


En un hecho histórico sin precedentes a nivel mundial, México eligió mediante voto popular a los integrantes de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. El abogado indígena Hugo Aguilar Ortiz, exasesor de la guerrilla zapatista y defensor de los derechos de los pueblos originarios, se posicionó como el ganador indiscutible con 6 millones 195 mil votos, lo que lo convierte en el próximo presidente del máximo tribunal del país.
Con el 100% de las casillas computadas, Aguilar superó a figuras del ámbito judicial y político como Lenia Batres, ministra en funciones y militante de Morena, quien obtuvo 5.8 millones de votos. Le siguieron Yasmín Esquivel con 5.3 millones, Loreta Ortiz con poco más de 5 millones, y María Estela Ríos con 4.7 millones.
El proceso electoral también reflejó una escasa participación ciudadana, con apenas el 13% de los cerca de 100 millones de electores acudiendo a las urnas. Además, los votos nulos representaron el 10.8%, y se reportaron 12 recuadros sin uso.
Aguilar, originario de Oaxaca y sin militancia política, ha sido una figura clave en la defensa jurídica de los pueblos indígenas. Su trayectoria lo emparenta simbólicamente con Benito Juárez, también indígena oaxaqueño, quien presidió la Corte antes de convertirse en presidente de la República.
“Hay una deuda importante con los pueblos originarios”, ha declarado Aguilar, quien rompe con el perfil tradicional de ministros formados en las élites jurídicas del país.
El resultado ha sido sorpresivo para analistas y medios internacionales, como la agencia AFP, que daban por segura la victoria de Lenia Batres. Sin embargo, el respaldo ciudadano a un perfil independiente y con raíces en la lucha social ha marcado un giro inesperado en la justicia mexicana.
Con este nombramiento, México se convierte en el primer país del mundo en elegir por voto directo a todos los jueces de su Suprema Corte, abriendo la puerta a un nuevo paradigma en la impartición de justicia y representación de sectores históricamente marginados.


