


El 12 de junio de 2025, el vuelo AI171 de Air India, un Boeing 787-8 Dreamliner, se estrelló trágicamente a pocos segundos de despegar del Aeropuerto Internacional Sardar Vallabhbhai Patel en Ahmedabad, India. El accidente cobró la vida de 260 personas, incluyendo 242 pasajeros y tripulación, además de varias víctimas en tierra tras el impacto contra una residencia.
Un informe preliminar publicado por la Oficina de Investigación de Accidentes Aéreos de la India (AAIB) arroja luz sobre los momentos críticos que precedieron al desastre. Según el documento, apenas tres segundos después del despegue, los interruptores de corte de combustible de ambos motores fueron activados casi simultáneamente, interrumpiendo el suministro vital que mantuvo en vuelo al avión. Esta acción provocó la pérdida inmediata de potencia y una rápida caída en la altitud, haciendo imposible la recuperación antes de estrellarse.
Cámaras de seguridad captaron el despliegue del sistema de emergencia Turbina de Aire de Impacto (RAT), una medida automática ante la falla de los motores, confirmando la gravedad de la situación. Aunque los pilotos intentaron reiniciar los motores regresando los interruptores a su posición normal, la baja altitud —menos de 100 pies— impidió que el avión retomara el control.
La grabadora de voz de la cabina reveló un intercambio inquietante entre los pilotos, donde uno preguntó: “¿Por qué cortaste el combustible?”, y el otro respondió: “No lo hice”, seguido de un desesperado llamado de emergencia “Mayday”. La investigación aún no determina quién movió los interruptores ni las razones detrás de esa acción, aunque expertos descartan que haya sido un error accidental, ya que estos interruptores requieren una manipulación intencional y están diseñados para evitar activaciones involuntarias.
Este hallazgo plantea incógnitas sobre la conducta en cabina y añade presión sobre Boeing, fabricante del avión, que en años recientes ha enfrentado cuestionamientos por la seguridad de sus aeronaves. No obstante, la AAIB aclara que la configuración técnica del avión era correcta y no se han emitido recomendaciones contra Boeing o GE Aerospace, fabricante de los motores.
Air India enfrenta además un escrutinio intenso por presuntas violaciones regulatorias, incluyendo operaciones con inspecciones vencidas y cuestionamientos en la gestión del servicio de pilotos. La Agencia de Seguridad Aérea de la Unión Europea investiga también a una filial de la aerolínea por falsificación de registros.
La investigación sigue abierta, con un informe final esperado dentro de un año, mientras la industria aeronáutica y las familias afectadas aguardan respuestas definitivas sobre esta tragedia que conmocionó a la India y al mundo.

