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El nagual de Toxpan

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Córdoba.- La siguiente historia nace sobre una tierra sagrada, mística, histórica, donde nuestros ancestros vestían de águila, de jaguar, de hombre serpiente, como guerreros tomaban cualquier forma, hijos del fuego, de la noche y la luna, de la naturaleza, donde la magia se confunde con la realidad, hablo de la zona de Toxpan.

Cuentan que el nagual es un hombre en determinado momento se transforma en un animal, en lobo o en perro y con eso suele robar casi siempre animales o ropa, pues cuando regresa a su casa el nagual ya es propietario de lo que ha robado, pero la gente ve el animal y le da miedo por eso no
hace nada.

Cuenta la historia que una pareja andaba en la alameda y tenía que atravesarla de regreso a su casa como a eso de las diez de la noche y cuando cruzaban una de las calles cuentan que vieron a un perro medio muerto más grande de lo normal y les dio miedo.

Entonces poco a poco se fueron caminando despacito, pero el perro se levantó y se les cruzó en el camino, por lo que el novio para proteger a la novia sacó un cuchillo que llevaba entre sus pertenencias y se lo enterró en el cuello.

Después de esto salieron los dos corriendo del lugar, cuentan que más tarde cuando se hacía de día, ya casi a punto de amanecer, pasó un vecino de la zona rumbo al campo y oía gritos de auxilio, por lo que se detuvo, el nagual le contó lo que sucedió y le pidió ayuda.

Le dijo “ayúdame estoy herido y ahora que se ha hecho de día he perdido mi forma animal, no tengo mis piernas y no puedo caminar, soy indefenso, te prometo que si tú me ayudas, ya no tendrás que trabajar, pues yo te daré hasta parte de mis motines y pertenencias”

A lo que el hombre accedió con otra condición, “Cuéntame cómo puedes transformarte para ser nagual”, a lo que la criatura aceptó.

Mira, le dijo “nosotros realizamos un ritual pagano, durante las noches de ciertas lunas, tierna, llena, hacemos una danza, bailamos y brincamos alrededor de una hoguera y cuando se llega la hora saltamos tres veces para atrás y dejamos nuestros pies en la ceniza junto al fuego para que no
se enfríen”.

“Y así nos convertimos en nuestro animal favorito, comúnmente nos lo impone un grupo, luego tenemos que regresar antes de que amanezca, porque si no tenemos el riesgo de quedarnos sin la forma animal y sin pies, por lo que somos indefensos”.

Cuenta la historia que el hombre lo ayudó a llegar a su casa y que ahí vio cómo se colocaba las piernas, a partir de ese día no tuvo que trabajar pues el nagual le llevaba cosas todos los días, al amanecer el hombre encontraba en su puerta, objetos valiosos y comida.

Se dice que el nagual existe en toda la República Mexicana, porque no sólo es uno sino varias personas que se transforman en un animal para causar daño a los demás.

 

Enzzo Omar Sosa

El Buen Tono

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