

Redacción | El Buen Tono
Chiapas.- Un impactante caso médico encendió las alarmas en la Clínica Santa Cecilia, ubicada en El Bosque, Chiapas, luego de que un niño de tan solo 7 años fuera ingresado al hospital con síntomas graves: vómito, dolor y una notable distensión abdominal de 48 horas de evolución. Lo que parecía un problema estomacal común, terminó revelando una infección parasitaria extrema: 142 gusanos intestinales del tipo Ascaris lumbricoides fueron extraídos de su cuerpo.
El menor, con un peso de apenas 17.5 kilogramos al momento del ingreso, fue atendido por la doctora Andrea Gallegos Guadarrama, según confirmó la química farmacobióloga Abelina Gómez López. El diagnóstico fue alarmante: obstrucción intestinal severa causada por los parásitos, con una masa palpable en la región de la fosa ilíaca derecha.
El hallazgo estremeció a todo el equipo médico. Se contaron exactamente 53 machos y 89 hembras de Ascaris, siendo el mayor de ellos de 27 centímetros de largo, y el menor de 10.5 centímetros. La presencia de estos parásitos en tal cantidad representa un caso extremo de ascariasis, una infección intestinal provocada por consumir agua o alimentos contaminados con huevecillos del parásito.
La infección, que afecta al 25% de la población mundial según la OMS, es especialmente común en regiones tropicales y afecta mayoritariamente a niños entre 2 y 10 años. Entre sus complicaciones más frecuentes está la obstrucción intestinal, que puede ser mortal si no se trata a tiempo. En los países endémicos, esta complicación representa entre el 3 y 5% de los casos, con una mortalidad asociada de hasta el 17%.
El tratamiento aplicado en este caso fue una enterectomía, intervención quirúrgica que permite remover manualmente los parásitos del intestino. Gracias a la rápida intervención médica, el pronóstico para el menor es positivo.
Este caso sirve como un recordatorio urgente sobre la importancia de la higiene, el acceso al agua potable y la desparasitación periódica en las comunidades más vulnerables. La ascariasis, aunque prevenible y tratable, sigue cobrando vidas y afectando la salud de millones de niños alrededor del mundo.
