


El 30 de junio de 2019, un paseo que parecía un día común en el idílico valle Yongso, en Gapyeong, provincia de Gyeonggi, terminó en una tragedia escalofriante. Yoon, un hombre de 39 años que no sabía nadar, murió ahogado tras lanzarse desde un acantilado de cuatro metros hacia las aguas profundas del arroyo local. Lo que en principio parecía un accidente, reveló ser el desenlace de un elaborado plan criminal.
Un plan macabro para cobrar un millonario seguro de vida
La justicia surcoreana determinó que Yoon no actuó por voluntad propia ni fue empujado físicamente. Más bien, fue inducido a saltar al agua por Lee Eun-hae y Cho Hyun-soo, quienes además omitieron cualquier intento de rescate, conscientes de que la víctima no podría sobrevivir. El motivo: cobrar una póliza de seguro de vida valorada en 800 millones de wones (aproximadamente 11.5 millones de pesos mexicanos) que expiraba ese mismo día.
Esta forma de homicidio, conocida como “asesinato por omisión”, no fue un hecho aislado, sino la culminación de un plan más amplio que incluyó al menos dos intentos fallidos previos de asesinato. En febrero de 2019, Lee intentó envenenar a su esposo con tetrodotoxina, una neurotoxina letal del pez globo, y en mayo lo empujó al agua en un sitio de pesca, sin éxito.
Manipulación emocional y un matrimonio falso
Las investigaciones judiciales revelaron que Lee y Cho mantenían una relación sentimental abierta mientras manipulaban emocionalmente a Yoon, quien creía que su matrimonio aún funcionaba. Testimonios indican que Lee usó técnicas de manipulación psicológica similares al “gaslighting” para aislarlo y controlarlo, mientras planeaba acabar con su vida.
En paralelo, el Tribunal de Familia de Incheon anuló el matrimonio, concluyendo que Lee nunca tuvo intención de convivir con Yoon y que la unión fue un mero instrumento para obtener beneficios económicos.
De estrella de televisión a símbolo de un crimen inolvidable
Lo que añade un matiz inquietante a esta historia es el pasado mediático de Lee Eun-hae. En 2002, siendo adolescente, apareció en el popular programa “Love House”, retratada como una hija ejemplar que cuidaba de sus padres con discapacidad, una imagen que conmovió a millones. Este contraste entre aquella niña modelo y la mujer condenada por asesinato le valió el apodo de “la Viuda Negra Coreana”.
Justicia y repercusiones sociales
En 2022, Lee fue condenada a cadena perpetua por asesinato, intento de asesinato y fraude de seguros; Cho recibió 30 años de prisión. Las sentencias fueron confirmadas por tribunales superiores y ratificadas por la Corte Suprema en 2023, que además ordenó un dispositivo electrónico para Lee tras su eventual liberación.
El caso desató en Corea del Sur un debate sobre las lagunas legales en crímenes por omisión y la urgencia de detectar la violencia psicológica y la manipulación dentro del hogar. Además, cuestionó el papel de los medios que crean figuras públicas idealizadas que no siempre reflejan la realidad.
Hoy, la historia de la “Viuda Negra Coreana” se recuerda no solo como uno de los crímenes más notorios de la última década en el país, sino como un oscuro ejemplo de cómo la ambición, la traición y la manipulación pueden destruir vidas y familias enteras.


