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Incrementa el descontento de la población

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México.- El país ha entrado en punto muerto. Tras casi dos años de avanzar por la vía de las reformas, el país que hasta hace poco asombraba al mundo vive días de incertidumbre. 

La desaparición y muerte de los 43 normalistas ha abierto una espiral de indignación sin precedentes en esta legislatura. 

Un malestar que, en el simbólico aniversario de la Revolución Mexicana, ha paralizado las más poderosas universidades del país.

En este convulso horizonte, el presidente Enrique Peña Nieto parece haber perdido, por primera vez en su mandato, la iniciativa. 

Su principal apuesta económica, la apertura del mercado del petróleo, se ha tropezado con una vertiginosa caída del precio del crudo, y su crédito político se ha visto sometido a fuertes críticas al descubrirse que la casa de su esposa, donde la pareja pensaba retirarse acabado el sexenio, aún estaba siendo pagada a una constructora con numerosos contratos con la Administración. 

El caso Iguala, con su venenosa combinación de impunidad y corrupción, ha tocado fibras más profundas y puesto en alerta a las instancias del poder tradicional. Empresarios, líderes de opinión, intelectuales y hasta la Iglesia han alzado la voz por la creciente oscuridad que se cierne sobre el panorama político mexicano.

 

agencia

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