


Con base en lo expuesto en la primera parte, se puede decir que la tecnología no se opone a la trascendencia del hombre, no se opone a su humanidad, no se opone a su espiritualidad, al contrario, es parte de su inspiración, al menos así es como han surgido grandes obras de distintas culturas, en diferentes tiempos y lugares geográficos. Es la manifestación de la capacidad creadora del hombre. La ciencia sabe, la técnica puede, pero ¿quién las limita, quién las orienta? Si la ciencia es libre en su saber, la técnica también, y se llega a la realización. Esto se lo planteó Galileo en su momento. Posteriormente ante nuevos descubrimientos, surgieron más cuestionamientos, más verdades, tanto de fe, como de Derecho, de ética, verdades sociales, públicas, políticas, entre otras. Es el mismo Galileo quien ante la nueva astronomía copernicana en relación a la Escritura, emitirá la tesis de la convergencia o de unidad entre ciencia y Escritura, así como de la tesis de separación o de diversidad entre ambas. (Ratzinger. 2006, p. 8). Dichas tesis se mantendrán en el tiempo hasta la Modernidad, donde se da la fractura entre ciencia, moral y religión, en pro de la ciencia y método científico.
Lo cierto es que la ciencia no prueba ni el bien ni el mal, y en la modernidad, es sinónimo de que estos adjetivos han dejado de ser importantes, surgiendo así la racionalidad, la ilustración y la exaltación de la libertad, y con ella desdibujándose la importancia del hombre mismo, que se fue disolviendo en los descubrimientos científicos y tecnológicos, que se convirtieron en los dioses de la nueva era.
La vida es un cambio constante, ya lo decía Heráclito (Fraile. 1976 pp 171), pero cuando se tiene claro el fin por obtener, difícilmente se pierde la meta. El punto medular de la técnica y la ciencia es que están al servicio del hombre como herramienta para facilitar y elevar el nivel de vida de la persona, enriquecerla, fortalecerla, a través del conocimiento, la educación, activando la creatividad que genera innovación, con el objetivo de ponerlo al alcance del mayor número de personas, de manera fácil y accesible. Es también el reto de ambas, resolver las necesidades del hombre, y al parecer el reto se está cumpliendo. Cada vez la tecnología simplifica la vida de las personas, los procesos en pro del hombre mismo, introduciéndose rápidamente y de forma natural, al grado que son los pequeños quienes manejan con mayor soltura los dispositivos, sea celular, Internet y todas sus variantes. La innovación en el campo médico, atendiendo desde los diagnósticos más precisos, hasta tratamientos; la automatización en los servicios, la simplificación incluso para el quehacer de la vida diaria que hoy se vive. Esto no para, pues la capacidad creadora de la persona así es, pero también es cierto que ha atentado contra el mismo hombre, cumpliéndose lo que Hobbes decía, el hombre es el lobo del hombre. Pues también fruto de los avances científicos y tecnológicos son las armas, los experimentos de laboratorio con humanos, la creación de enfermedades como armas de guerra… y esto sucede cuando no hay límites éticos que cuiden de la dignidad del hombre en la ciencia y la técnica. La convergencia tecnológica hoy día tiene el reto del cuidado ecológico, así como de las fuentes no renovables de la tierra, la cultura del reciclado, de seguir con la transformación de la energía natural, que no sólo implica el desarrollo frío de la ciencia y tecnología, sino la corresponsabilidad social, la solidaridad en la sociedad, el crecimiento personal a través de la educación en base a conocimientos significativos.
Es un avance que le permite al hombre ir más allá de lo que nunca se imaginó, tener un conocimiento preciso en el área de la salud de los padecimientos de las personas y brindarles una atención pronta, eficiente y eficaz, apoyados con la tecnología de punta. Un avance incluso en la construcción, con dispositivos que facilitan la observación y movimiento en tercera dimensión, evitando posibles errores. Y qué decir de la comunicación, que no sólo se escucha a la persona, sino que se ve.
La ciencia y tecnología facilitan la vida de la persona, el reto es ponerlo al alcance de todos, no es fácil, hay diversos intereses, ansiedad por el poder… es la fragilidad humana que convierte una herramienta creada por él para la mejora, como posible instrumento para la destrucción, la muerte, la banalización de la vida misma, perdiéndose también el sentido del asombro, del don gratuito recibido de vida, de la experiencia más exquisita del amor, que pueden dejarse atrás.
Ciertamente estamos en una época diferente, pero lejos de satanizar tendríamos que apoyar a los científicos de nuestro País para empujarlos al desarrollo de nuevas propuestas que solucionen los diferentes problemas de nuestra sociedad, pues esta aldea global que habitamos, nos exige recobrar la conciencia de quiénes somos, a dónde vamos, qué estamos legando a las futuras generaciones, qué valores preservamos para la construcción del mundo del mañana.
La humanización de la tecnología es hoy por hoy el gran reto, desde el hecho mismo de saber que todo aquello a nuestro alcance es para facilitarnos la vida y comunicación. Son herramientas que manejamos, que están a nuestro servicio, y evitar la tentación de ser esclavos de los mismos, dejando pasar lo más preciado sin darnos cuenta, como es el tiempo, nuestra vida, nuestras relaciones interpersonales con la familia, amigos, el trabajo así como con nosotros mismos.
La tecnología está a nuestro servicio, el límite lo marca el hombre mismo, evitar llegar a la visión futurista de algunas películas, donde las máquinas demuestren mayor calidad humana que el mismo hombre, como en la cinta del Hombre bicentenario, pues sería grave, ya que el hombre pasaría de ser sujeto a simple objeto banalizado. La tecnología nos ha alcanzado en diferentes ámbitos y niveles, algunos de gran beneficio y otros que nos cuestionan seriamente sobre el destino de nuestra propia existencia.
Por supuesto la tecnología nos ha ayudado a hacer más fácil y rápido las labores domésticas, a comunicarnos a largas distancias por celular, video chat, etc., ha facilitado negocios, impulsado economías de los países, ha jugado un papel esencial en el avance médico y no se diga de las plataformas de información como Twitter, Facebook, etc., que nos hace estar informados de los acontecimientos del globo terráqueo y todo esto a su vez provoca acciones altruistas, nuevos amigos y que no queda más que decir qué bueno que se tiene. La parte tecnológica, generalmente está basada en una gran eficiencia y efectividad en la realización de proyectos: en la educación ha provocado nuevos y diferentes técnicas de enseñanza –aprendizaje, hasta búsqueda de principios en saber cómo aprende y desaprende el ser humano. Hay un enfoque de salud mucho mejor, el cual conduce a métodos menos invasivos para el paciente provocándole menos dolor y que por ende tiene una mejor recuperación y calidad de vida. En el transporte, las zonas más lejanas han logrado tener una comunicación efectiva a través del tren veloz, súper aviones o jets, los propios automóviles que hoy manejamos brindan una tecnología incluso híbrida, que beneficia el medio ambiente, que permite que las personas estén mejor comunicadas. La existencia de ONG que brindan servicios ante diferentes necesidades, que van desde contribuciones de comida a países en desastre hasta ser una parte esencial y necesaria para la construcción de una sociedad en movimiento. Sin embargo, no podemos dejar pasar la parte incómoda, la que no queremos ver por el simple hecho de sentirnos tan inmersos en lo cómodo, lo bueno que nos brinda el confort de estas convergencias que atañen la tecnología, la razón de varios desajustes en el ámbito económico- social, cultural y ecológico, que una a una van brindando un desencanto a las primeras mencionadas. Hoy en día, una de las preocupaciones de la tecnología y sociedad moderna es la contaminación, muchas de las fábricas manufactureras afectan al mundo con sus altos niveles de dióxido de carbono, mismo que contribuye al calentamiento global y que aunque lo sabemos, pareciera no importarnos. Otro problema que enfrentan las personas es el desempleo, la innovación de dispositivos, sistemas y hasta drones han influido en la toma de decisiones de sustituir a una persona por alguno de estos, donde ciertamente la exactitud en desempeño podrá llegar a los más altos estándares, que no se enfermara pero que finalmente su calidad fría de servicio podrá ir afectando la convivencia humana-social poco a poco en el mundo y ¿por qué no hablar de las intercomunicaciones que usamos en el día a día? Ahora cuando pareciera estar el mundo más comunicado sin preocupación de la distancia, es cuando las relaciones interpersonales se tornan más lejanas, frías, pues no permiten la interacción de conversaciones profundas y desencadena todo un problema social, que quita el privilegio de contar con un tiempo familiar de calidad y que poco a poco deshace familias, a su vez rompe con el cuadro de una sociedad activa, pensante, creativa y poco a poco desencadena un problema social, donde el ser humano cada día se vuelve un esclavo de la tecnología. Pareciera que los grandes esfuerzos de los grandes personajes como Abraham Lincoln y Antonio Carrasco, quienes lucharon por abolir la esclavitud, hoy paradójicamente estamos siendo esclavos de nuestras propias creaciones, dejando de lado la trascendencia misma, encerrando la grandeza de la vida a inteligencias artificiales creadas por el hombre.
Algunos estudiosos con cierto temor, hablan de la decadencia del hombre, incluso hablan de un retroceso, que de homo sapiens hemos transmigrado a homo videns (Giovanni Sartori), o bien que pronto aparecerá el TRANSHUMANO, pues ante tanta tecnología se perderá no sólo el sentido de solidaridad, de vivencia de valores, sino el sentido humano y éste será la aspiración después de la aparición de robots, inteligencias artificiales que decidirán nuestras vidas.


