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GATOPARDO: EL VOTO INÚTIL

Superiberia

  • El “Gobierno” se compone por un porcentaje representante de la población local, regional y nacional electo periódicamente para cumplir funciones públicas ejecutivas, congresistas y judiciales para el control comunitario.
  • No por nada los hombres de negocios exigen a los candidatos su plena disposición de llevar adelante el programa establecido, a costas de continuar el control y represión de contestatarios indomables.

Aleluya Moreno Lorenses Oropesa
Columnista

Mientras un 40% del listado electoral se debate entre votar por conciencia o a cambio de utilidades el próximo primero de julio, el 60% tiende a abstenerse de participar en el circo, maroma y teatro organizado para suplir representantes gubernamentales apoyados en 9 partidos políticos; fracasados, fueron condensados en tres frentes electorales como antesala del próximo Gobierno de coalición, sin importar quien gane.
Aunque la predisposición en medios enajenados de comunicación de masas, incluidas las redes sociales, descalifica a los abstinentes, lo cierto es que es trending topic el rechazo histórico a la política mercantilizada. Razones hay.
No es lo mismo Sistema, Estado y Gobierno. Sin poder evitarlo, duele al Sistema que no prenda la comparsa democrática liberal, a pesar de los miles de millones de pesos destinados al recambio periódico de gobernantes, pues le resta créditos financieros a inversiones y ganancias.
Para asegurar la mínima participación electoral así sea de mascarada, aparte del INE existe una red clandestina de operadores del voto fondeada irregularmente, a fin de simular la unción legal de la casta gobernante. Pronto se transformará en partido, desplazando pirruris lelos.
Legitimando lo legal. Embarazar urnas, atacarlas, sustituir estadísticas, pagar por ello con dineros raros, inducir preferencias, abarca al 15% del 40% de los votantes; casos como el cordobés en la última contienda, demuestran elecciones con escasos votos; lo cual siendo legal, apena.
La falta de respaldo social abate los índices internacionales de confianza en el régimen. Sostenerlo obliga al pago de primas de riesgo, encareciéndose más los servicios financieros. La especulación resta fondos al gasto social, propiciando más inconformidad. Y, así, sin límites.
Peor se pone la cosa si el descontrol casero incluye revueltas anarquistas, o de revolución socialista; que no se divisa a Dios gracias. Ni siquiera se mira quién podría soltar tigres encurtidos, a pesar de 93 asesinatos diarios de compatriotas a lo largo y ancho de la Patria.
Ternuritas: pronto miles de mercenarios pasarán al desempleo. No por nada los hombres de negocios exigen a los candidatos su plena disposición de llevar adelante el programa establecido, a costas de continuar el control y represión de contestatarios indomables.
PRI, PAN, PDR, PT, Verde, PANAL, MC, PES y otros satélites locales con sus distintos frentes, agrupaciones, grupos, comités de bases, ya fueron tachados por incapaces de contener los reclamos anónimos, explícitos y potenciados de millones de compatriotas excluidos de la riqueza, destinados a sobrevivir y morir en la pobreza.


¿Por qué es así de feíta la política nacional? Es cuando la puerca tuerce el rabo pues no hay político aspirante, ni en funciones públicas, capaz de sostener tan elementales principios sin caer en la tentación de traicionarlos, sobre todo cuando son producto directo, indirecto o casual de cincuenta años de aleccionamiento, selección, sostenimiento y pensión de la generación de mexicanos encargados de la reforma política fracasada, incluyente del fiasco transicional del 2000-2012.
Se dice que la mayor parte del dinero legal e ilegal dispuesto para la contienda electoral no llega a su destino, por atascarse en las redes del camino. La traición de principios endebles es propia de oportunistas, pragmáticos y caudillos.
Los actuales contendientes encajan en posturas liberales limitadas a repetir más de lo mismo, y, los que no, ya suman 124 muertos. Decenas intimidados ante el dilema de “la candidatura, o la vida”, no dudan en retirarse de la contienda; y eso que sólo se ventilan ornamentos.
Con cualquier dócil administrando, lo demás es lo de menos. Simplificada la democracia a remedos igualitarios de las condiciones de vida, no se incluyen las de trabajo. Éste es el éxito del neoliberalismo a ultranza.
Así sea ofreciendo décimas de aumento, ningún candidato cuestiona las bases económicas de un País maquilador a precios irrisorios: causa objetiva de la impopularidad de gobernantes y relevos.
Distrayendo al respetable. El rencor, el dolor, la impotencia acumulada por el pueblo han sido abortadas preventivamente para evitar la acumulación de fuerzas progresistas, así sea al costo de llevar al extremo sus engaños en campaña, con aparentes delanteras.
Mientras, el Estado continúa reformando leyes generales, leyes secundarias y reglamentarias, entorno del robo de bienes nacionales.
Despierta soñando en cómo jodernos. La más reciente disposición legal a favor del capital financiero, es la decena de decretos presidenciales que finiquitan vedas de los principales cuencos hídricos, enviando al “mercado libre” futuras solicitudes y concesiones de agua, destinando a la deshidratación al pueblo sin capacidad de pago.
Si consideramos que nuestro volumen corporal está integrado por un 60/75% de agua y en promedio utilizamos 200 litros diarios por persona, al precio de 34 pesos por 20 litros requerimos $3,400.00 para adquirirlos.
Millones de pobres son obligados a ingerir refrescos, aguas embotelladas y bebidas adulteradas; usando aguas no tratadas, contaminadas y escasas para la higiene personal y social.
Ganón habemus, mientras chachalaquean imposibles. Sin tocar las causas de la explotación y miseria, con variantes verbales limitadas a algunas de sus secuelas, los candidatos prometen cambios basados en su auto nominada gracia, virtuosismo, honestidad y congruencia.
Así, a siete días de la jornada electoral, el sistema han ganado, asegurando seis años más su dominio implacable, mediante la falsaria renovación de un gran porcentaje de la casta gubernamental encubierta.
Pues, ¿cómo? ¿Qué acaso el Gobierno Federal no manda? No es lo mismo Estado, Gobierno y estado.
El “estado” se refiere a un territorio físico delimitado geográficamente, con arreglo a su historia, población y recursos naturales.
El “Gobierno” se compone por un porcentaje representante de la población local, regional y nacional electo periódicamente para cumplir funciones públicas ejecutivas, congresistas y judiciales para el control comunitario.
El “Estado” incluye otras funciones y dimensiones sociales jurídicas, políticas, económicas, militares, diplomáticas, ideológicas y culturales.
El Estado es al todo y lo demás a partes. Aún más, incluye una pequeña hiper-dimensión con todo el poder para decidir el rumbo coyuntural de la Nación: al Estado Mayor, o Estado Profundo Oligarca.
Pocos miembros la integran, pero disponen de todos hilos y redes para darle sentido a la vida cotidiana no solo de un núcleo poblacional, asimismo de grandes partes del planeta. Siendo quienes en realidad votan, los demás rebotan.
El Estado Profundo es al Gerente Corporativo, lo que el Gobierno al director de orquesta. Aparte de aparentar ser el centro del poder y con su rúbrica legalizar al estatus quo en el nombre de la soberanía nacional, como ahora pasa con Peña Nieto, quien lo releve sólo sirve para poner la carita en instantáneas y decretos.
Por eso, Andrés miente cuando prodiga su cuarta revolución a besos, perdonando criminales, ratas y traidores a la Patria. En realidad se cura en salud exigiendo el mismo trato: perdón y olvido por sus refinadas tranzas, pasadas, presentes y futuras; entre las cuales destaca su habilidad de engatusar masas.
Sumidos en la explotación y miseria, ¿quién crea encantos de sirenas? La mayoría de las veces, sin importar el círculo social de qué se trate, banalidades perlan el intercambio de ideas, observando que la falta de argumentos es sustituida por descalificativos apoyados con boots, memes, noticias falsas, datos manipulados y verdades a medias.
Así han pasado meses de precampañas y campañas sosas fracasadas, que, con la ayuda del puntero atragantado por tanto oportunista subido en su barca, asistirá mofletudo a la final de tanto comer arroz pre-cocido e inflado.
Blofeando comodines, favorecedores de la carta marcada. La percepción social de ser un santón populista de tintes caudillistas rodeado de resaca, no cabe en el programa de sustitución gerencial de personeros exigido por el cambio en paralelo del modelo neoliberal al socialdemócrata cristiano. Miade siempre será un apartidista funcionario eficiente, designado en cualquier dependencia.
Anaya dispone del mejor perfil refinado por Dante Delgado, con la gracia del innombrable. Así que, si de cualquier modo Usted desea obtener las mejores utilidades por su voto: analice y decida, absteniéndose de hacerlo por inútiles.

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