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ENCUESTAS “MEADAS”

Superiberia

Por  Andrés Timoteo

En la elección presidencial del 2006 se dijo que las encuestas para favorecer al candidato oficial, el panista Felipe Calderón, estaban “cuchareadas”, es decir, aumentadas adrede para engañar a la opinión pública, al ubicarlo como puntero. En los comicios del 2012, las encuestas fueron “copeteadas”, aludiendo al peinado del entonces candidato priista, Enrique Peña Nieto, y este año las encuestas están “meadas” para “inflar” al candidato híbrido de la historia, el panista-priista José Antonio Meade.

 Como se puede acreditar, si se revisan los reportes quincenales o mensuales de las principales casas encuestadoras del País, desde inicios de 2017 -e incluso antes, desde mediados de 2016- el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador lidera todas las mediciones demoscópicas por amplio margen. Así se ha mantenido durante los últimos meses y actualmente las encuestas más serias lo ubican en una distancia no menor de 15 puntos entre él y  Meade Kuribreña.

 Está mejor posicionado el panista Ricardo Anaya -cuya distancia sería de entre ocho y diez puntos- que el abanderado del tricolor. Y las matemáticas, frías como son, anticipan que el PRI registraría otro fracaso en las urnas. Si se toma esa distancia entre López Obrador y Meade Kuribreña de 15 puntos porcentuales -cada punto equivale a unos 500 mil votantes- entonces el priista necesitaría convencer a 7.5 millones de mexicanos votantes para alcanzar al morenista.

 A partir de hoy miércoles quedan 162 días para que se celebren los comicios -el primero de julio- y en cada uno de ellos Meade tendría que ganarse la preferencia de 45 mil votantes, sólo para nivelarse con López Obrador, pero como se apuesta que para que los resultados electorales no se vayan a tribunales, se requieren al menos 5 puntos adicionales sobre el segundo lugar.

 Lo anterior significa obtener una diferencia de 2.5 millones de votos entre el primero y segundo lugar, lo que complica más las cosas porque entonces Meade necesitaría convencer diariamente a 60 mil votantes, a razón de 2 mil 500 ciudadanos por hora. ¿Alguien cree que lo logre? Claro que no, pero eso no significa que lo aparente para justificar acciones paralelas -entiéndase: el fraude electoral- por lo que la estrategia de las “encuestas meadas” ya comenzó.

 En días pasados, algunos periódicos capitalinos difundieron los resultados de una encuesta en la que ubican a Meade a sólo 3 puntos de distancia de López Obrador. La realizó una empresa desconocida -¿fantasma?- de nombre  SUASOR Consultores, la cual asegura que mientras el tabasqueño tiene 33 puntos de preferencia ciudadana, Meade tiene 30 y se va cerrando la brecha.

 Y vaya, la cúpula priista ya hasta habla de un “empate técnico” entre ambos. “La primer encuesta de 2018 acredita que Pepe Meade está en empate técnico con López. Seguiremos trabajando para ganar el 40 por ciento de la votación y darle certeza a México”, publicó en las redes sociales el dirigente nacional del tricolor, Enrique Ochoa, y eso mismo lo han replicado otros priistas. Engaña-bobos, les dirían algunos.

 

¿ACUERDOS INCUMPLIDOS?

Y precisamente en el tema de inseguridad que refiere el candidato de Morena, paralelamente de que el crimen organizado se volvió un actor más en la contienda electoral, alimentando -con violencia y escenas dantescas- el discurso sobre que con gobiernos del tricolor la inseguridad no estaba al tope y que bajo gobiernos de oposición la violencia se disparó, no hay que perder de vista la particularidad de los acontecimientos recientes en Veracruz que revelan posibles acuerdos entre la delincuencia y funcionarios estatales.

 Como se mencionó anteriormente, el fin de semana fue sangriento en la Entidad, pues en diversas ciudades aparecieron cadáveres mutilados con mensajes escritos dirigidos al gobernante en funciones, Miguel Ángel Yunes Linares y al secretario de Seguridad Pública, Jaime Téllez Marié, reclamando el incumplimiento de supuestos acuerdos con un grupo delictivo, lo que obviamente conduce a la duda y a exigir una respuesta de los funcionarios aludidos.

 El gobernador Yunes Linares desairó la especie y se limitó a decir que tales mensajes “hay que tomarlos de quien viene”, a la vez que Téllez Marié se mantuvo estoico, pese a que sobre él pesan diversos señalamientos por ineficiencia en el tema que le compete. No es la primera vez que los grupos delictivos se refieren al funcionario exhibiendo cuerpos de personas asesinadas.

 ¿Hay un pacto entre la nueva Administración y el crimen organizado? Algunos dirían que sí, sobre todo los que apuestan a que la seguridad pública y los índices delictivos sean el tema de campaña principal, pero a la fecha -salvo la violencia exponencial y los dichos en mensajes escritos- todo apunta a revanchas y presiones para, mantener -eso sí- los antiguos pactos.

 Yunes Linares está obligado a aclarar esa versión, porque los veracruzanos ya tuvieron suficiente con dos gobernadores metidos hasta la coronilla con los cárteles del narcotráfico, y ahora es necesario desterrar toda sospecha sobre la nueva Administración. “La mujer del César no sólo debe ser honesta sino también parecerlo”, dice el refrán histórico, de más de 2 mil años, que sigue siendo aplicable a los personajes públicos.

 También se debe acelerar y concluir con la depuración de las corporaciones policiacas, las agencias ministeriales y los juzgados, pues muchos permanecen infiltrados por el crimen organizado. En estos casos no se vale el silencio ni la desidia, porque la injerencia criminal en esferas gubernamentales ya ha ocasionado mucho dolor y luto para los
veracruzanos.

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