in

EL SONRIENTE

Superiberia

 Por: Andrés Timoteo  / columnista

Luego de la reaparición en la palestra mediática del exgobernante veracruzano, Javier Duarte de Ochoa, quien el lunes pasado compareció ante un Juez guatemalteco para aceptar la primera de dos peticiones de extradición presentadas por el Gobierno de México, los conspiracionistas y politólogos de cafetería se devanan los sesos intentando descifrar el significado de la risilla que mantuvo durante la audiencia judicial.  

Y vaya que abundan historias complotistas en base al gesto del cordobés. Unos dicen que es la risa de un maniaco, otros que, de un sinvergüenza y otros más, la de alguien que sabe que gozará de impunidad al llegar a México, pues las acusaciones -al menos las correspondientes a la primera solicitud de repatriación- serían endebles y por ende, se estaba burlando de maniobras de  la Fiscalía General de Veracruz.

Es divertido leer tales conjeturas, al menos en la prensa local, pues una parte de ella casi erige a Duarte como el justiciero que viene a enfrentar las detracciones del Gobernador.

Incluso algunos llegan al extremo de vitorearlo como una especie de héroe que regresará para poner en su lugar a su sucesor. Nada más hilarante y nada más lastimoso: miren que darle credibilidad a Duarte y más aún, asumirlo como un paladín de la verdad. Eso es reflejo de la orfandad de la prensa doméstica que lo añora.

Pero regresando al tema de la -¿enigmática?- sonrisa de Duarte de Ochoa, los que se asombran de ella hasta parece que no lo conocieran después de sufrirlo casi seis años. El gesto no conduce a nada. Esa risa es un vehículo de escape de los sociópatas y no es la primera vez que la ocupa en situaciones extremas.

¿No tenía la misma sonrisa cuando le aseguraba al conductor de Televisa, Carlos Loret de Mola, que no había robado un solo centavo, que iba a terminar su período sexenal y que iba a dar una sorpresa el primero de diciembre pasado? ¿O después, cuando le anunció que pediría licencia para enfrentar las “calumnias” de las que era objeto, que no se iría de Veracruz, pero al día siguiente huyó en un helicóptero?

¿No es la risilla que se le vio en Orizaba, cuando la señora Araceli Salcedo le reclamaba que su Gobierno no había hecho nada por localizar a su hija desaparecida, Fernanda Rubí? ¿No es el mismo gesto que Duarte esbozó cuando decía: “A la Universidad Veracruzana no le debemos nada”, que “aquí sólo se roban un Frutsi y dos Pingüinos” y el famoso “cuídense, vamos a sacudir el árbol y caerán muchas manzanas podridas”?

Es decir, Duarte ríe cuando está mintiendo y en apuros. La experiencia así lo indica. Entonces, más allá de esas historias de componendas o de un justiciero reivindicado, la risilla del cordobés es parte de su personalidad. Ni siquiera debería causar indignación porque no vale la pena ni mucho menos para elucubraciones que sacudan al País o a Veracruz.

Es cierto que en el aspecto judicial, podría ser que el Gobierno Federal le suavice el trato y le permita cierta dosis de impunidad, pero no por miedo a que exhiba al presidente Enrique Peña Nieto, sino porque se prestará al golpeteo electoral contra el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador, revelando el financiamiento que otorgó en el 2016 al Movimiento Regeneración Nacional (Morena).

México sigue siendo un País con una ‘Presidencia imperial’, como lo definió el novelista orgánico Enrique Krauze, y el súbdito que la desafía, se muere. El sistema priista tiene mecanismos para silenciar y desaparecer a los disidentes de sus filas, el equilibro de la corrupción y del caos. Entonces, es una falacia esa de que Duarte de Ochoa habría puesto en jaque al despachante de Los Pinos. No, en realidad es un arma electoral y en base a eso será el trato judicial que le den. Es utilitario, no vital.

La “Risa de Mona Lisa”, “La vaca que ríe”, “El gato sonriente”, “Ríe payaso, ríe”,  “La risa del Guasón”, o  “La risa en vacaciones”, ¿Qué más se le puede acomodar al gesto de Duarte de Ochoa en Guatemala? Hay que divertirse con  él y con los complotistas, ideales para el chascarrillo y los ‘memes’. Nada más.

 SóLO TRES POLOS

Ya se hacen los preparativos para la faena electoral de 2018 y hasta ahora se proyectan tres grandes polos aliancistas en pos de la Presidencia de la República. El PAN y el PRD trabajan en construir una coalición que algunos le quieren dar el perfil de  “Frente Amplio Opositor” para disputar la Presidencia de la República y el Gobierno de la Ciudad de México, las dos ‘joyas de la corona’.

Morena, por su lado, aceptó la sumisión del Partido del Trabajo (PT)  y van juntos en la postulación presidencial, de diputados y senadores, y también en elecciones estatales. No es una alianza fuerte y sólo un sufragio extraordinariamente masivo y el llamado “voto útil”, sentará al tabasqueño Andrés Manuel López Obrador en Los Pinos. El tabasqueño se niega a considerar la puerta que le dejaron abierta en la coalición PAN-PRD.

El PRI irá con sus satélites, el PVEM y el Panal, pero con pronósticos negros. De todos, el tricolor es el menos querido o mejor dicho, el más odiado. Salvo esos dos partidos rémoras, nadie quiere coaligarse con él porque su derrota es inminente. Es como arrimarse a un apestado. Y en Veracruz el descalabro es una garantía que cualquiera puede firmar frente a un Notario Público.

A esos tres escenarios se suma el caso del Partido Movimiento Ciudadano (PMC), fundado por el exgobernador veracruzano Dante Delgado Rannauro, que ayer anunció que no se sumará al “frente amplio opositor” del PAN y PRD, y competirá con candidatos propios, de forma directa y sin alianzas. Esto porque López Obrador rechazó también que Morena se coaligara con el PMC.

Yendo en solitario, difícilmente el Movimiento Ciudadano se colocará como opción para el 2018 y la propuesta del mismo Dante Delgado de crear un “cuarto polo” que uniera a las fuerzas de izquierda y progresistas aparentemente ya se diluyó, o más bien, le ganaron el brinco con el proyecto del “Frente Amplio Opositor” que negocian el Sol Azteca y Acción Nacional. Claro, será una versión inocua de oposición política frente al priismo gobernante pero con posibilidades de arrebatarle la Presidencia de la República.

También todo lo que suceda a nivel nacional tendrá impacto en las elecciones estatales, entre ellas Veracruz, que renovará su Gubernatura y el Congreso Local. Morena sin el PMC fragmentará el voto de la izquierda, parte del cual se fue a la coalición PAN-PRD. Por otro lado, hay que acotar que además de Veracruz, el año entrante también habrá elecciones de gobernador en Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Chiapas, Tabasco y Yucatán.

RODIN, EL CENTENARIO

En los magníficos salones del Grand Palais des Beaux-Arts (Gran Palacio de las Bellas Artes) de París se exhibe actualmente una colección por el Centenario de la muerte del escultor Auguste Rodin –que se cumplen en noviembre- mientras que el pasado 8 de junio se estrenó en cartelera la película “Rodin” del cineasta Jacques Doillon, uno de los filmes galardonados en el reciente Festival de Cannes.

Francia y Bélgica -los dos países en los que desarrolló su carrera artística- celebraban al llamado “padre de la escultura moderna” y maestro del impresionismo, a quien se le atribuye la hazaña de iniciar una escuela que devolvió la grandeza al arte de trabajar la piedra y el metal como hace miles de años lo hicieron los escultores griegos y romanos: buscando imitar, casi a la perfección, el cuerpo y los rostros.

Pero Rodin fue más allá, porque a diferencia de los clásicos griegos y romanos, él buscó plasmar no lo idílico sino lo real. Así, muchas de sus esculturas fueron rechazadas en su momento por las academias de arte porque los modelos eran “feos”, no se adaptaban al concepto de belleza que en esa época se buscaba eternizar. Una de esas esculturas icono es, quizá, la de “L’Homme au nez cassé” (El hombre con la nariz rota), o la serie de obras sobre mujeres envejecidas como las de “La fuente agotada”.

O las lloronas -no las del mito mexicano sino las mujeres llorando- en las que logró captar las expresiones de dolor.  Rodin fue además un amante del cuerpo humano, lo llamaba “el molde en el que se imprimen las pasiones”, a tal grado que los modelos de casi toda su obra están desnudos. Piezas mundialmente conocidas como “Le Penseur” (El Pensador), “Le baisser” (El Beso) y “Andromède” (Andrómeda) -que se acaba de vender en mayo pasado en 3.6 millones de euros- son desnudos.

Sólo un conjunto de seis esculturas portavestimenta, “Les Bourgeois de Calais” (Los burgueses de Calais), que es otra de sus creaciones mundialmente reconocidas por la expresividad de cuerpos y rostros. En la exposición del Grand Palais hay piezas inacabadas de sus talleres que aun incompletas, son bellezas inigualables. Por ejemplo, una pequeña escultura en barro de no más de treinta centímetros, que representa a la bíblica Eva devorando la manzana prohibida.

También el famoso “L’Homme qui marche” (El caminante) es otra pieza “inacabada” –le falta cabeza y brazos- que ha sido reproducida en múltiples estilos por decenas de escultores en los últimos 50 años. Y claro, el conjunto escultórico más famoso de Rodin -porque reúne a muchas de sus obras cumbre- es “La Porte de l’Enfer” (La Puerta del Infierno), inspirada en la Divina Comedia de Dante Alighieri. Y no sólo en París se celebra el Centenario del gran Rodin sino que en México también lo honran. El museo Soumaya -del multimillonario Carlos Slim- en la Ciudad de México, posee el acervo de obras y reproducciones de Rodin más grande fuera de Francia. Entre ellas, una de las cinco reproducciones autorizadas en el mundo de  “La Puerta del Infierno”.  Así, para los veracruzanos la obra de Auguste Rodin está a  un ‘tiro de piedra’, no hay que cruzar el océano para contemplar el  mármol y el bronce hechos arte por el gran “revelador de almas”.

CANAL OFICIAL

POLÉMICA ENTRE DUARTE Y YUNES

Se le imputan acciones de agresión sexual