AGENCIA
Uruapan.- La crisis de seguridad que enfrenta el país volvió a cobrar un rostro doloroso. Maritza “N”, de 28 años, reportada como desaparecida junto con sus dos hijas de 4 y 6 años desde el pasado 24 de noviembre, fue localizada sin vida este martes al interior de un tambo abandonado en un río del municipio de Uruapan, Michoacán. Sobre las pequeñas, Maritza Natalia y Sofía Camila, no se tiene rastro alguno.
La Fiscalía General del Estado había activado los protocolos Alerta Alba y Amber, emitiendo las fichas de búsqueda correspondientes. Según los reportes oficiales, la mujer y sus hijas fueron vistas por última vez en la colonia Centro, alrededor de las 09:30 horas. Diez días después, sólo el cuerpo de la joven madre apareció.
Las autoridades aseguran que mantienen activos los operativos de búsqueda y las indagatorias, ahora a cargo de la Fiscalía Especializada en Feminicidio. Sin embargo, hasta el momento no existe una línea de investigación clara ni resultados públicos que permitan conocer el destino de las niñas. La incertidumbre mantiene en zozobra a familiares y vecinos, quienes han expresado temor de que las menores también hayan sido víctimas de un delito.
El caso se suma a la extensa lista de desapariciones y feminicidios que se acumulan en México, mientras el Gobierno federal insiste en los logros de su estrategia de seguridad. En Michoacán, como en muchas entidades del país, los programas oficiales y los discursos institucionales han sido rebasados por una violencia que avanza más rápido que las respuestas del Estado.
Hallazgos como el de Maritza reflejan un panorama donde la prevención, la atención inmediata y la protección a mujeres y menores siguen siendo asignaturas pendientes; un país donde las alertas se activan, pero no detienen el desenlace. Las familias, mientras tanto, continúan buscando, casi siempre solas, siempre tarde.

