

Este jueves 5 de junio a las 14:27 (hora del centro de México), el mundo podría presenciar un momento clave en la exploración espacial: el módulo de aterrizaje Resilience, desarrollado por la compañía japonesa ispace, intentará tocar suelo lunar en la región Mare Frigoris, ubicada en el hemisferio norte de la Luna.
Una segunda oportunidad para ispace
Tras el fallido intento de su primera misión en 2023, cuando el módulo Hakuto-R perdió comunicación durante el descenso final, ispace se juega más que un aterrizaje. Resilience representa una nueva esperanza y una oportunidad de redención para la empresa, que ahora apuesta todo en esta nueva misión como parte del programa “SMBC x HAKUTO-R Venture Moon”.
¿Cómo llegó hasta la Luna?
La misión fue lanzada el 15 de enero de 2025 desde Cabo Cañaveral, Florida, a bordo de un cohete Falcon 9 de SpaceX. Tras meses de navegación, Resilience logró entrar con éxito en la órbita lunar el pasado 6 de mayo, gracias a una maniobra de propulsión de nueve minutos, la más larga y crítica de la misión.
¿Dónde y cómo ver el alunizaje en vivo?
La compañía ha anunciado que transmitirá en vivo el intento de alunizaje a través de su canal de YouTube, iniciando la cobertura a las 12:10 p.m. (hora del centro de México). Una cita obligada para los entusiastas del espacio.
¿Qué hará Resilience si aterriza con éxito?
Si todo sale según lo planeado, Resilience y el róver europeo Tenacious operarán en la superficie lunar durante aproximadamente dos semanas, tiempo en el que realizarán importantes pruebas tecnológicas:
Demostración de extracción de regolito lunar.
Evaluación de movilidad del róver en el terreno lunar.
Pruebas de un dispositivo de electrólisis para extraer agua lunar.
Experimentos para la producción de alimentos en la Luna.
Medición de radiación espacial profunda.
Un paso más hacia la Luna como destino comercial
La misión forma parte de una visión más amplia: establecer una presencia comercial sostenible en la Luna. De tener éxito, ispace abriría el camino para su Misión 3 en 2026 y daría un impulso clave a los esfuerzos internacionales por convertir a la Luna en una plataforma de desarrollo tecnológico, científico e incluso económico.
