

AGENCIA
Ciudad de México.- En un hecho sin precedentes para la Iglesia católica en México, la maestra María Magdalena Ibarrola y Suárez fue designada como la primera mujer laica que ocupará el cargo de canciller en la Arquidiócesis Primada de México. El nombramiento fue anunciado este miércoles por el cardenal Carlos Aguiar Retes, arzobispo primado, tras consultar con los obispos auxiliares.
“Después de escuchar el parecer de los Obispos Auxiliares, he decidido nombrar a la Mtra. María Magdalena Ibarrola y Suárez como nueva canciller de la Arquidiócesis, convirtiéndose así en la primera mujer laica en asumir este cargo en la historia de nuestra Iglesia particular”, informó el cardenal en un comunicado oficial.
Aguiar Retes calificó la designación como un paso significativo hacia una Iglesia “más sinodal, corresponsable y abierta a la riqueza de los carismas del Pueblo de Dios”, destacando que esta decisión busca fomentar una mayor participación de las mujeres en espacios de gobierno y toma de decisiones dentro de la estructura eclesiástica.
La cancillería es una función de gran relevancia en la vida eclesial, ya que implica la custodia de la documentación oficial de la Iglesia, la garantía de autenticidad de los actos jurídicos y la colaboración directa con el obispo en el gobierno pastoral. María Magdalena Ibarrola ha ejercido desde hace varios años como vicecanciller y cuenta con una sólida formación académica y experiencia en administración institucional y derecho canónico.
“El nombramiento es fruto de su preparación profesional, su testimonio de fe y compromiso con la Iglesia”, añadió el arzobispo, quien también reconoció las mejoras realizadas en los procesos de atención y servicio de la arquidiócesis bajo la coordinación de Ibarrola y su equipo en años recientes.
La maestra Ibarrola tomará posesión del cargo el próximo 15 de agosto, una vez que el actual canciller, el presbítero Alan Téllez Aguilar, concluya su periodo y se traslade a Roma para cursar un doctorado en derecho canónico.
Este nombramiento se inscribe en una serie de esfuerzos por parte de la Iglesia católica para fortalecer el papel de las mujeres en su estructura institucional, un tema que ha sido impulsado con mayor fuerza en los últimos años a nivel mundial.
