


Laura A. García
El Buen Tono
Cuitláhuac.- La falta de señalización adecuada en obras públicas y el retiro tardío de escombro de las vialidades se han convertido en un factor de riesgo constante y creciente para conductores y peatones en la cabecera municipal.
Esta situación, denunciada reiteradamente por vecinos, escaló de gravedad esta semana cuando un motociclista derrapó y sufrió heridas tras impactar contra un montículo de escombros en la avenida 1, a la altura de un establecimiento comercial.
Las autoridades municipales, encabezadas por Martín Rico Martínez, no actúan para evitar generar riesgos innecesarios. De acuerdo con testigos, el accidente ocurrido el miércoles se debió a la presencia de material de construcción y tierra suelta en la calzada, sin señalización alguna que alertara a los conductores del obstáculo. El conductor de la motocicleta derrapó y fue auxiliado por algunos testigos.
La crítica central recae en la falta de protocolos estrictos por parte de la Dirección de Obras Públicas municipal. Una gestión eficiente y responsable exige que toda obra en la vía pública esté delimitada con conos, cinta reflectante y señales preventivas que garanticen la seguridad de los transeúntes. Asimismo, el retiro expedito del escombro generado es una obligación inherente al proceso, no un paso opcional. La omisión de estas medidas evidencia fallas en la supervisión y el cumplimiento de las normas básicas de seguridad.
Aunado a ello, este incidente revela un segundo problema: la falta de aplicación del reglamento de tránsito. Si bien el hecho de que el motociclista no portara casco es una falta grave que incrementó su vulnerabilidad, esta situación es potenciada por la nula exigencia de su uso por parte de los elementos de tránsito municipal. La permisividad habitual frente a esta infracción genera una falsa sensación de impunidad entre los conductores y los expone a un daño mayor en caso de accidente.
Vecinos de la zona expresaron su preocupación y molestia. “Esto no es la primera vez. Dejan la tierra y las piedras por semanas, no avisan y de noche es mucho más peligroso. Es una lotería pasar por aquí”, comentó un vecino. “Y luego uno casi no ve que multen por no llevar casco; parece que a Tránsito no le importa”, agregó.
El accidente en la Avenida 1 no es un evento aislado, sino la consecuencia previsible de una gestión de obra pública negligente y un control de tránsito deficiente. La administración municipal de Rico Martínez tiene la obligación legal y moral de garantizar que el espacio público sea seguro.

