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Flagelada por basura, ratas y alcoholera

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Chocamán.- Ubicada a menos de un kilómetro de la cabecera municipal, la colonia  Rosa Mística, donde viven unas mil familias, se ha convertido en una de las unidades habitacionales más contaminadas.

Gobiernos han pasado, de distintos partidos y colores, todos han prometido solucionar sus problemas; sin embargo, una vez estando en el poder, éstos se olvidan de esta colonia.

Aunque, dicen, fueron ellos los primeros que llegaron, han tenido que aprender a vivir entre dos empresas que contaminan y un basurero.

Diariamente  deben de lidiar con las a pestilencias, las moscas, las ratas, cucarachas y demás animales rastreros que se han querido convertir en inquilinos de sus viviendas.

Esta colonia es  un foco de infección, según sus propios moradores, debido a la gran contaminación que, tanto la alcoholera como el basurero clandestino han provocado.

Niños, jóvenes, adultos y personas mayores han comenzado a presentar enfermedades en la piel, dificultad para respirar, vómitos, diarreas, náuseas y mareos a consecuencia de la gran contaminación a la que
están es puestas.

La alta contaminación que la basura está generando ha provocado la molestia de los vecinos de la Colonia
Rosa Mística. En el lugar existen ya zopilotes quienes aprovechan la gran cantidad de basura que se vierte, además de ratas, cucarachas, una plaga de moscas y mosquitos que han invadido las viviendas.

“Estamos cansados ya de la pestilencia, de la basura, diariamente pasan los camiones repletos por la zona, las moscas nos han invadido, no se puede ni comer”, agregó uno de los vecinos.

Gran cantidad de basura emerge de este tiradero clandestino, que van desde equipo médico hasta animales muertos, que han propagado una gran cantidad de animales rastreros y carroñeros.

Por si fuera poco, también los vecinos han tenido que soportar la gran contaminación que la empresa alcoholera “Caña-Alcohol” a la genera, tanto en el aire como en los mantos acuíferos.

A decir de los vecinos, esta empresa ha contaminado severamente el subsuelo y los mantos acuíferos, degradando en tal medida el sueño, que a su vez éste ha dejado de servir para la siembra.

“Ya no se puede sembrar, todo está contaminado, la poca caña que aquí existe es caña contaminada. El aire está contaminado, no se puede ni comer ni dormir por la apeste que hay”, señaló una de las vecinas.

Los lugareños lamentaron que desde hace muchos años han venido solicitando la intervención de las autoridades municipales, estatales, federales y de salud para solucionar el problema y nada han hecho.

 

El Buen Tono 

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