

AGENCIA
Ciudad de México.- En una jugada estratégica que marca un nuevo rumbo para uno de los conglomerados más poderosos del país, Grupo México, encabezado por Germán Larrea, anunció la venta de su división de autopistas por 7 mil 700 millones de pesos. La operación fue confirmada el pasado viernes y representa un paso clave dentro de un proceso de reestructura más amplio al interior del corporativo.
De acuerdo con información revelada por Bloomberg, la venta fue acordada con los fideicomisos de inversión FIBRAeMX y FEXI. Los activos transferidos son altamente relevantes en el rubro de infraestructura carretera del centro del país, con operaciones principalmente en Guanajuato.
¿Qué se vende y qué se conserva?
Grupo México se desprenderá del 80 por ciento (%) de participación en Concesionaria de Infraestructura del Bajío (CIBSA) y del 99% en Operadora de Infraestructura del Bajío (OIBSA). No obstante, conservará el 19% restante de CIBSA, por lo que no abandona por completo el sector de autopistas, pero sí pierde el control operativo de una división que en 2024 generó mil 200 millones de pesos en ingresos.
El acuerdo establece que CIBSA asumirá el control de OIBSA antes del cierre de la venta, prevista para la segunda mitad de 2025, sujeta aún a la aprobación de las autoridades regulatorias mexicanas.
Infraestructura estratégica en juego
Entre los activos más relevantes que cambian de manos están dos autopistas clave para el estado de Guanajuato:
*Autopista Salamanca-León, de 80 kilómetros de longitud.
*Libramiento Silao, con 17.4 kilómetros de recorrido.
Estas carreteras no solo son rutas de alto tránsito, sino que también ofrecen atención a emergencias los 365 días del año, seguros al viajero que cubren gastos médicos, funerarios y daños a terceros, y cuentan con concesiones vigentes hasta el año 2071.
¿A dónde va el dinero?
Según comunicados de la propia empresa, los 7 mil 700 millones de pesos que obtendrá del acuerdo serán reinvertidos en nuevos proyectos dentro del país. Una parte de estos recursos también se destinará a fortalecer otras divisiones del conglomerado, sin detallar aún cuáles.
Este movimiento no solo tiene implicaciones financieras, sino que también se enmarca en una visión de reordenamiento interno que busca redirigir el enfoque de Grupo México hacia sus líneas de negocio más rentables y estratégicas.
¿Y el futuro en la Bolsa?
De forma paralela, Grupo México ha anunciado otra decisión que podría alterar significativamente su estructura corporativa: La posible salida de su división de transporte ferroviario, Grupo México Transportes, de la Bolsa Mexicana de Valores.
La propuesta será sometida a votación de los accionistas el próximo 27 de junio, en lo que podría ser el primer paso hacia una privatización completa de su negocio ferroviario, uno de los más importantes en Latinoamérica.
Un cambio con ecos nacionales
La venta de la división carretera de Grupo México representa mucho más que un intercambio de activos: Es un símbolo de la transformación de un conglomerado que ha sido pieza clave en la infraestructura nacional. La expectativa ahora está en cómo se redirigirán los recursos obtenidos, si se mantendrá el nivel de servicio en las autopistas vendidas, y cómo afectará esta decisión al mercado bursátil y al sector del transporte en México.
El país observa con atención mientras Germán Larrea reconfigura su emporio empresarial.
