

AGENCIA
Tokio, Japón.- Este viernes, las autoridades japonesas ejecutaron a Takahiro Shiraishi, conocido como el “asesino de Twitter”, quien fue condenado por el asesinato y desmembramiento de nueve personas a quienes contactó a través de la red social, hoy conocida como X. La ejecución, realizada por ahorcamiento, marca la primera aplicación de la pena capital en Japón desde 2022.
Shiraishi, de 34 años, fue detenido en 2017 tras el hallazgo de restos humanos en su apartamento cerca de Tokio. Las víctimas, de entre 15 y 26 años, en su mayoría mujeres jóvenes con tendencias suicidas, fueron contactadas por el condenado mediante mensajes en Twitter en los que ofrecía ayuda para morir.
El ministro de Justicia, Keisuke Suzuki, confirmó que el criminal fue hallado culpable de robo, violación, asesinato, destrucción y abandono de cadáveres. Detalló que las víctimas fueron golpeadas, estranguladas y desmembradas, y que algunas partes de los cuerpos fueron almacenadas en neveras, mientras que otras fueron arrojadas a un vertedero.
“Actuó por una razón egoísta: Satisfacer sus deseos sexuales y financieros. Después de una detenida reflexión, ordené la ejecución”, señaló el ministro Suzuki.
Durante el juicio, Shiraishi reconoció los crímenes, que conmocionaron a Japón por su brutalidad y la forma en que utilizó redes sociales para cazar a sus víctimas.
Japón es, junto a Estados Unidos, uno de los dos países del G7 donde aún se aplica la pena de muerte. El sistema judicial japonés contempla la ejecución por ahorcamiento y mantiene a alrededor de un centenar de reos en el corredor de la muerte. A menudo, los presos son informados de su ejecución solo unas horas antes.
Una encuesta oficial realizada en 2024 reveló que 83 por ciento (%) de los ciudadanos japoneses considera “inevitable” la pena capital, reflejando un amplio respaldo social a esta práctica, pese a las críticas internacionales. Aunque la ley estipula que las ejecuciones deben realizarse dentro de los seis meses posteriores a la sentencia definitiva, los reos pueden pasar años esperando, como fue el caso de Shiraishi.
