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GATOPARDO Tronando liderazgos regionales

Superiberia

Por: Aleluya Moreno / Lorenses Oropesa  / columnista

Dos tácticas importantes para cambiar una aberración del Sistema se efectuaron en la segunda quincena de julio de 2017, una vinculada a un Proceso Judicial Federal, la otra a procesos electorales; comparten el propósito estratégico-táctico del Estado neoliberal de consolidar el férreo control del centro sobre poderes regionales políticos, sociales, laborales, económicos, geográficos, policiales, delincuenciales, culturales e ideológicos. En preludio de la precampaña 2018, el exgobernador veracruzano “JDDO” es vinculado a proceso para responder por ilícitos cometidos durante su gestión (2010-2016).

En paralelo, el Instituto Nacional Electoral (INE) aprobó dos ajustes a su manual operativo para acotar desde septiembre el tiempo de presentación en público de quienes aspiren a participar en contiendas electorales próximas, así como su compra de espacios publicitarios en cualquier medio impreso y digital de pequeño o gran formato; imponiendo paridad mediática a los pretensos candidatos, pretende superar la ilegitimidad del proceso y sus resultados, especialmente del propio INE.

Con acciones así ¿podrá el sistema hegemónico dominante en México autocorregirse de un defecto socio-histórico característico del desarrollo impuesto, originado en su incapacidad de impedir que se reproduzcan y destruir relaciones locales de poder caciquil con recursos operativos para condicionar e imponer gobernadores, presidentes municipales, regidores, senadores y diputados? ¿Será capaz de revertir la tendencia al alejamiento de las urnas de la mayoría de votantes, logrando que el régimen sea aceptado sin chistar?

Juan Pueblo dice que no podrá, pues el juicio a JDDO es de simulación y, que el recorte de candidatos en la escena y marquesinas tiene destinatario cantado: evitar que el Peje  conserve la delantera, coronando su vetusto deseo presidencial populista.

A contracorriente, prevemos una edición más de la incapacidad del sistema político para auto-reformarse, fracasando sus planes de control absoluto mediante la engañifa democrática electorera.

Al ladrón, al ladrón. Mediante leyes y normas judiciales secundarias, la Constitución Mexicana protege la identidad física y civil de presuntos culpables, preservando sus Derechos Humanos, morales y psicológicos, previendo que resulte inocente de sus cargos, o por indemostrables, como podría ser el caso de JDDO.

Por ello, a pesar de ser un presunto delincuente contumaz, no se le señala como tal, a riesgo de ser blanco de alguna demanda: queda en el imaginario popular que “JDDO” no es quién es por parecer no ser, sino por todo lo contrario, hasta que la Procuraduría General de la República (PGR) logre que un Juez formule su estatus legal, probablemente hasta el 22 de enero de 2018, lo enjuicie y condene.

En medio de la extensa faena electiva de 2018, la más cara de la Historia, el proceso penitenciario de JDDO se manipula como una prenda reclamada por las masas y la aristocracia política para que en su momento los próximos gobernantes la arrojen al pueblo en señal de redención soberana; podrían ser los casos de César Duarte, Beto Borge y los Moreira.

Tras bambalinas, la trama va dirigida a los miembros de la Conago, del Congreso, de los municipios y los grupos regionales de poder, para que sepan a lo que se atienen de no garantizar administraciones eficientes, baratas y honestas, sin nexos delictivos.

Caído en desgracia preventiva, el altanero “JDDO” ascendió a la gubernatura del estado gracias a su mentor FHB, a la estructura partidista del PRI, así como a su personalísima disponibilidad arribista. Filial a su ascendente, desde su primer día en el cargo, no sólo se despachó con el cucharón repartiendo dinero del erario y de procedencia oscura a las propias redes del poder local, nacional e internacional, también negó a su mentor plegándose al poder central.

Pronto fue reconocido por la presidencia nacional como un excelente Gobernador, capaz de cumplir y hacer cumplir a la población en su conjunto el programa centrista. Si desde su campaña electoral Peña Nieto lo vanaglorió como un político priista ejemplar, ¿por qué ha sido encausado a proceso? ¿Acaso fue por qué no impidió que lo desbancara, otro destacado líder regional?

Veracruz, el mayor cementerio clandestino del País (El Universal, 17.03.17). Con domicilio fiscal en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, la familia Macías Tubillas vio crecer su emporio TESIFE (Te Sirvo Con Fe), desde hace más de 40 años proveedora altamente redituable de gobiernos estatales del Sureste mexicano. Unida sentimentalmente con JDDO -se dice- mediante un matrimonio de conveniencia, la familia traslada las oficinas centrales del negocio a Coatzacoalcos, Ver., para facilitar su rápido merecimiento de abundancias. Se dice que el cerebro perverso de JDDO, se llama Karime Macías Tubillas.

Gracias a la visión estratégica de negocios del señor Antonio Macías Yesegey, sus actuales intereses comprenden del Centro del País hasta Campeche; probablemente se extiendan a ultramar. Se dice que Carlos Mourino, padre de Juan Camilo Mouriño+, es su socio en Campeche Country Club, donde usaron de prestanombres a Alfonso Ortega López y Moisés Mansur Cysneros para la compra de terrenos ejidales, quien se hizo célebre por heredar en vida a JDDO, además de pagar tarjetas de gastos personales de Karime.

A la par de ser relegada del “ojo del huracán” público y de la PGR la presunta red usufructuaria de los Macías Tubillas, todo perfila a proteger a JDDO, acotando, acusándosele y exonerándosele convenientemente por abuso de poder con cargos específicos de delincuencia organizada para usufructuar fondos públicos aprovechándose de su puesto gobernante, trillando dinero de procedencia ilícita, pero diluyendo sus responsabilidades de lesa humanidad por la autoría intelectual de corrupción, crímenes y represión a periodistas, líderes críticos y opositores; reclamo presentado en tribunales internacionales, por cientos de afectados.

¿A qué vino realmente “JDDO”? Fue extraditado para cumplir con una doble finalidad política: aún en proceso de integración, cerrar su expediente judicial con culpas delimitadas para evitar daños al Sistema, al Estado, a VIPs miembros del Jet Set Internacional y de la clase política mexicana; fincándolo a proceso para influir ideológicamente en el subconsciente de las masas como ejemplo del político caído en desgracia por no respetar, hacer cumplir y vigilar las reglas de neo-política democrática exigida por la comunidad internacional: Gobierno honesto, sincero y transparente, legalmente ungido y legítimamente aceptado por la mayoría simple del padrón electoral, pero dispuesto a ejercer el poder en comunión con los derrotados en urnas, coadyuvando “en la conformación de un Gobierno eficiente en el marco de un Estado de derecho, donde la rendición de cuentas sirva para apuntalar al sistema y no para impedir su funcionamiento”, (Cambio de Régimen, Ezra Zhabot. El Financiero, 27.07.17).

Políticos de oficio, pónganse en los zapatos de JDDO para comprender lo que les espera desde el próximo septiembre: los caciques a la Pedro Páramo ya no caben en el concierto nacional (No, Damasio, el jefe eres tú. ¿O qué, no quieres ir a la revuelta?… Ya viste pues de qué se trata, así que ni necesitas mis consejos…”. Juan Rulfo) porque obstruyen el flujo rápido de las políticas impuestas por el capital financiero internacional.

A este no le interesa quien gane, pues todos llegan aplanados a las primicias, a la contienda y a firmar decretos, acuerdos, contratas y órdenes ejecutivas.

De un modo coloquial doméstico, Marcos Rivera Miguel, director General del Grupo Financiero Banorte, declara que no hay problema por trabajar con quien el pueblo designe en 2018, así sea de izquierda (25.07.17. La Jornada).

En el estudio México Equity Strategy AMLO in 2018–What to Expect & Equity Readthrough, JPMorgan, -una de las más importantes empresas financieras del mundo-, descartó el supuesto riesgo a las finanzas públicas. “En términos generales, AMLO aboga por poner un fin a la corrupción y con los ahorros generados por ello, más la reorganización del gasto corriente, invertir en programas públicos y subsidios sociales, incluyendo el acceso universal a la educación, a los servicios de salud, beneficios para pensionados, etcétera”, señaló JPMorgan.

Por su parte la calificadora económica Moody’s  a través de su director general en México, Alberto Jones, aseguró que el proceso electoral de 2018 no representa ningún riesgo crediticio para México (El Heraldo  de SLP. 15.05.17).

Tumbando los últimos regionalismos. Mucho tiempo y demasiado dinero costó controlar al campo, desmontar poderosos sindicatos nacionales, destruir empresas estatales y paraestatales, incluidos sus pasivos laborales y resistencias obreras ferrocarrileras, mineras, textileras, automotrices, maquiladoras, CFE, LyFC.

En el camino quedaron aplanados otrora poderosos sindicatos magisteriales y universitarios: Stunam, Apaunam, IPN, SNTE, CNTE. El propio Congreso de la Unión, incapaz hasta 2012, de sumar mayoritariamente votos, fue acotado por el poder de Estado para legalizar las estancadas reformas a la Constitución, mediante la imposición del “Pacto por México”.

Aún quedan por destrozar organizaciones sindicales como el Sntss, tal vez obstáculo pernicioso para privatizar el servicio disminuido de atención preventiva y curativa de la Salud Pública gratuita.

No es el Peje  la causa, ni el destinatario de las dos reformas a leyes secundarias electorales. De los poderes regionales sobrevivientes hay una cabeza de Hidra, que, por su estructura histórica y movilidad presente tiende a escapársele al propio Estado: la partidocracia, cuya existencia no obedece a exigencias de masas, menos a un movimiento nacional o local libertario contrastante con el poder impuesto.

Los partidos políticos se diseñaron de manera preventiva en alianza con poderes regionales para controlar al pueblo; pero, sin entender el principio de dependencia del tutelaje sistémico de quien los creó y mantiene, se pudren atrapados en supuestos, limitaciones, desviaciones, pleitos, engaños, traiciones y corruptelas propias de cualquier mal negocio; no por nada México es campeón en principios como: “quien no tranza, no avanza”, “quien no chinga, es chingado”.

La retórica de Estado a través de su vocero principal Lorenzo Cordova Vianello (LOCOVIA) se enfrenta a su mayor reto para evitar su exclusión, por inútil: regular la contienda política electiva para legitimar a los candidatos triunfadores, asegurando la legalidad gobernante de quien mejor encante a las masas, sin variar la injusta distribución de la riqueza social.

Por lo cual, no se trata de desaparecer los poderes regionales; tan sólo de acotarlos, pues el Sistema necesita cancerberos para cuidar su territorio. Pero los quiere sumisos, colaborando sin chistar para cumplir sin aspavientos el rol asignado a México en la división técnica internacional del trabajo y del mundo financiero; como cantera de fuerza de trabajo barata, deudor eterno, pagador puntual de los intereses impuestos y consumidor cautivo de productos elaborados por el propio imperio.

“Con el rechazo de ocho partidos políticos, el Instituto Nacional Electoral (INE) aprobó dos lineamientos que frenarán a partir de septiembre la aparición de líderes -y voceros- partidistas en spots, así como la compra de propaganda -en medios impresos, redes sociales, en Internet, vialidades- por cualquier aspirante a algún cargo de elección popular, con el propósito de poner piso parejo en las elecciones de 2018.

En una sesión inusual del Consejo General, PRI y Morena hicieron frente común con PRD, Verde, Encuentro Social, PT, Nueva Alianza y Movimiento Ciudadano en rechazo a la aprobación fast track  de estas normas. Sólo el PAN las apoyó. (…) Morena y PT coincidieron en que se busca silenciar y censurar a los opositores, en particular a López Obrador, mientras se permite el uso electoral de programas sociales y de cuantiosos recursos en comunicación social a favor de presidenciables como José Narro o José Antonio Meade.” (La Jornada. 21.07.17).

Sobrevalorados los morenos, sus aliados, sus opositores, la generalidad de voceros, analistas y comentaristas no captan los planes de iguala electoral para reducir el desgaste del INE y la política electoral, conduciendo campañas rigurosamente controladas para evitar excesos de todo tipo, pues al Sistema no le importa quién resulte ungido, sino que gane en presumible buena lid democrática y, Dios mediante, por haber sido capaz de incrementar la masa de asistentes a urnas, venciendo al masiosare abstencionismo, ese extraño enemigo que tanto socava el suelo Patrio.

Así, quien triunfe, gobernará transparentemente para gozar de la legitimidad negada hasta ahora, por la mayoría inconforme no sólo al candidato triunfante, también a su grupo de poder, su Cabildo, su Congreso, al Gobierno; al INE, al Estado y, de rebote, a la hegemonía del Sistema.

Del regionalismo doméstico bipolar, a la tripolaridad geo-política nuclear. Al Estado tampoco le importa la integración de coaliciones kafkianas (monstruosas, paranormales, a lo PAN/PRD), ni desfachatadas (cínicas, groseras, a lo PRI/VERDE), o la participación de entuertos independientes. Únicamente desea cumplir la exigencia democrática ideologizada de su cohorte internacional eligiendo gobernantes austeros, honestos, con amplios márgenes de credibilidad; en paz sepulcral, con absoluto control social rigurosamente impuesto pero de un modo discreto, civilizado y prudente; superando sin aspavientos la crisis general del quebrado capitalismo, en transición socioeconómica, científico técnica y cultural, para acceder a otra forma histórica de desarrollo resultado de acuerdos contradictorios entre RUSIA, CHINA, EU.

El G3 subordinará regionalismos esparcidos por el Mundo, bajo la aceptada miseria generalizada de la Humanidad mientras pocos gozan de lo superfluo, el intervencionismo y la invasión punitiva, la sombra del caos ecológico del planeta o su destrucción nuclear.

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