Orizaba.- A la semana, la estación de Bomberos de Orizaba atiende entre tres y cuatro reportes de fugas de gas en tanques de 20 y 30 kilogramos, ello debido al mal estado y picaduras en los cilindros, situación que es más recurrente en las unidades habitacionales ubicadas al norte de la ciudad.
A pesar de que las empresas gaseras están obligadas a capacitar a sus operadores sobre qué hacer ante una fuga y verificar el estado de los cilindros, el comandante de la corporación, Manuel Jiménez Cadena, señaló que algunos operadores a pesar de ver el tanque en mal estado, por la premura no lo revisan y así lo entregan
al usuario.
De las gaseras que hay en la región, señaló que El Atlántico, cuyos tanques son azules, es la número uno en reportes ya que distribuye cilindros en mal estado, picados en la base y con fallas en las válvulas; en la central dijo que son cerca de 200 tanques en deterioro los que están en resguardo por haber sido reportados con una fuga.
Lo anterior, porque los vendedores olvidan su obligación y lo que marca la Secretaría de Energía, que es revisar a detalle las unidades y herramientas como la manguera con la que trabajan, los dispositivos de almacenamiento y las condiciones en las que se encuentran los cilindros y los tanques estacionarios.
En ese sentido, señaló que el usuario siempre debe analizar las condiciones del tanque de cilindro que recibe de la gasera, pero si el que tiene en su casa está dañado entonces el operador está obligado a llevárselo para que se lo cambie. Si hay resistencia lo puede reportar o que cambie de empresa gasera.
Aunque en los últimos meses no se ha registrado un accidente por fugas de gas en casas y en las unidades habitacionales como Puerta del Sol, Árbol de Oro y Palmira, que es la más grande y en donde hay más de 8 mil tanques, agregó que el caso omiso de las empresas gaseras en el mantenimiento de los cilindros es un gran riesgo para la población al ocasionar una posible conflagración.
Jiménez Cadena agregó que por fortuna los accidentes relacionados con pipas de gas y cilindros no han sido tan recurrentes en la ciudad. Recordó que el último que atendieron ocurrió en enero del 2014, en un terreno baldío de Santa Ana Atzacan, en donde unos “ordeñadores” de la gasera El Atlántico ocasionaron un incendio y la explosión de
44 cilindros.
Yuri Aranda
ColaboraciÛn
