
Lo que parecía ser una escapada turística inolvidable terminó en una experiencia digna de una película de terror. La influencer ucraniana Natali Khomenko vivió momentos de auténtico pánico durante su estadía en un hotel de Japón, donde descubrió a un extraño oculto debajo de su cama.
Todo ocurrió la noche del 30 de marzo. Tras un largo día recorriendo la ciudad, Natali regresó a su habitación para descansar. Se desvistió, se tumbó en la cama y, por un momento, todo parecía normal… hasta que un olor penetrante e inexplicable comenzó a llenar el aire.
“Primero pensé que era mi cabello o las sábanas, pero el olor venía de abajo”, relató. Con un poco de humor nervioso, se atrevió a mirar bajo la cama. La risa se desvaneció al instante: dos ojos la observaban desde la oscuridad.
“Pensé que estaba alucinando. Me congelé. Mi corazón se detuvo por un segundo”, contó aún conmocionada. Era un hombre. Silencioso. Inmóvil. Y lo peor: bloqueaba la única salida de la habitación.
Entre gritos desgarradores, logró escapar al pasillo semidesnuda y en estado de shock. El sujeto huyó, dejando atrás un cargador portátil y un cable USB, las únicas pistas de su presencia. La policía llegó poco después, pero sin cámaras de seguridad ni huellas claras, el intruso sigue sin ser identificado.
“Pasé cinco días sin dormir, revisando cada rincón antes de cerrar los ojos. Siento que nunca voy a volver a estar en paz”, confesó Natali.
La influencer asegura haber desarrollado ansiedad severa, insomnio y ataques de pánico. A pesar del trauma, decidió contar su historia en redes sociales para advertir a otros viajeros. Aunque muchos la apoyaron, también recibió críticas crueles de quienes la acusaron de inventarlo todo.
“Es repugnante que no crean a las mujeres. Muchas me escribieron con historias similares. El silencio es lo que nos hace vulnerables”, denunció.
Actualmente exige una compensación al hotel por negligencia y ha contactado a la embajada ucraniana en Japón, pero hasta el momento no ha recibido respuesta.
“Sé que quizás no veré justicia, pero si mi historia hace que alguien más revise debajo de su cama antes de dormir… entonces habrá valido la pena”, concluyó.
