


El huracán Erin, primer huracán de la temporada del Atlántico, se debilitó este martes de categoría 3 a 2, pero las autoridades alertan que sigue representando un peligro para la vida debido a su oleaje y fuertes corrientes en gran parte de la costa este de Estados Unidos, Bermuda y el Atlántico canadiense, informó el Centro Nacional de Huracanes (NHC).
Según el último reporte, Erin se encontraba a 615 millas (990 km) al este de Cabo Hatteras, Carolina del Norte, con vientos máximos sostenidos de 165 km/h y desplazamiento hacia el nor-noroeste a 17 km/h. A pesar de su debilitamiento, el ciclón mantiene un radio de vientos huracanados de hasta 130 km, lo que lo convierte en un huracán de gran tamaño.
Aunque no se prevé que toque tierra, se esperan inundaciones por marejada ciclónica, olas grandes y erosión significativa en los bancos exteriores de Carolina del Norte a partir del miércoles. Algunas carreteras podrían volverse intransitables.
El NHC recomendó a los habitantes de las costas del Atlántico Medio y del sur de Nueva Inglaterra monitorear la situación, pues se prevén vientos fuertes el jueves y viernes. Por su parte, Nueva York cerró sus playas durante los próximos dos días ante la llegada de Erin.
Erin se formó la semana pasada cerca de Cabo Verde, África, donde dejó siete muertos, y se convirtió en huracán el viernes pasado. La NOAA mantiene su previsión de una temporada ciclónica superior a lo normal, con 13 a 18 tormentas tropicales, de las cuales 5 a 9 podrían transformarse en huracanes.

