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Juan Manuel Arzola Castro: rector de la UTCV o político frustrado en campaña permanente

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De la redacción
El Buen Tono

Cuitláhuac, Ver.- En lugar de defender la educación y autonomía universitaria, Juan Manuel Arzola Castro, rector de la Universidad Tecnológica del Centro de Veracruz (UTCV), ha convertido a la institución en una pieza más del ajedrez político, prestando a los estudiantes como si fueran propiedad personal, para actos que nada tienen que ver con la formación académica.

Las campañas electorales ya arrancaron, unas con fuerza, otras con vacío… y otras más con acarreados. Y en esta última categoría entra la candidata de Morena-Verde en Cuitláhuac: Gely Peña, quien, según imágenes difundidas, tuvo que recurrir a llevar gente de Yanga en autobuses: estudiantes y docentes de la UTCV, facilitados por el propio Arzola, para simular respaldo popular en su raquítico evento de arranque.

Una práctica que, lejos de ser nueva, ya se volvió costumbre bajo la dirección de Arzola Castro: prestar la estructura universitaria y el capital humano estudiantil para “hacer bulla” y vestir políticamente a figuras grises como Peña, quien busca la presidencia municipal luego de un paso intrascendente por la diputación federal.

Los señalamientos desde Cuitláhuac no se hicieron esperar. La ciudadanía recuerda que, como diputada, Gely Peña no subió una sola vez a tribuna, no hizo gestiones significativas y mucho menos trabajó por su distrito. Y ahora, en plena desesperación, vuelve al ruedo pretendiendo el voto de la misma gente que ignoró durante años, respaldada por el aparato obradorista y operadores como Arzola, que sacrifican la dignidad de los estudiantes a cambio de favores políticos.

El trasfondo es evidente, tras su fallido intento de convertirse en candidato, Juan Manuel Arzola parece estar intentando desesperadamente mantenerse vigente ante los reflectores. Como no logró una candidatura, ahora busca congraciarse con la clase política usando la estructura universitaria como moneda de cambio. El problema es que el costo lo pagan los estudiantes, utilizados como “carnada” o “carne de cañón” en dinámicas donde la educación queda en segundo plano.

La UTCV, en lugar de consolidarse como un modelo de enseñanza superior, se ha convertido en un escaparate personal donde la prioridad es figurar, no formar. La universidad merece una conducción ética, comprometida con el desarrollo de su comunidad académica, no un rector más preocupado por tejer alianzas políticas que por resolver las carencias del plantel.

Mientras Arzola Castro siga enfocando sus esfuerzos en alimentar su ego y buscar beneficios personales, la UTCV seguirá atrapada en una narrativa donde el rector actúa como político frustrado, y los estudiantes, como simples fichas de exhibición.

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