

AGENCIA
Washington y Nueva York.- Una familia residente en Utah y Texas fue arrestada por autoridades federales de Estados Unidos, acusada de participar en una red internacional de contrabando de petróleo crudo robado de México, en colaboración con cárteles del narcotráfico. El operativo destapó un esquema de lavado de dinero que habría generado más de 300 millones de dólares a través de 2 mil 881 envíos ilegales.
De acuerdo con documentos judiciales obtenidos por ABC News, James Jensen conspiró con su esposa Kelly Jensen y sus hijos Maxwell y Zachary Jensen para importar petróleo crudo de manera ilegal desde México. La familia utilizó su empresa Arroyo Terminals, ubicada en Río Hondo, Texas, como fachada para recibir el crudo transportado en barcazas desde México. Posteriormente, los fondos obtenidos por las ventas eran lavados mediante maniobras financieras y enviados a negocios en México que operan con la autorización de organizaciones criminales.
Según la Red de Control de Delitos Financieros (Fincen, por sus siglas en inglés), parte del Departamento del Tesoro de EU, el esquema criminal forma parte de una red mayor de huachicoleo que ha costado al gobierno mexicano miles de millones de dólares. El robo de combustible incluye desde sobornos a empleados de Pemex, hasta tomas clandestinas, robo a refinerías y secuestro de pipas.
En una alerta emitida el pasado 2 de mayo, Fincen advirtió a instituciones bancarias sobre la necesidad de reforzar su vigilancia ante actividades sospechosas vinculadas con el contrabando de petróleo crudo por parte de grupos como el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), Cártel de Sinaloa, Cártel del Golfo, entre otros. Si bien la acusación contra los Jensen no menciona a un cártel específico, las autoridades federales señalan que los pagos hechos por la familia estaban destinados a grupos delictivos mexicanos.
El crudo robado era transportado por tierra a través de la frontera suroeste, disfrazado como desechos petroleros o materiales peligrosos para evadir controles e impuestos. Los importadores, como los Jensen, suelen operar también negocios legítimos, lo que complica su detección. Según cálculos oficiales, cada embarque puede dejar ganancias de hasta 5 millones de dólares, y hay múltiples cargamentos al mes.
El caso formal contra la familia indica que las operaciones ilegales se realizaron entre el 10 de mayo de 2021 y este año, y que el objetivo era ocultar el origen ilícito de los fondos. James y Kelly Jensen fueron detenidos en Utah, mientras que sus hijos fueron arrestados en Texas. Las oficinas de Arroyo Terminals fueron cateadas por autoridades federales el mismo día. Todos los acusados se han declarado inocentes.
El secretario del Tesoro, Scott Bessent, declaró que el contrabando de petróleo se ha convertido en una fuente crucial de ingresos para organizaciones como el CJNG, permitiéndoles ampliar su poder y capacidad de violencia tanto en México como en Estados Unidos. Afirmó que su departamento continuará usando todos los recursos a su disposición para perseguir a los cárteles y sus redes de financiamiento.
No obstante, los propios informes del Tesoro reconocen que será necesario intensificar los esfuerzos dentro del territorio estadounidense para identificar y castigar a individuos, empresas e instituciones financieras que facilitan o se benefician de estas actividades ilícitas.
