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Entre aranceles y automatización: Maquiladoras despiden 166 mexicanos cada día

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AGENCIA

Nacional.- Durante décadas, el zumbido de las maquiladoras en la frontera mexicana fue sinónimo de certeza laboral. Quien llegaba a Ciudad Juárez, Tijuana o Reynosa encontraba trabajo en cuestión de días. Hoy, esa historia cambió: Los despidos masivos, la precarización y hasta el desplazamiento por la inteligencia artificial están minando la que fue considerada una de las fuentes de empleo más estables del país.

El golpe de los aranceles y la tecnología

Sergio Ponce de León, ingeniero industrial con 16 años de experiencia auditando procesos para la maquila médica en Ciudad Juárez, describe la crisis sin rodeos: “Me ha bajado el trabajo un 60 o 70 por ciento (%). Y pienso que para el siguiente año ya sólo voy a tener un 10% o nada. Ya están creando un software para hacer las auditorías”.

Su caso no es aislado. En promedio, 166 personas al día fueron dadas de baja en la industria de exportación durante el primer semestre de 2025, como consecuencia de las políticas de aranceles de Donald Trump y la guerra comercial con México. En total, 29 mil 991 trabajadores fueron despedidos en apenas seis meses.

Paradójicamente, mientras se pierden empleos, las exportaciones mexicanas alcanzaron una cifra récord de 56 mil 707 millones de dólares en julio, con un crecimiento de 4% respecto al año anterior. El 92 por ciento de esas exportaciones provino de manufacturas. Más ventas al extranjero, pero con menos manos mexicanas trabajando detrás de ellas.

Crecen las empresas, se multiplican los despidos

Según datos del Inegi, entre diciembre de 2024 y junio de 2025 el número de maquiladoras y manufactureras creció de 6 mil 520 a 6 mil 562. Sin embargo, al menos 13 cerraron, quebraron o suspendieron operaciones.

En Chihuahua se registraron más de 40 mil empleos menos en el sector IMMEX; en Coahuila, 22 mil; en Tamaulipas, más de 5 mil; y en Baja California, una caída de 4.6% en la plantilla laboral.

Los testimonios de trabajadores coinciden: No hay cierres masivos de plantas, pero sí despidos escalonados, contratos temporales, outsourcing y una creciente sustitución de personas por programas informáticos.

Contratos que duran lo que un respiro

Julia Quiñones, directora del Comité Fronterizo de Obreras en Coahuila, denuncia que el uso de contratos temporales se volvió un mecanismo de control. “En muchas maquilas los contratos duran 30 días o tres meses. Al terminar, vuelven a firmar, pero sin antigüedad. Eso permite a las empresas despedir a cualquiera bajo el pretexto de una falta o un malentendido con un supervisor”.

En Tijuana, algunas jornadas llegan a 12 horas sin pago doble de horas extra. Y en fechas clave, como mayo y diciembre, las empresas ajustan la nómina para evitar pagar utilidades o aguinaldos.

Margarita Ávila, del colectivo Ollin Calli, resume la práctica: “Las maquiladoras aprovechan el momento para ganar lo más que se pueda, a costa de los trabajadores. Siempre lo han hecho, y este año lo hacen más”.

Bancarrotas como estrategia

Otro fenómeno en ascenso es la declaración de bancarrota para evitar liquidaciones. Elizabeth Ávalos, de la Colectiva Rosa de Luxemburgo en Ciudad Juárez, advierte: “Antes había empresas golondrinas que se iban sin más. Hoy dan la cara, pero se amparan en la bancarrota y no pagan”.

Casos como EDC México, dedicada a la fabricación de listones, y TPI Composites, fabricante de hélices, dejaron a cientos de trabajadores sin liquidación. “El problema no es sólo económico, es político. La figura de bancarrota se convirtió en un escudo legal contra los derechos laborales”, denuncian.

La sobrevivencia fuera de la maquila

Ante el desempleo y la incertidumbre, muchos trabajadores recurren a la economía informal: Reventa de productos, trabajo en construcción, donación de plasma en Estados Unidos o migración laboral con visas TN.

El hijo mayor de Sergio, recién graduado en Administración, no encuentra empleo. Otros profesionistas con años de experiencia llevan meses o incluso más de un año desempleados. En los barrios periféricos de Juárez ya hay casas abandonadas, reflejo de trabajadores que regresaron a sus estados de origen o intentaron cruzar a Estados Unidos.

“Las empresas prefieren contratar a dos migrantes por menos sueldo y sin prestaciones que a un mexicano”, advierte Sergio.

El silencio oficial

Mientras los trabajadores denuncian abusos, las cámaras empresariales sostienen que no hay fuga de maquilas y que los cambios se toman con calma. La Secretaría del Trabajo, consultada sobre un plan para atender la crisis laboral en la frontera, no presentó ninguna estrategia.

Para los obreros, la conclusión es clara: Deben rascarse con sus propias uñas. Y aunque las exportaciones mexicanas marcan récords en los reportes económicos, en las casas de Juárez y Tijuana el panorama es otro: Incertidumbre, precariedad y el temor latente de que el empleo estable en la maquila sea ya un recuerdo del pasado.

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