


AGENCIA
Aguascalientes, Ags.- El Poder Judicial de Aguascalientes quedó marcado por el sello del nepotismo tras la designación de María José Ocampo Vázquez, hija de la ex candidata presidencial panista Josefina Vázquez Mota, como presidenta del Tribunal Supremo de Justicia del Estado (STJEA), pese a que no fue la más votada en las elecciones internas del pasado 1 de junio.
En una sesión privada, magistrados y magistradas decidieron darle su respaldo para encabezar el Poder Judicial durante los próximos dos años, pasando por alto lo establecido en la Constitución Local. El artículo 51 de la Carta Magna estatal es claro: la presidencia corresponde a la persona magistrada con mayor votación, alternando el cargo con quien obtenga la más alta votación del otro género.
De acuerdo con esa regla, la presidencia debía recaer en Felipe Ávila Orozco, quien obtuvo 88 mil 635 votos, o en su caso en Mariana de Fátima de León Barba, con 85 mil 930. Ocampo Vázquez, en cambio, quedó en sexto lugar con apenas 82 mil 946 sufragios.
La imposición de la hija de Vázquez Mota, licenciada en Derecho y doctora en Administración Pública, abre un nuevo episodio de cuestionamientos sobre la independencia judicial en el estado. Pese al mandato constitucional, la política interna del tribunal favoreció a un apellido ligado al poder, relegando a quienes legítimamente habían ganado la mayoría de votos.
El pasado viernes rindieron protesta 65 jueces y magistrados, y este lunes 1 de septiembre Ocampo Vázquez inició funciones recorriendo juzgados en municipios como Calvillo, Jesús María y la capital. Ahí, buscó enviar un mensaje de “tranquilidad, estabilidad y respaldo” al personal.
En un comunicado oficial, el Poder Judicial insistió en mostrar cercanía con la base trabajadora, subrayando que la nueva presidenta reconoció al personal como “el principal activo de la institución” y los exhortó a desempeñar sus funciones con compromiso. Sin embargo, su discurso de legitimidad contrasta con un nombramiento cuestionado desde el origen.
Con esta designación, la magistrada ejercerá el cargo durante nueve años, aunque su presidencia será de dos. No obstante, lo que debería ser un proceso transparente y regido por la ley terminó siendo otro ejemplo de cómo las élites políticas tuercen las normas en beneficio de intereses personales y familiares.
La llegada de María José Ocampo Vázquez no solo representa un retroceso en términos de legalidad y meritocracia, sino que mina la credibilidad del Poder Judicial en Aguascalientes, que debería ser garante de la justicia y no escenario de acomodos políticos heredados por apellido.
Y no solo eso, no dejar que familiares se postulen cuando hay un familiar trabajando ahí y que se postulen cuando un familiar deje ejerce un cargo dentro de la SCJN. Así se evita el nepotismo y las herencias de cargos.
Josefina Vázquez Mota tiene para esto y más, con el dinero que debía de utilizar para ayudar a los migrantes.


