En pésimas condiciones Parque de Floricultura

Fortín.- El complejo que alberga las oficinas de la Dirección de Desarrollo Agropecuario, Protección Civil, el recinto ferial y el Parque de Floricultura se encuentran en pésimas condiciones ante la falta de atención por parte del alcalde golpeador de mujeres, Armel Cid de León.

 

En las instalaciones de las dependencias existen diversos artículos de oficina a la intemperie y basura en bolsas de plástico. Además en un área donde tienen diversas plantas que en su gran gran mayoría se encuentra en un estado seco y botadas en el suelo por la falta de atención del personal.

 

Por otro lado, los sanitarios que se ubican en lo que fuera la cafetería del Parque de Floricultura se encuentran descompuestos, por lo que los visitantes deben vaciar el agua con una cubeta.  

 

Esta situación lleva varios meses, pero parece no importarle al encargado de servicios municipales, Carlos Perdomo; ni al coordinador de parques y jardines, Jesús Rojas.

 

En el olvido total se encuentra el Parque Regional de Floricultura por parte de las autoridades de Fortín, infraestructura que alguna vez se forjara con la intención de colocar el nombre del municipio, mediante el reconocimiento de las mejores flores de la zona.

 

El lugar fue inaugurado en el 2005 cuando David Carrillo fungía como alcalde y Fidel Herrera como gobernador, se consolidó como uno de los proyectos más ambiciosos de esa administración.

 

Un sueño atrás 

 

La función principal del predio para el resto del año era que comerciantes floristas tuvieran un espacio digno para exponer sus productos, con una visión a largo plazo de que lograra una proyección regional, es decir, que Fortín fuera conocido por este recinto y la calidad en la venta de sus flores que vendría a colaborar con la economía local.

 

Hoy en día, luce el Parque de Floricultura abandonado por las autoridades, con unos vendedores clamando ser escuchados, banquetas sucias, una techumbre vieja, plantas a medio marchitar y unas instalaciones que revelan la falta de mantenimiento e interés por parte del alcalde golpeador, Armel Cid de León quien prefiere seguir robando.