


Ghislaine Maxwell, condenada por tráfico sexual y cómplice del difunto multimillonario Jeffrey Epstein, ha reaparecido en el centro del escándalo que sigue estremeciendo a las altas esferas del poder estadounidense. Esta vez, lo hizo durante una inusual reunión en un tribunal de Tallahassee con el número dos del Departamento de Justicia, quien fue abogado del expresidente Donald Trump.
Según su abogado, David Markus, Maxwell “respondió a todas las preguntas con sinceridad”, sin negarse a colaborar con las autoridades. Sin embargo, se negó a revelar detalles del encuentro. Esta reunión llega en un momento de alta tensión política, con sectores conservadores acusando al gobierno de encubrir a figuras poderosas relacionadas con el escándalo Epstein.
El caso ha adquirido tintes políticos explosivos. La base del movimiento MAGA —que apoya fervientemente a Trump— exige transparencia, sobre todo tras las afirmaciones recientes de que no existe una “lista secreta de clientes” vinculados a Epstein. El anuncio oficial provocó indignación y teorías en redes sociales.
Mientras tanto, el senador demócrata Sheldon Whitehouse lanzó una serie de preguntas inquietantes en X (antes Twitter):
“¿El número dos del Departamento de Justicia actuó como fiscal o como abogado personal de Trump al estilo Tom Hagen de El Padrino? ¿Le ofrecieron a Maxwell un indulto por guardar silencio?”
La sombra de Epstein sigue persiguiendo a Trump, cuyo nombre apareció en documentos del Departamento de Justicia. Aunque no hay pruebas de delitos por parte del expresidente, el tema resurge cada cierto tiempo, empañando su imagen pública. Incluso demandó por difamación al Wall Street Journal por 10 mil millones de dólares, luego de que el medio reportara una carta dirigida a Epstein en su cumpleaños número 50.
El caso también sacudió al Congreso. Una resolución que buscaba hacer públicos los documentos judiciales del caso Epstein fue bloqueada por el líder republicano Mike Johnson, quien argumentó que su difusión pondría en riesgo a las víctimas.


