


Alejandro Aguilar
El Buen Tono
Córdoba, Ver.- La inducción al suicidio se castiga hasta con 10 años de prisión para quienes inciten o faciliten este acto. El psicólogo y abogado José Elías Herrera Ramos recordó que los jóvenes actuales navegan en un entorno digital sin fronteras y sin límites.
En menos de una semana, dos adolescentes de Córdoba perdieron la vida en circunstancias que apuntan a la influencia de retos virales en internet. Estos casos han reavivado el debate sobre la inducción al suicidio, un delito tipificado en el Código Penal de Veracruz, que contempla penas de 3 a 10 años de prisión para quienes inciten o faciliten este acto. Las autoridades investigan si estos menores fueron alentados por terceros, ya sea mediante interacciones digitales o presión psicológica, un escenario que expone los riesgos de la desregulación en plataformas digitales y la vulnerabilidad de los jóvenes frente a contenidos peligrosos.
Y es que también la exposición constante a dinámicas en línea, donde usuarios anónimos promueven conductas de riesgo, puede distorsionar la percepción de la realidad en adolescentes, especialmente aquellos en situaciones de fragilidad emocional o con supervisión parental limitada. José Elías Herrera Ramos, psicólogo y abogado, subraya que la inducción al suicidio no solo implica proveer medios materiales, sino también manipular la voluntad de la víctima, aprovechando su incapacidad para medir consecuencias. “El código penal lo reconoce como un delito, pero el desafío es rastrear a los responsables cuando operan detrás de pantallas y, en muchos casos, desde otras jurisdicciones”, explicó.


