

París.- Lance Armstrong, vencedor del Tour de Francia en siete ocasiones consecutivas, de 1999 a 2005, dejó en claro que el dopaje fue su gran aliado para triunfar, pero que sólo fue parte del sistema.
“Es imposible ganar el Tour de Francia sin doparse. Porque el Tour es una prueba de resistencia en la que el oxígeno es clave”, manifestó el norteamericano.
En entrevista sobre el mismo punto, se dijo de acuerdo por el hecho de que su nombre se borre en el palmarés del Tour de Francia, aunque nadie le ha reclamado los suéteres amarillos que conquistó en su momento.
El estadunidense, quien superó el cáncer y después fue acusado de dopaje, afirmó que jamás tuvo miedo a los exámenes médicos, pues siempre fue parte del sistema, y aunque conocía su consumo nunca dio positivo.
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