


De la Redacción
El Buen Tono
Fortín.- A lo largo de su administración, el alcalde, Gerardo Rosales Victoria, demostró que el desinterés por lo público se refleja en calles destrozadas o parques abandonados, e incluso en lo más elemental: la señalética urbana.
Durante los últimos tres años, el municipio permaneció sin una política clara de señalización vial, a pesar de que el reglamento municipal aprobado en 2023 reconoce su importancia y regula el uso de publicidad en placas y nomenclaturas.
Aun así, la ciudad sigue plagada de señales rotas, postes torcidos, nomenclaturas ilegibles y pintura vial borrada.
De acuerdo con reportes periodísticos, el ayuntamiento destinó más de 5.7 millones de pesos en comunicación institucional en este mismo periodo. No hay rastro de contratos públicos para adquisición de señalamientos ni planes visibles de mantenimiento.
El ayuntamiento colocó señales de alto en múltiples esquinas del primer cuadro sin justificación técnica, lo que provocó embotellamientos, accidentes y confusión.
Una muestra más de una gestión que actúa por ocurrencias, sin planeación ni compromiso.
La rotulación de calles es tan deficiente que muchos nombres no existen en las esquinas o están tan desgastados que son imposibles de leer.
Esto afecta a los vecinos, servicios de emergencia, reparto, visitantes y comerciantes, quienes todos los días deben adivinar dónde están.
La falta de señalización también representa un riesgo para estudiantes, ciclistas y peatones.
En un municipio donde se presume haber hecho obras millonarias, resulta ofensivo que no puedan ni pintar una línea blanca decente o colocar una señal bien hecha.
Despilfarro
Con base en los precios vigentes del mercado, el alcalde, Gerardo Rosales Victoria pudo haber equipado gran parte del municipio con señalética funcional por una fracción de lo que despilfarró en comunicación social, pues una señal de alto cuesta alrededor de 1,250 pesos, de acuerdo con estimaciones.

