


PACTO CON EL DIABLO
Frente al riesgo de no alcanzar el tres por ciento de la votación total en los próximos comicios federales que renovarán la Cámara de Diputados y con ello perder el registro como partido político nacional, según lo establece el artículo 94 de la Ley General de Partidos Políticos, el Movimiento Ciudadano que dirige el exgobernador Dante Delgado Rannauro hace pactos hasta con el diablo y tres
casos lo confirman.
Uno es la versión difundida desde hace semanas de un acuerdo soterrado con el exgobernante veracruzano, aquel que no debe ser nombrado, para apoyarse mutuamente en los comicios venideros. Entiéndase, que Dante Delgado mueva sus seguidores para apoyar a candidatos afines al proyecto transexenal del innombrable, especialmente en la Cuenca del Papaloapan y el Sur del estado. En base a eso, existen versiones de un respaldo del MC a un hijo del innombrable que busca una candidatura plurinominal y hasta se filtró la versión de que el mismo exgobernante sería impulsado por
el partido naranja.
Ambos los negaron en su momento, pero hay quienes afirman que los acercamientos entre ellos son reales. Algo que confirmaría esos acuerdos es el alejamiento del tricolor y su adhesión al PMC, del cacique Renato Tronco Gómez, dos veces alcalde de Las Choapas y dos veces diputado local. Tronco Gómez es un genuino representante de lo peor de la política local, a él se le atribuyó el asesinato del regidor de ese municipio, Alfredo Pérez Juárez en el año 2006 cuando Tronco era munícipe por vez primera y militaba en
Acción Nacional.
Por esos hechos estuvo a punto de ser enviado a prisión pero el gobernante estatal de ese momento, el innombrable, lo protegió e hizo que nunca prosperaran
las indagatorias.
El pago fue que Tronco Gómez siguió como panista por un tiempo para que lo postularan a la diputación local y cuando llegó al recinto legislativo se declaró diputado independiente – es decir, priísta disfrazado- para votar a favor toda iniciativa y triquiñuelas de
palacio de gobierno.
Este personaje también ha sido señalado de perpetrar atentados contra otros políticos y reporteros, se le ha involucrado con grupos de trata de blancas, tráfico de migrantes, saqueo de flora y fauna y otras linduras. Su perfil era ideal para que terminara siendo protegido por el innombrable, quien en una grabación telefónica exhibida en el 2010 lo llamó “mi mejor guerrero”. Dios los hace y ellos se juntan, dicen los viejos del pueblo.
Tronco Gómez es actualmente diputado local, llegó abanderado por el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) –o sea, del PRI- al que renunció hace unas semanas y anunció su ingreso al PMC, y esto precisamente corrobora que hay un pacto entre el innombrable y Dante Delgado para trabajar en mancuerna. Ahora, Tronco Gómez, el “mejor guerrero” de la fidelidad,será candidato del Movimiento Ciudadano a la diputación federal en el distrito
de Coatzacoalcos.
El tercer caso que exhibe el pragmatismo y la desesperación de los anaranjados es que también recibió en sus filas al exsenador Rafael Ochoa Guzmán, quien fue durante décadas protegido y mano derecha de Elba Esther Gordillo, la defenestrada presidenta del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y hoy encarcelada por exigir de más al copetón Enrique Peña Nieto. Como se recordará, Ochoa Guzmán se adueñó literalmente del Partido Nueva Alianza (Panal) –creado por Gordillo- en Veracruz y lo puso al
servicio de su familia.
No hay que olvidar que su hija, Zaira Ochoa Valdivia, se convirtió en presidenta municipal de Huatusco en el trienio 2008-2010 abanderada por el Panal, aunque después fue postulada como candidata a la diputación federal en el 2012, ahora por la alianza PRI-PVEM pero perdió. Derrotada, la hija de Rafael Ochoa, se refugió en el gobierno estatal donde la nombraron directora del Instituto de Capacitación para el Trabajo de Veracruz (Icatver) y también subsecretaría de Fomento y Gestión Ambiental de la entidad. Es decir, militar en el Panal no le impidió saltar de un partido a otro y de la “oposición” a cargos burocráticos en el gobierno.
La semana pasada, la señora Zaira Ochoa dejó la nomina estatal y anunció que “rompía con el PRI y con el gobierno estatal”, y ahora es la ¡¡precandidata del PMC a la diputación federal por el distrito de Huatusco”. Al anunciar su nueva precandidatura, Ochoa Valdivia tuvo un lapsus mental y se delató al decir al micrófono que la ruptura con el gobierno duartista fue “porque esperamos durante mucho tiempo que las promesas se cumplieran y nunca se
hicieron realidad”.
No tiene remedio esta señora, pues se queja de que no le cumplieron –no hablaba de los huatusqueños sino de su entorno familiar- pero su esposo, Isaac Rodríguez, fue convertido en diputado local en la pasada legislatura y su hermano, Ulises Ochoa Valdivia –quien fue dirigente estatal del Panal- fue ungido como diputado plurinominal, también en la legislatura anterior. Claro, Ulises Ochoa llegó como parlamentario plurinominal luego de renunciar de la noche a la mañana al Panal y
adherirse al PVEM.
También en un acto realizado hace algunos días en Huatusco donde inauguraron una oficina del PMC, Ulises Ochoa junto con su hermana y su cuñado se volvieron a exhibir en público pero ahora con la piel naranja, es decir, presumiendo su nueva militancia en el Movimiento Ciudadano. No cabe duda, son toda una familia de chapulines –del Panal al PRI, del PRI al PVEM y del PVEM al PMC-. Y por si fuera poco ya se rumora que entre Isaac González y Ulises Ochoa se echarán un volado para ver cuál de los dos es el candidato a la próxima alcaldía de Huatusco y cuál a la diputación local por la llamada Tierra de las Chicatanas. En palabras del innombrable, esta familia
“no tiene llenadera”.
DOS TIPOS DE CUIDADO
Por cierto, hablando de Ulises Ochoa Valdivia, este político bien podría hacer un dueto con el alcalde priísta de Fortín de las Flores, Armel Cid de León, pues ambos comparten la afición de golpear mujeres. Como ya se dio a conocer, Cid de León Díaz le propinó una tunda a una dama el pasado 22 de enero cuando viajaban a bordo de un vehículo y tuvieron una discusión por cuestiones sentimentales. La denuncia quedó asentada en el expediente judicial 2437/2015 en el cual se menciona que la agredida recibió tal golpiza que le produjo hematomas en el rostro e inflamación en
uno de los párpados.
Vaya que el edil es valiente golpeando mujeres. Sí así fuera para enfrentar a los delincuentes que tienen asolado al municipio, otra historia mejor se contaría para los sufridos fortinenses. Un caso parecido sucedió en noviembre del 2013, cuando el conductor de Televisa, Carlos Loret de Mola, difundió en las redes sociales la noticia de que Ulises Ochoa Valdivia fue detenido por la policía estadounidense en un hotel de Las Vegas, Nevada por agarrar a golpes a su esposa tras una
acalorada discusión.
Algunos dicen que fue por celos y otros por los excesos de las sustancias químicas ingeridas en la larga juerga. El asunto es que se volvió un escándalo la tunda que Ochoa le dio a una mujer, igual que el edil Armel Cid, nada más que allá en Estados Unidos sí detuvieron al agresor. No cabe duda que Armel y Ulises son dos tipos de cuidado, y el aviso de alerta es para las damas de Fortín de las Flores y de Huatusco, que se cuiden de ellos. Si se los llegan a topar por ahí, mejor córtenles la vuelta porque se arriesgan a terminar
con un ojo morado.
SAPOS Y SABANDIJAS
Ya está la temporada de precampañas electorales y como si fueran una plaga, el enjambre de políticos invade colonias y comunidades en busca de congraciarse con los electores. Son los que buscan convertirse en diputados federales más por acomodarse en la nómina del Congreso de la Unión que por representar y servir a la población. Los veracruzanos están casi obligados a soportar no sólo los mítines escandalosos y las vialidades saturadas con batucadas, fiestas y marchas, sino también la invasión de la publicidad electoral por todos lados.
La televisión, la radio, los periódicos, los portales digitales así como los anuncios en tableros gigantes, calcomanías en negocios, proyecciones en cines, gallardetes en postes de electricidad o de telefonía, pintas en bardas y todo lo que sirva para colgar o plasmar la imagen de esos políticos. Serán carretadas de dinero destinadas a comprar la voluntad popular como si no hubiera prioridades en Veracruz que atender. Los hospitales no tienen medicamentos por falta de presupuesto pero sí hay dinero para la publicidad
de los políticos.
Se dispone de recursos para regalar despensas, materiales de construcción y chácharas con el nombre y fotografía de los candidatos, pero no los hay para pagar las becas a los estudiantes, las pensiones a los jubilados o el salario completo a trabajadores del gobierno estatal ni la quincena a los policías municipales. La prioridad será la política partidista y la compra del voto, y no el bienestar de la sociedad. Así son estos tiempos porque así lo han permitido
los ciudadanos.
Y por supuesto, es la temporada de “comer sapos” para los políticos que están ávidos del sufragio. Es decir, de volver a buscar a los electores que engañaron en el último proceso electoral cuando les pedían el voto para convertirse en diputados locales o presidentes municipales. Por el momento, los interesados, especialmente los priístas, irán tras los activistas de su partido, entiéndase líderes de secciones, jefes vecinales, agentes municipales, comisarios ejidales y a los militantes mismos.
Regresarán a pedir apoyo a todos ellos pese a que en los últimos años o meses les negaban audiencias, se negaban a responder sus llamadas telefónicas y los ignoraban cada vez que se presentaban a buscarlos en actos públicos. Vaya, hubo casos que hasta ordenaban al personal de seguridad de sus oficinas que los sacaran del lugar porque no eran bienvenidos y algunas veces ni siquiera les
autorizaban el acceso.
Pero como decía un viejo priísta en Jalapa, los nuevos políticos que llegaron al poder sin hacer haber comenzado desde abajo, sin trabajo político y con la mesa servida, confunden la disciplina con la sumisión. Sin embargo, la militancia del tricolor -al igual que el resto de los ciudadanos – no está contenta con ellos ni dispuesta a dejarse engañar de nueva cuenta. “Ellos podrán tragarse el sapo pero los militantes y los electores no tienen la obligación de tragarse esas sabandijas”, afirma el viejo militante y lo dice con conocimiento de causa.


