

Sandra González
El Buen Tono
Orizaba.- En Orizaba, el equipamiento urbano destinado a personas con discapacidad sigue concentrado en el centro histórico, dejando en el abandono a quienes viven en colonias de la periferia. Mientras en zonas turísticas se presume de accesibilidad, en barrios como Tlachichilco, Rafael Delgado, Abelardo L. Rodríguez, Espinal Alto y Bajo, las rampas, banquetas funcionales y señalizaciones simplemente no existen.
“Las banquetas están rotas, no hay rampas, y cuando las hay, no conectan con los cruces. Una persona con bastón o silla de ruedas no puede desplazarse con seguridad”, denunció un vecino de la colonia Abelardo L. Rodríguez. La situación se agrava en calles consideradas puntos rojos por su peligrosidad, donde cruzar representa un riesgo constante para quienes tienen movilidad limitada.
La modernización del equipamiento urbano debe considerar la instalación de rampas adecuadas, pavimentos antideslizantes y señalizaciones con tiempo suficiente para que una persona con discapacidad visual o motriz pueda cruzar.
Estos cambios deben extenderse más allá del primer cuadro de la ciudad y llegar a todas las colonias, pues la inclusión no debe ser selectiva ni turística.
En México, la Ley General para la Inclusión de las Personas con Discapacidad establece que los gobiernos deben garantizar el acceso a la infraestructura urbana, el transporte accesible y el entorno físico.
Asimismo, la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, firmada por México y de carácter vinculante, refuerza este compromiso.
