


La sonrisa de Jeremy Márquez dice más que mil palabras. A sus 25 años, el mediocampista mexicano vive lo que considera un sueño hecho realidad: fichar por Cruz Azul. Y no lo oculta. Para él, La Máquina representa mucho más que una camiseta: es una plataforma que lo puede llevar directo a la Copa del Mundo de 2026.
“Estar en Cruz Azul es estar ante los ojos de todos. De selección, de otros equipos. Estar en el Mundial sería un sueño y aquí están los reflectores, no nada más porque sea Cruz Azul, sino porque en verdad lo hacen bien en el terreno de juego“, expresó con convicción Márquez, dejando claro que el reto es grande, pero su ambición lo es aún más.
Su llegada coincide con una nueva etapa para el club, ahora dirigido por el argentino Nicolás Larcamón, un técnico cuya filosofía de juego convenció rápidamente al exjugador del Atlas. “Cuando me plantearon el proyecto, no lo dudé. Me fijé en el buen fútbol que siempre ha caracterizado a Cruz Azul, pero también en la calidad de sus jugadores y en cómo se trabaja dentro del campo“, comentó.
Con solo tres días portando los colores celestes, Márquez ya siente el respaldo de la afición, y eso lo motiva a ir por todo. “Agradezco de corazón el buen recibimiento que he tenido. Solo pienso en el campeonato. Tenemos un equipazo, demasiada calidad. Estoy convencido de que podemos competir, llegar a la final y, si Dios quiere, levantar el título“, concluyó el nuevo refuerzo celeste.
Con la mira puesta en el Mundial 2026, Jeremy Márquez sabe que el camino comienza aquí. En Cruz Azul. Con entrega, fútbol… y una sonrisa que no se borra.

