


AGENCIA
CDMX.- La primera quincena de septiembre de 2025, marcada por el arranque de la administración federal de Claudia Sheinbaum Pardo, llegó con un duro golpe al bolsillo de las familias mexicanas. De acuerdo con cifras del Inegi, la inflación de alimentos se disparó 5.30 por ciento (%) anual, el nivel más alto para un mes patrio en los últimos años.
El incremento coincidió con las celebraciones por el primer Grito de Independencia encabezado por la nueva presidenta y fue significativamente mayor al registrado en el mismo periodo de 2024, durante el último año del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, cuando el alza fue de 3.95%.
El impacto fue evidente en la mesa de los hogares. Productos básicos para preparar el tradicional pozole, como la carne de puerco y la lechuga, registraron aumentos de 4.84% y 5.19% anual, respectivamente. La Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) alertó que organizar una reunión en casa para 10 personas cuesta hoy hasta 7 mil pesos, un 17% más que el año pasado.
Preparar los platillos típicos también resultó más caro: Pozole, cerca de 2 mil pesos; tinga de pollo, mil 250; tostadas de pata, mil 100; y pambazos, mil 350 pesos. A ello se suman bebidas como refrescos, aguas frescas, cerveza y tequila, que elevan el gasto total a entre 2 mil 800 y 3 mil pesos.
Celebrar en espacios públicos tampoco fue más económico. Asistir al Zócalo capitalino para presenciar el Grito representó un gasto promedio de 5 mil 800 pesos por familia, frente a los 5 mil del año pasado, un aumento de 16% impulsado por transporte, antojitos, postres y bebidas.
En el panorama general, la inflación anual alcanzó 3.74% en la primera quincena de septiembre, su tercera aceleración consecutiva y la cuarta al alza. La inflación subyacente se ubicó en 4.26%, su nivel más alto desde julio, mientras que la no subyacente llegó a 2.01%, superando por primera vez desde junio el umbral del 2%.
El encarecimiento de los alimentos marca así un inicio complejo para la nueva administración federal, con un panorama económico que amenaza con continuar presionando el poder adquisitivo de los hogares mexicanos.
Tanto gasto para espectáculo tan decadente. El contraste es claro: Mientras un expresidente disfruta de la vida sin rendir cuentas, Claudia Sheinbaum carga con un barco lleno de fugas. La pregunta no es si tiene voluntad, sino, si el tiempo y su propio partido le permitirán demostrar resultados.
El problema es que comulgan con una austeridad republicana, y todos viven con lujos.

