


El gusano barrenador del ganado (Cochliomyia hominivorax) continúa su avance en México y representa una amenaza creciente no solo para el ganado bovino, sino también para perros y otras especies animales, según el último reporte del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA).
Entre noviembre de 2024 y junio de 2025, se confirmaron 2,743 casos de infestación por este parásito que ataca principalmente a animales domésticos y de granja. Los bovinos encabezan la lista con más de dos mil casos, pero llama la atención que los perros son los segundos más afectados, con 166 reportes confirmados, seguidos por caballos (151) y porcinos (106).
Chiapas se mantiene como la región más afectada, con un alarmante total de mil 750 casos concentrados en municipios como Ocosingo y Pijijiapan. Otros estados con alta incidencia son Tabasco, Campeche y Quintana Roo, mientras que en Veracruz un brote reciente llevó a que Estados Unidos cerrara temporalmente los cruces fronterizos para la importación de ganado mexicano.
Este gusano se instala principalmente en heridas y zonas vulnerables de los animales: el ombligo de los recién nacidos es el punto más común de infestación, seguido por lesiones provocadas por traumatismos, descorne o heridas por alambre. La miasis o infestación con estos gusanos provoca un gran sufrimiento y puede ser mortal si no se atiende a tiempo.
La presencia de casos en perros y hasta felinos y aves silvestres genera preocupación entre especialistas y dueños de mascotas, pues el avance del gusano barrenador trasciende el ámbito ganadero y obliga a reforzar medidas de vigilancia y prevención.
Es vital que los dueños revisen con frecuencia a sus animales, especialmente recién nacidos o con heridas, y acudan al veterinario ante cualquier sospecha. El control oportuno puede evitar que este parásito siga causando estragos en la salud animal y afectando la economía de productores y familias mexicanas.

