De la redacción
El Buen Tono
Caracas.— Nicolás Maduro respondió con acusaciones contra Estados Unidos tras la incautación del buque Skipper, cargado con casi dos millones de barriles de petróleo, pero su postura volvió a colocarlo en el centro de críticas internacionales que señalan opacidad, confrontación y uso político del incidente.
El mandatario aseguró que Washington busca “robarse” el crudo venezolano, pese a que el buque ya estaba bajo investigación por sus antecedentes vinculados al transporte ilícito de hidrocarburos. La Casa Blanca confirmó que el cargamento será decomisado legalmente y que un equipo interroga a la tripulación, contradiciendo la versión de Maduro, quien afirmó que los marinos están “desaparecidos”.
Mientras denuncia “piratería criminal”, Maduro tampoco ofreció claridad sobre quién había pagado ese cargamento millonario ni explicó por qué el barco navegaba con bandera falsa, elementos que aumentan la desconfianza sobre el manejo de la operación.
El incidente ocurre en un contexto de creciente tensión entre ambos gobiernos, tras meses de señalamientos y despliegues militares en el Caribe. Aun así, Maduro pidió “respeto y cooperación”, aunque su discurso se mantiene confrontativo y sin admitir responsabilidades en las irregularidades señaladas por autoridades estadounidenses.


