentación de otro platillo típico: los tacos. En tres meses, según anticipa Cases, se realizará una tercera muestra gastronómica con otra estrella de la comida mexicana: las tostadas.

Y claro que llevan el sello azteca pues todos estos platillos los preparan paisanos radicados en esta ciudad y lo hacen con recetas tradicionales e ingredientes traídos de México. Los tres platillos tienen dos ingredientes en común: el maíz y el chile. Ambos se complementan y ambos son el eje donde gira la comida nacional – aunque podría agregarse un tercero que son los frijoles-. Muchos han hecho famosa la frase “sin maíz, no hay país” y nada más cierto pues los mexicanos mismos son conocidos como la Raza del Maíz, hijos del dios Tlaxcalli, que vino a la tierra y germinó en una planta con frutos llenos de granos y cabellos dorados, en alusión al padre Tonatiuh (el sol).

 

MIL AMORES

 

Fue un alimento que los dioses regalaron a los antiguos mexicanos, y éstos con los consejos divinos cocieron el grano con agua y luego lo molieron para formar la Textli o masa, y después la Tlaxcalli –la tortilla- con el mismo nombre del dios que germinó en la tierra y con la forma redonda para recordar al sol. La tortilla es el sustento diario de todos los mexicanos, no importa la clase social, credo o la formación académica. La tortilla es el invitado que no debe faltar nunca en las mesas mexicanas.

 Desde el año 2010, la tortilla junto con la comida mexicana está incluida en el catalogo de patrimonio intangible de la humanidad de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). La tortilla se ha internacionalizado y ahora en París desde este mes de marzo ya funciona la primera tortillería de toda Europa y se llama “Mil Amores”. Los impulsores del proyecto son Erika Ungur, originaria de Quintana Roo y Luis Rendón del Distrito Federal junto con un socio español, Guillermo Pita.

Lo mejor de todo es que la elaboración de la tortilla en Francia es forma tradicional, la preparación de la masa con maíz blanco o amarillo y luego la maquila de las tortillas que son en tres presentaciones 12, 14 y 16 centímetros de diámetro. El precio del kilogramo podría parecer escandaloso en México pues es de 50 euros –unos 170 pesos- pero tratándose de un alimento escaso en tierras lejanas, muchos hacen la tradicional fila para comprarlo.

En París hay por lo menos once restaurantes que ofrecen comida mexicana y la mayor parte de ellos son surtidos de productos para elaborar sus platillos por dos empresas iniciadas por mujeres mexicanas. Una de ellas Mi Tiendita de Ingrid Booth Olmedo, quien desde el 2010 inició con la importación de productos alimenticios en Francia no solo para los restaurantes sino también para el público en general con el lema de batalla “Le vrai goût de la cuisine mexicanine a votre table” (El verdadero sabor de la cocina mexicana hasta su mesa).

Booth Olmedo relata que en el ranking de productos que son demandados tanto por mexicanos como por los parisinos, el nopal ocupa el primer lugar y este se lleva desde México pre-cocido en salmuera, lo que es una innovación en estos lugares porque antes sólo se encontraba preparado en escabeche y eso limitaba la elaboración de platillos tradicionales. El segundo lugar en la demanda son los chilaquiles y el tercero es el mole. También ofrece paquetes de tortillas en 4.5 y 5 euros – unos 80 pesos mexicanos-. 

“Había importadores que sólo surtían a restaurantes y entonces los mexicanos radicados en París tenían que sujetarse a dos cosas: pagar por comer productos mexicanos en un restaurante o traer ellos mismos sus productos y comida de Mexico”. Y ha funcionado porque a través de la página web www.mitiendita.fr, el éxito del proyecto es evidente. Ingrid es socia de la Asociación Internacional de Saint Germain en Laye que aglutina a 600 empresas en todo el mundo y de ellas 200 son latinoamericanas.

La otra tienda en línea famosa en Paris es Dos Mexicanas –www.dos-mexicanas.com- que también ofrece comestibles desde el año 2005, aunque ellas trabajan más con marcas nacionales que enlatan o empaquetan los productos. Esta empresa que funciona desde el año 2005 también ofrece cerveza y licores para todos los nostálgicos de las cantinas del terruño, además de artesanías, ropa típica y dulces. Las tres negociaciones, Mi Tiendita, Mil Amores y Dos Mexicanas, traen una parte de México a los migrantes que viven en la añoranza. 

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