


AGENCIA
Nacional.- Frida Guerrera ha dedicado su vida a documentar una de las realidades más dolorosas e incómodas de México: El feminicidio y homicidio infantil. Su trabajo se centra en las víctimas más vulnerables, niñas y niños menores de 10 años asesinados, en la mayoría de los casos, por quienes debían protegerlos: su familia y círculo más cercano.
Entre el 1 de enero y el 31 de julio de 2025, Guerrera registró 35 casos a partir de reportes de prensa y sus propias investigaciones; sin embargo, al incluir todas las muertes por violencia intrafamiliar, la cifra asciende a unos 80 menores a nivel nacional.
“Estamos hablando de una situación muy grave que no queremos aceptar que existe”, dijo en entrevista. Subrayó que la mayoría de los agresores son adolescentes cada vez más jóvenes, quienes, tras cumplir breves condenas en Centros de Internamiento -en ocasiones de apenas cinco años-, son liberados sin programas efectivos de rehabilitación.
Para Guerrera, el sistema penal es ineficaz y no dimensiona la gravedad de estos crímenes. Propone que las leyes prioricen el delito por encima de la edad del agresor: “Si asesinas, debes ser juzgado como adulto, porque el feminicidio o el asesinato de niños no pueden ser tratados como delitos menores”.
Uno de los casos más recientes y que ejemplifica esta indiferencia es el de Fernando, un niño de Los Reyes, La Paz, asesinado en agosto tras un secuestro ligado a una deuda de mil pesos de su madre. Según la activista, incluso una vecina escuchó cómo lo maltrataban, pero no intervino ni denunció. “El pretexto fueron mil pesos. Esta gente mató porque pudo hacerlo. El nivel de impunidad y de indiferencia general es altísimo”, señaló.
Desde 2016, Guerrera ha detectado un patrón en municipios del oriente del Estado de México, donde la violencia contra la infancia se ha normalizado al punto de no provocar alarma social. Advirtió que las nuevas generaciones crecen sin enfrentar consecuencias por sus actos y con una baja tolerancia a la frustración, lo que, en casos extremos, deriva en conductas deshumanizadas hacia niñas y niños.
También criticó la inoperancia de la Secretaría de las Mujeres y otras instituciones. Asegura que, pese a remitir casos directamente a la titular Citlalli Hernández, no ha recibido seguimiento ni resultados: “Es un instituto más, como aquellos que cerraron porque no hacían nada”.
Guerrera pidió a los medios cuidar la difusión de información innecesaria en casos de violencia infantil, para evitar que sea utilizada por agresores.
Con una frase contundente, cerró la conversación: “Guardar silencio ante la violencia contra la infancia nos convierte en cómplices por omisión”.


