in

Gobierno niega permisos federales para extracción de material pétreo en Tulum

PUBLICIDAD publicidad PUBLICIDAD

La disputa por la protección de la selva en la Riviera Maya tomó un nuevo giro luego de que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) negara categóricamente haber otorgado permisos federales a bancos de extracción de material pétreo en la zona de Tulum, epicentro de megaproyectos y conflictos ambientales.

A través de un comunicado difundido este viernes, la Semarnat informó que “los bancos de extracción de material pétreo no cuentan con las autorizaciones federales necesarias para poder operar” sobre terrenos forestales en Tulum, contradiciendo así las denuncias presentadas por la organización ambientalista Greenpeace.

La polémica estalló esta semana, cuando activistas escalaron el edificio de Semarnat en Cancún y arrojaron rocas a la entrada como símbolo de protesta. Exigían la cancelación de presuntas autorizaciones otorgadas a empresas como Cemex, acusándolas de tener luz verde para deforestar 650 hectáreas de selva virgen, equivalentes a 4.5 km².

❌ Semarnat rechaza el cambio de uso de suelo

La dependencia federal aclaró que el pasado 27 de junio notificó oficialmente a Cemex la negativa al Estudio Técnico Justificativo para el Cambio de Uso de Suelo en Terrenos Forestales (CUSTF). Esto significa que, legalmente, no se puede remover la vegetación forestal sin este permiso, independientemente de lo que digan autoridades locales o estatales.

Carlos Samayoa, coordinador de la campaña “México al grito de Selva” de Greenpeace, denunció que el proyecto autorizado representa una grave amenaza al ecosistema de Tulum, hogar de especies endémicas y con alta riqueza biológica. Además, la organización señaló que solo en 2024 se han aprobado casi 30 bancos de material pétreo vinculados al Tren Maya, lo que agrava el impacto ambiental en la región.

🌿 Un llamado urgente por la selva

Greenpeace sostiene que la zona sur de Quintana Roo sufre una presión ambiental sin precedentes, donde megaproyectos turísticos, ferroviarios y de construcción amenazan con transformar el paisaje natural de forma irreversible.

Ante la presión social, la Semarnat recalcó que cualquier intervención en terreno forestal requiere autorización federal, y que está comprometida a garantizar el respeto a la legislación ambiental vigente.

La tensión entre el desarrollo y la conservación se recrudece en Tulum, donde la selva se convierte en el nuevo campo de batalla entre intereses económicos y la defensa del medio ambiente.

CANAL OFICIAL PUBLICIDAD

Unas 700 personas vivían hacinadas y explotadas laboralmente en rancho de Dolores Hidalgo

Maltrata-Puebla, la ruta del miedo; denuncian transportistas